Los gordos y los no tan gordos (para no decir flacos o hambreados)

Ocean Castillo Loría

Los hijos del Estado Benefactor

Quizás corresponda a Foucault, el uso en el análisis de las ciencias sociales, de la diferencia entre el cuerpo físico de las personas (Digamos, basados en los conocimientos adquiridos en la primaria: cabeza, tronco y extremidades) y el cuerpo institucional propio del sistema político.

Quizás sea este autor, el que, basado en esa distinción, expresa, que: el cuerpo institucional del sistema político, puede romper los límites del “uso legítimo de la violencia” (Weber), para concretar el autoritarismo sobre el cuerpo de los habitantes y los ciudadanos.

Sin perder de vista esta diferencia, también se debe decir, que, entre el sistema político y la ciudadanía, se da una especie de relación económica, semejante a la del sistema de precios y mercados.

Esa relación, se puede ilustrar del siguiente modo:

1) Para escoger a los componentes del Poder Legislativo y del poder Ejecutivo, los partidos políticos se convierten en oferentes, que buscan convencer a los demandantes, que son el electorado, de que, por medio de sus ideas, planes y programas, serán satisfechas sus necesidades (Así lo plantea el politólogo nórdico, M. Olson)

2) También esa relación, se puede así: los habitantes, los electores, los ciudadanos, en términos de política económica, propiamente, de política fiscal, por medio de los impuestos, mantienen a la clase política y gobernante, que ocupa puestos dentro del sistema político.

En esta segunda ilustración, dado el principio básico de la economía en el sentido que: “los recursos son limitados y las necesidades son ilimitadas”, los contribuyentes, deben priorizar el uso de recursos para pagar la fuerte carga tributaria que pesa sobre sus hombros.

En esta lógica: los que deben pagar, deben “desviar” plata, para pagar impuestos. Así, tal y como lo establece el economista costarricense, Manuel Zúñiga García: queda afectado el “ingreso disponible”, de los núcleos familiares.
De ahí que, por ello, en las familias surgen preguntas como: “¿Compramos arroz y frijoles, pagamos los servicios básicos o pagamos tributos?”; a esto debe agregarse que hay impuestos unidos al pago de determinados bienes y servicios, como lo es el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Ante esta realidad, la ciudadanía, comienza a comparar sus restricciones, versus las libertades de la clase política y la clase gobernante: “ellos cada vez más gordos y ‘repuesticos’, y nosotros cada vez más flacos y desnutridos”.

Esto es lo que ha sucedido con esta anarquía gubernativa del Partido Acción Ciudadana (PAC): se suponía que ellos eran el “cambio”, que iban a gobernar de manera distinta de como lo habían venido haciendo desde la década de los ochentas, el Partido Liberación Nacional (PLN) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); se suponía que: “ellos iban a gobernar para el pueblo, satisfaciendo sus necesidades y combatiendo la corrupción”.

¿Qué sucedió?: que, en resumidas cuentas: “no era lo mismo verla venir, que bailar con ella”, que en vez de “la casa de cristal, donde el ejercicio de gobierno iba a ser transparente”, se comenzaron a levantar “paredes de cemento”.

Entonces, “la finca encharralada”, que se encontró el PAC en el inicio de sus gobiernos, no fue “chapeada ni limpiada”; comenzó a ser administrada bajo el discurso de “un manejo heroico”, manejo que incluía las finanzas del gobierno. Lo raro es que, en ese “manejo heroico”, los gobernantes se iban engordando y el pueblo, iba perdiendo peso.

Por si fuera poco, cuando en democracia formal, ese pueblo pudo haberse “librado del lastre PAC”, cayó en la trampa de poner como principal un tema secundario: lo importante no era el combate a la corrupción, lo importante no era el vencer el desempleo. Lo importante era: “que Pedro se casara con Juan”, “que María se casara con Felicia”.

Con esa venda en los ojos, el electorado llevó a la segunda ronda “a los Alvarados”, quienes en términos de experiencia y de planes y programas, solo superaban levemente a políticos novatos y que, en términos de realismo político, eran menos que dirigentes de “tercera o cuarta categoría de los partidos”.

Súmese que en “aquella nube de opio”, en la que se olvidó la situación económica, los “bloques de cemento” y el desempleo (Por decir lo menos); resultó que, “la Virgencita de los Ángeles se ‘enojaba´, si ganaba uno de los “Alvarados” y claro está: ganó el otro: “el del amor”, “el que no ofendía a la ‘negrita’”.
Y ese otro Alvarado, no comenzó a gobernar con amor… comenzó a gobernar con sed…

Con sed fiscalista: “la clase gobernante y la clase política, no pueden enflaquecer, que enflaquezca el pueblo, que para eso votó por nosotros. Faltaba más; somos los más preparados y debemos ser tratados como tal”.

Entonces, si no se aprobaban nuevos impuestos: “se iban a abrir las fauces del infierno, sin IVA, nos íbamos a ir a la quiebra, si no nos socamos la faja, si no nos sacrificamos, esto puede ser terribilísimo para el país”.

A este discurso, se unieron los grandes empresarios: “que se sacrifique el pueblo, que se soquen la faja, los que se acostumbran a comer poco y mal, los que reciben salarios injustos y algunos no tienen, ni seguro social” (Como puede verse, en este relato, estos actores, hasta versitos saben hacer)

Las organizaciones de trabajadores se lanzaron a la calle: pero para ellos, los que están en la política, los que están gobernando, los grandes empresarios, también tienen su antídoto: “son vagos, están defendiendo sus privilegios”.

Y así, como en un momento lo importante era que: “Pedro se casara con Juan”, “que María se casara con Felicia”. Lo importante era decir que quienes protestaban: “eran vagos, eran privilegiados, había que desmovilizarlos, sus acciones eran ilegales”.

Ya lo decía Marx, el Estado y el Derecho, terminan sirviendo a la clase social poderosa, y dado que esa clase social, no protesta, pues: “hay que criminalizarla”. Pero antes (Como decía un amigo mío): “Puesto que estamos en un Estado de Derecho, que sea la Sala Constitucional, la que determine la legitimidad jurídica de la reforma fiscal”.

Así, la Sala Constitucional (La Sala IV, la conoce el costarricense), dijo algo así como: “Dadas las circunstancias que estamos atravesando, lo que parece ilegal, ahora nos parece legal y por arte de birlibirloque: ‘donde digo digo, no digo digo, digo Diego’ y la reforma fiscal, no tiene problemas constitucionales”.

El paso siguiente fue basado en la siguiente idea: la reforma procesal laboral, que daba amplios espacios a la huelga, debía ser reformada de nuevo: caímos de este modo, en la “reforma, a la reforma procesal laboral”, por medio de la cual, los sindicatos (De hecho, no de derecho), prácticamente no pueden protestar.

De esto que acabamos de decir, se deduce otra cosa: durante años, la democracia social, ha sido un banquete para los gobernantes (Empezando por los “Programas de Ajuste Estructural” o “PAES”, pasando por el “Combo del ICE”, llegando al “DR – CAFTA”, hasta este momento, que hoy vivimos)

El asunto es, que a la luz de la visión que de la política tiene el PAC y sus secuaces, el banquete parece estarse extendiendo, a buscar “comerse” los elementos fundamentales de la democracia política (No en balde, quieren imponer, más que un Estado laico, un Estado laicista; en medio de la actual situación, algunas feministas protestaron por el “aborto libre”; y no es de extrañar que, entre sus cuadros, exista quienes no crean en la sana división de poderes, pues la consideran “democracia burguesa” y se inclinen por “un totalitarismo, a lo ‘socialismo del siglo XXI’”)

Por si fuera poco, llegó al mundo la pandemia de la Covid – 19, y de nuevo, esto le sirvió al gobierno PAC, para “tapar sus tortas”: en medio del escándalo de la UPAD (Que hasta donde se sabe hoy, era presuntamente una agencia de espionaje), llegó el virus mortal.

Ante esta situación, los primeros zarpazos de la enfermedad, fueron definidos como la “primera ola pandémica”. ¿La respuesta?: confinamiento, restricciones, encierro… economía deprimida en medio del accionar de la reforma fiscal y… “los gorditos más gorditos (Los gobernantes) y los flaquitos más flaquitos”.

Pero aquí cabe una diferencia: quizás por primera vez, en la historia reciente de Costa Rica, también los grandes empresarios estaban siendo afectados por las medidas del gobierno: las grandes cámaras empresariales, que, hasta el momento, aplaudían (Como focas), ya no estaban tan contentos…

A esta altura, el Covid – 19, comenzó a atacar en serio: entonces, lo que en realidad era la “primera ola pandémica”, se convirtió en la “segunda ola pandémica” y cuando de verdad había que confinar, restringir y encerrar, resulta que, ya no se puede, porque la economía “no aguanta más”.

Los héroes de lo que llamaron “la primera ola…”, se convirtieron en los villanos en la “segunda ola…”: ¿Por qué?: porque no es lo mismo, ver venir el Covid – 19 (Lo que llamaron la “primera ola…”), que tratar de enfrentarlo (Lo que llamaron la “segunda ola…”)

De lo anterior, conforme al discurso oficialista: “Las cosas en materia fiscal, iban muy bien, pero como llegó la pandemia, todo se volvió a desajustar; y necesitamos un préstamo del Fondo monetario Internacional (FMI)…”

A más de uno se le ocurrió preguntar (Ingenua que es la gente): “¿Y qué pasa si no hay préstamo con el FMI?”: la respuesta: “se van a abrir las fauces del infierno, sin nuevos impuestos, nos vamos a ir a la quiebra, si no nos socamos la faja, si no nos sacrificamos, esto puede ser terribilísimo para el país”.

Aquí cabe otra distinción: durante el debate de la primera reforma fiscal, al gobierno se le acusó de no querer abrir instancias de diálogo, entonces, en el momento presente, se les ocurrió algo así como una instancia que llamaron “Costa Rica propone y dialoga” …

El asunto es que los que “propusieron y dialogaron”, eran los que estaban de acuerdo con el ofrecimiento del gobierno…

De este modo, a esta altura: tras lo sucedido y lo que está sucediendo, hay muchísimas familias, que, al no poder comer tres veces al día, comen dos; y las que comían dos, comen una; y las que no comían ninguna, pues… ¡siguen sin comer ninguna!

Y con esta realidad: ¡el gobierno PAC, quiere más impuestos!

En términos populares latinoamericanos, el plan del gobierno se resume en la “ley de Jonás”: “al que está jodido joderlo más” y hasta los que se supone no están tan jodidos, pues… fregarlos (Recuérdese que, dentro de la propuesta, se encuentra el aumento del impuesto sobre la renta de un 30 al 36 %, en determinados estratos, entre los que están empresarios y trabajadores)

Por si fuera poco, cuando al “gobierno – anárquico” PAC, se le habla de la imperiosa necesidad de reactivar la economía, hacen las del viejo chiste: “no se oye padre, no se oye” …

Nuestra hipótesis es: dado que, en esa agrupación, hay importantes sectores que no creen en el capitalismo (Ni regulado, ni desregulado, ni nada) y puesto que, la reactivación económica requiere de la acción del sistema de precios y mercados, pues… ¡No saben cómo reactivar la economía!

Entonces: la respuesta de estos “genios” (No se olvide que, durante la campaña electoral, se nos “vendieron” como los “más preparados”), es el bono PROTEGER y más tributos (La “ley de Jonás”); el punto aquí, es algo que ya hemos dicho: “los recursos son limitados y las necesidades son ilimitadas”.

En esta línea, no se puede olvidar que el mentado bono, aparte de los problemas de recursos, cae en una “especie de elección dizque racional del Estado”: a saber, algunos lo reciben completo, otros la mitad, otros la cuarta parte y otros: ¡pues nada!

De esto se han aprovechado los monetaristas, para decir que los procesos de distribución de la riqueza, de tipo reformista, no sirven. Que lo que debe gobernar es “el Estado mínimo y el mercado como organizador social”.

El asunto es que las medidas del gobierno en esta materia, no son socialcristianas, no son socialdemócratas, son simple y llanamente, ocurrencias…

Eso sí, esos monetaristas, aplauden como focas, cuando el gobierno habla de venta de activos del Estado: en estos días, otro “genio” economicista, dijo que: “al ICE había que venderlo, mientras todavía valiera algo”.

Mientras tanto: el hambre alimenta al hambre; ella causa un inmenso daño; ella se reproduce entre las clases medias – medias, medias – bajas y ni que decir, de las bajas. ¿El resultado?: criminalidad, inseguridad y miedo.

Por cierto, que, contrario al momento de la discusión de la primera reforma fiscal, ahora no son los sindicatos los que llevan la vanguardia (No se olvide la “reforma a la reforma procesal laboral”), son otros sectores los que se manifiestan y las protestas llevan una dinámica de “lo rural a lo urbano”.

Ante este escenario, los especialistas del Derecho (Que sirve a los poderosos y limita a las organizaciones de base popular), no saben que decir: “donde digo, digo, no digo digo, digo Diego, pero Diego, ya no es Diego, entonces: ya no sé ni lo que digo”.

En el fondo: ¿Qué es lo que ha pasado?: para comprender esto, nos serán útiles las categorías del politólogo canadiense, David Easton:

A) Conforme han pasado los años, sectores de la sociedad civil – no organizada, se han ido organizando: dígase, agricultores, transportistas etc.

B) Estos sectores, iban teniendo una acción cada vez menos intermitente en las luchas sociales: por ejemplo, durante la lucha contra el “Combo del ICE” o la lucha “contra RITEVE” (Por eso, en aquellos años, nosotros, no usábamos solo la categoría de sindicato o grupo de presión, hablábamos del concepto de Antonio Gramsci: bloque. Por ejemplo, hablábamos del “bloque anti Combo”)

Otros puntos para el análisis, son los siguientes:

C) Dichos sectores no se organizan en sindicatos, por los que no se les puede aplicar la “reforma a la reforma procesal laboral”. Tienen la organización de “movimiento”, coordinado por una estructura: ésta llamada, “Rescate Nacional”.

D) Ahora, este movimiento o serie de movimientos, tienen entre su “instrumental de lucha”, lo que, el politólogo francés Jean Meynaud, denominó “acciones directas” de presión, entre ellas, el paro, el bloqueo etc.

E) Hoy, los especialistas del Derecho, dicen que el bloqueo es ilegal (Esto es cierto a la luz de la “criminalización de la protesta social”), pero “la realidad es terca” (Marx) y aún más: “la realidad, va por delante del Derecho mismo”. Los bloqueos se mantienen. En esto, se puede parafrasear al líder socialdemócrata José Figueres Ferrer, quien dijo: “huelga es huelga”, hoy se puede decir: “bloqueo es bloqueo y protesta es protesta”.

F) A esto hay que agregar un fenómeno más: los medios de comunicación hegemónicos, antes culpaban a los sindicatos, de los inconvenientes de las “acciones directas de presión”, hoy, eso no es posible, lo que de alguna manera ha debilitado el discurso de esos medios. En esa línea, el “descontento popular” es tan grande (Probado estadísticamente, por la más reciente encuesta de la empresa CID – Gallup), que eso, también debilita ese discurso.

G) Por si fuera poco, tanto en el proceso de la primera reforma fiscal, como de esta segunda, la clase gobernante ha mostrado una gran prepotencia: en aquel primer momento, la entonces Ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, dijo que: “los impuestos, pasan porque pasan”. Esta frase, la volvió a repetir recientemente, el Presidente de la República.

H) Precisamente él, ha alimentado más el reproche popular, pues, ha comparado su gestión con la del ex presidente: Juan Rafael Mora Porras. Esto nos hace caer en el modo de “interpretar la historia” de los cuadros del PAC: en éste, hay elementos marxistas (“León Cortés es nazi”); y otros verdaderamente delirantes (“el manejo heroico de las finanzas públicas”, durante el gobierno de Luis Guillermo Solís; “el manejo heroico de la pandemia”; si “Juanito” Mora, es un héroe por enfrentar a los filibusteros, luego, Carlos Alvarado es un héroe, porque los que se oponen a los nuevos impuestos, son filibusteros)

Ahora bien: ¿Cuáles pueden ser las debilidades del movimiento?:

i) Lo que el politólogo costarricense, don Rodolfo Cerdas, llamaba: “la trampa de la agenda”, es decir, la construcción de la agenda de demandas, se torna tan amplia, que es imposible “negociarla” en un solo paquete. Por ello, al momento de escribir este análisis, el gobierno está buscando dividir los potenciales procesos de negociación.

ii) El problema del “lumpen proletariado”: en el caso de los bloqueos, estos son aprovechados por la criminalidad, para hacer de las suyas, con los que están detenidos por dicha acción.

En otro orden de cosas, quienes protestan, no están “atenidos” a la clase política, ni a la clase gobernante. Esto, porque saben que por lo menos la segunda, es una especie de “corte señorial, que no ha pasado hambre”. Lo sorprendente y una de las grandes contradicciones del PAC, es que muchos de ellos, participaban en protestas sociales (Incluido el señor Presidente de la República); ellos no se consideraban “filibusteros”.

Por otro lado, ellos (Los que protestan), han pasado años defendiéndose de la clase política que quiere terminar de entronizar el modelo monetarista…

Ahora ellos también deben defenderse de la fuerza pública y esto, nos hace volver al punto donde iniciábamos este análisis, a saber: que el cuerpo institucional del sistema político, puede romper los límites del “uso legítimo de la violencia” (Weber), para concretar el autoritarismo sobre el cuerpo de los habitantes y los ciudadanos.

El asunto ha llegado a tal grado, que, en el admirable cantón de San Carlos, los que protestan, han resistido y hasta repelido el accionar de la policía. Esto, nos conduce a una tesis central, que en su momento expusiera de manera brillante, el prelado salvadoreño (Hoy santo): Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

Gracias a Dios y a don José Figueres Ferrer, no tenemos ejército. Pero hoy, la policía reprime a los manifestantes y unos y otros, son pueblo. Son miembros del mismo pueblo. Nosotros podemos decir ahora, que la lucha que están dando importantes sectores del pueblo costarricense, es una lucha justa y como creyentes, pensamos que Dios está de lado de los que hoy se manifiestan.

Con base en esto, quizás, este es un buen momento para hacer un llamado a la conciencia de los que están envestidos para el uso legítimo de la violencia. Parafraseando a Romero: “es necesario que se obedezca la conciencia, antes de la orden de represión”.

Por otro lado, haciendo uso del análisis histórico – político (Del que fuese un brillante exponente Maquiavelo), no tememos equivocarnos al decir que, las condiciones que hoy viven “los no tan gordos” (Para no decir flacos o hambreados), de Costa Rica, son semejantes, a las que dieron origen a los amotinamientos de Toulouse de 1788, donde los ciudadanos, los habitantes, cansados de la pobreza y del abuso de poder, iniciaron un movimiento al que se sumaron varios gremios (Por cierto que, mientras escribíamos estas páginas, los asociados del sindicato ANEP, han decidido apoyar las protestas. Por lo pronto, por medio de una caravana vehicular, esto con el objeto de que no les apliquen: “la reforma a la reforma procesal laboral”)

Valga decir, que, en ese año de 1788, los que protestaban y los gremios que se les unieron, se sentían abusados por la corona, lo que a la larga derivaría en la revolución francesa. Hoy, mucha gente dice que la actitud del gobierno, es como la de la monarquía francesa en aquel ayer: “si no hay pan, que coman pastel”.

Súmese a la crispada situación presente que, el gesto más mezquino de la clase gobernante, es estar aliados, en un “pensamiento único”, sobre la senda que debe recorrer este país; senda en la que se “engorden más los gordos y se hambreen más los flacos”. Es en esa línea, que algunos diputados, “dizque de oposición”, han dicho que: “han probado no tenerle miedo al pueblo” o han criticado las “acciones directas de presión”.

Esa “dizque oposición”, “ni a patadas”, desea recorrer los caminos de un Julio Acosta, de un Calderón Guardia, de un Manuel Mora Valverde, de un José Figueres Ferrer, solo para mencionar algunos.

El Ejecutivo y esa “dizque oposición”, están gordos, gordos, como los de las pinturas del colombiano Botero, pero quiera Dios, que esa gordura, no sea fruto de “comerse” a los “no tan gordos”, para no decirles, flacos o hambreados.

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