La primera huelga estudiantil en el TEC

Hoy 25 de febrero se cumple un aniversario de la primera huelga estudiantil en el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Rescatamos una publicación de Danilo Rojas Poveda, dirigente estudiantil en aquel momento, luego dirigente de la APSE, para recordar el acontecimiento.

30 años después de la toma del ITCR por un grupo de párvulos jugando a guerrilleros

TEC

Danilo Rojas Poveda

Ya han pasado 30 años, pero mis recuerdos están más frescos que nunca, todavía recuerdo aquella mañana en que todas las Asambleas de Asociaciones se reunían para analizar los resultados de la Asamblea de Estudiantes del día anterior y de paso esperar la respuesta del Consejo Director, estábamos frente a la soda, cuando llegó Jhose Luis, creo que así lo escribía él, en su bicicleta, había llamado Valerio (mono), representante de la FEITEC en el Consejo, tomaron el acuerdo de cerrar el Tec., nos dieron vacaciones; Yuyo, quien estaba a mi lado, solo levantó la cabeza agarrándose el labio, como era su costumbre, y dijo “Fiesta”, un compañero, que recuerdo muy bien, pero olvido su nombre, estudiante de Administración de Empresas, corrió gritando fiesta, fiesta y varios compañeros se dispersaban por las Asambleas comunicando el acuerdo tomado por las autoridades, en cuestión de minutos los estudiantes del Tec. corríamos tratando de dar una respuesta rápida y completa, lo planeado ya era historia, la operación fiesta cambiaba y había que correr a enfrentar rápidamente la situación, creo que fueron los compas de AMIN quienes primero llegaron a tomar los carros de un botadero, para colocarlos en la entrada principal del campus, para evitar así que los vehículos se fugaran, ya muchos habían escapado. Otros corrían por las salidas de a pie, y las bloqueaban con sus cuerpos; otros colocaron en la otra salida de carros, el “quiebrapies”, aquella estructura de tubos para hacer la fila del autobús.

No hay duda, la reacción fue espontánea, pero increíblemente valiosa, varias noches atrás planeábamos en las oficinas de FEITEC, en el edificio Pirie, como sería la acción del día de la toma, llamada operación fiesta, nuestros apuntes en la pizarra planteaban términos como guaro, cocas, queque y todas las cosas normales de una fiesta, pero para nosotros significaban rectoría, contabilidad, servicios generales, etc. Ya no recuerdo bien el nombre clave de cada uno. Pero el acuerdo de la Asamblea del día anterior había echado a perder la estrategia, nuestro paro activo propuesto para ese día había sido rechazado por la Asamblea General, por una propuesta de Iván Garro, se dio un plazo de espera al Consejo Director para que analizaran nuestra propuesta, al día siguiente el Consejo se reunió en San José y tomó el acuerdo ya citado, rápidamente les comunicó por teléfono a los jefes de departamento que desalojaran el campus lo antes posible y cortaron la línea telefónica de la federación, por lo tanto Valerio y Armando que estaban en San José, llamaron a la casa de Maricel y Jhose corrió en su bici para informarnos.

El tiempo pasó y empezamos a organizar, se utilizaron los edificios de aulas como dormitorios, la central telefónica se puso a funcionar, el taller de publicaciones poco a poco reproducía material sobre la huelga bajo el titulo de Editorial Conciencia Estudiantil; se tomó la soda, el primer día se cocinó en pequeñas cocinitas de las casas de los compañeros y grandes ollas que ocasionaron que la comida no fuera tan buena, pero los y las compas luego se atrevieron a utilizar el equipo de la soda y todo mejoró significativamente. Era increíble, ese Tec. funcionaba mejor que nunca, los estudiantes eran más que capaces de echarlo a andar, hasta un día se nos ocurrió dar clases simbólicas, algunos profes se apuntaron. Sí, que capacidad de creación, qué entusiasmo, pero sobre todo, qué convicción, esto todavía hoy asombra a cualquiera que lo recuerde o lo escuche contado de labios de quienes estuvimos allí.

Mención especial merece la USI, Unidad de Seguridad e Inteligencia, que clase de analistas político militares más buenos, brindaban toda la logística necesaria, hasta nos colocaban guarda espaldas si salíamos del Tec. para hacer alguna gestión, organizaron los roles en las barricadas y los mandos de cada una. Pero la principal acción fue la entrega de carros, 80 vehículos quedaron atrapados en el Tec durante la toma, el primer sábado, a tres días de toma, se decidió entregarlos, para ello produjeron una estrategia inmejorable, numeraron los carros y les hicieron un inventario de golpes, raspones o cualquier otro problema, los que lo retiraban debían firmar un documento donde nos liberaban de responsabilidad de estos, indicando que el vehículo estaba así..

Ese día fue increíble, la forma en que trataron a quienes no simpatizaban con los planteamientos de justicia que defendíamos, eso merece todo un libro, la forma en que debieron de esperar hasta la media noche para retirar su vehículo, esperando desde las 8:00 a.m. Pero lo principal fue el complemento ideal que tuvieron con los compañeros de barricada 2, quienes fiscalizaban la salida de los carros, ahora recuerdo cuando salía el de José Ángel, profesor de Administración y comunican que no podía salir porque se le había dañado la batería, eran más de las 11:00 de la noche y quienes estaban esperando hasta que saliera el último, corrieron al centro de Cartago para alquilar una batería para carro, al llegar con ella, Vallejos, el encargado de aquel genial e incomparable teatro, les aclaró que la batería era para el foco, para poder leer la placa; o cuando no podían salir por qué no encontraba su reloj, que posiblemente se había caído y luego de buscarlo por largo rato, recordaba que no tenía, entre tanto Rita aprovechaba para pedir una contribución para la causa, obviamente los problemas se solucionaban cuando llegaba a la bolsa dicho apoyo económico. De ese día se podrían contar muchas historias, pero quienes mejor que aquellos que estuvieron al frente de todo esto, entre otros León y Arepa, encargados de la revisión técnica e indiscutiblemente Vallejos y todos quienes les ayudaron.

Cuando la soda funcionaba mejor, utilizando todos los equipos, un día se ahumó el arroz, nos visitó Martín Rolando Brenes (cachimbalito) además la gelatina no cuajó y dos compañeros, ahora no preciso sus nombres, creo que una era Lamas, al servir preguntaban si quería la gelatina cortada o sin cortar, si la pedía cortada tomaban el cuchillo y lo pasaban por la gelatina fluida como estaba, pero ese día el señor diputado, que estuvo muy a gusto con nosotros, solicitó repetir, al parecer el gusto a ahumado le encantó.

Si, recuerdos son muchos y muy agradables todos ellos, hasta de los momentos tensos en que una noche, los compañeros jefes de cada barricada nos llegaron a increpar por el rumor de que aceptaríamos una salida nada buena, era el día previo a la marcha de la rectoría, debo de reconocer que ese día la dirigencia estaba insegura, la propuesta era una comisión con no muy buenos amigos que resolvería el conflicto, nos dijeron que si queríamos aflojar nos podíamos ir, que ellos morirían luchando, así que con ese levantado de ánimo había que seguir con más firmeza, esa noche solo contamos menos de 300 compas en el Tec. y Vidal anunciaba una enorme marcha, pero conforme amanecía, poco a poco iban llegando los y las compañeras que llenaron el tec., al menos 1500 estudiantes y la marcha de Vidal, muy descolorida, contaba con unas 100 personas, solo un reducido grupillo de estudiantes, a lo sumo 35, incluido el hijo del rector y sus mejores amigos.

El ambiente era algo único, aquel estaba declarado como territorio liberado y el clima interior era muy distinto al de cualquier otro momento vivido antes o cualquiera por venir, aquello fue inolvidable, hoy todavía, no lo cambiaría por nada por este mundo, definitivamente nos cambió la vida, para bien, a todos los que allí estuvimos.

El punto intermedio de la lucha lo marcó el hecho más grotesco, la policía, con sus trajes de fatiga, escudos y armamento, ingresó al campus; luego de algunos minutos de negociación, donde ingresaron algunos personeros de la fuerza pública, pidiéndonos desalojar, la respuesta fue clara, nosotros no vamos a salir, esta es nuestra casa de estudio. Entonces ingresaron por todo lugar, rodearon la soda y lanzaron sus bombas lacrimógenas, con guantes de soldadura las tratábamos de devolver, recuerdo a Armando, un valiente siempre, lanzándolas hacia afuera, pero aquello era imposible la soda estaba llena de aquel humo irrespirable, rompimos las vidrieras y por allí salimos, recuerdo cuando J.R. y Kemly se lanzaron por la ventana que yo mismo había roto, al lado atrás de la soda, los vidrios les causaron algunas lesiones, recuerdo muy bien como fui llevado a empujones y patadas hasta el frente y me pusieron la pistola de gases, casi descompuesto recibí la ayuda de un compa de San Carlos, me tiró un paño húmedo y gracias a ello pude respirar, luego nos reunieron en barricada 1, allí pregunté por Yuyo, en ese momento me indicaron que estaba fuera, que Omar Galves, periodista de radio Reloj lo había sacado en su carro, pero al llegar al parque de Cartago supimos con certeza que estaba detenido.

Del espacio de tiempo en la entrada del Tec. recuerdo a Ceci Rojas, preocupada por el pan que habían dejado en el horno, como algunos compañeros debían ser atendidos en las ambulancias por el gas inalado y como luego salimos juntos caminando hasta el centro, principalmente aquellos que montaron en un bus de la policía y a los 100 metros se percataron de que iban sin custodia y se bajaron, devolviéndose para caminar juntos. Ya en el parque, adoloridos y desorientados por unos instantes, nos sentamos a recuperar fuerzas, allí fueron llegando el resto de compañeros y compañeras, también nos acompañaba la comisión de padres, era evidente el apoyo de la comunidad y este hecho determinó el apoyo incondicional de los estudiantes de las otras dos universidades. Con la FEUNA nunca tuvimos diferencia alguna, pero la nueva FEUCR, al mando de Antonio Álvarez Desanti, no nos daba mucha confianza.

Ese día no paraba de brotar sangre de mi nariz, me lavaba la cara cada 5 minutos, recuerdo a Damaris Vigot y otras compañeras ayudándome a reponerme, el cuerpo lo sentía muy adolorido, pero el ver a los y las compas fortaleciéndose unos a otros y como se organizó el traslado a San José, para visitar la Asamblea Legislativa, levantaba el ánimo de cualquiera, la lucha seguía, con más firmeza y determinación que nunca, hasta la victoria, los siguientes días transcurrieron con mucha movilización, marchas en Cartago y San José, trabajo de cabildeo en la Asamblea y algo importantísimo, la liberación de Yuyo, juntando hasta pesetas (monedas de 25 céntimos para no las recuerdan o no las conocieron) gracias a colectas en las calles se recogía el dinero para la fianza de Victor; pero en medio, recuerdo un lindo pasaje, Ledita, luego de una visita a la cárcel, llego al lado de las ruinas, lugar de reunión diaria, para comentarme que acababa de comunicarle a Victor que estaba embarazada.

Aquella huelga no solo era justa, estratégica, política, también era muy humana y de ella se fortaleció una verdadera hermandad, se había superado cualquier relación de compañerismo o amigos.

Tengo muchos más recuerdos, que en estos día pondré dentro de este escrito, esto es solo una adelanto que quiero que revisen, corrijan y aumenten, construyamos juntos la historia de la luchas estudiantiles del ITCR, leguemos un documento valioso a quienes hoy también luchan desde su trinchera por un mundo mejor, más justo equitativo y democrático. Hoy siento que nuestra lucha resultó incompleta, pero que nos dejó enseñanzas que podrían permitir que otros logren triunfar en nuestros ideales, junto con las nuevas generaciones de costarricenses podremos avanzar hacia un país inclusivo, superando los actuales esquemas de gobierno, corruptos y al servicio de los grupos de poder económico, tenemos una tarea pendiente, ya descansamos muchos años, es hora de retomar posiciones en el frente de batalla y seguir adelante, hasta la Victoria.

Hoy no solo tengo recuerdos para quienes demostraron liderazgo y sapiencia en la conducción de este movimiento estudiantil, único en nuestra historia, aquellos a los que con alguna frecuencia logro saludar, o al menos sé que pasa con ellos o ellas; hoy, más bien quiero recordar a esa gran cantidad de compañeros y compañeras que con su entrega lograron todo lo que aquella FEITEC se propuso, recuerdo entre otros a Dagoberto, Chapa, Lamas, Arepa, León, Embudo, Limón, Rita, Kun Fu, Néstor, Paulino, Damaris, Vallejos, Mariano, Chancleta, Benito, Falopio, Zoncho, Andrés Linaza, Armando, Flory, Eric, Dora, Camilo, y tantos más, de quienes se me escapa su nombre, pero recuerdo su rostro, he de reconocer mi pésima memoria para los nombres; aun tengo grabada su entrega y valentía; inclusive recuerdo una compañera a quien en su casa le exigían deponer la huelga y prefirió quedarse sin hogar que traicionar sus principios.

Eran una generación única, en aquel momento convergimos en ese Tec. un grupo humano ideal, como quizás nunca más se presentará en la historia de una Universidad en este país.

Al presente documento le voy a seguir sumando recuerdos, muchos ya los tengo grabados en mi mente, listos para plasmarlos en la compu, pero para no retrasar el envió le doy este avance, por fa, apórtenme más datos, entre todos podemos escribir la historia de nuestro movimiento estudiantil y tal vez a alguien le interese leerla y saber lo que planteábamos y como hacíamos para lograrlo, muchos entenderán el significado de las palabras amistad, solidaridad y justicia y decidan luchar por lo verdaderamente vale la pena.

L@s quiero mucho.

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Un comentario

  1. Jorge Mora Portuguez

    Excelente relato.

    Recuerdo muy bien esa lucha de la que apenas siendo un estudiante de secundaria me tocó vivir de cerca.

    Como militante de la JVC en Cartago y siendo vecino muy cercano de las instalaciones del ITCR, sabíamos todos los recovecos y caminos para entrar y salir del Tec sin ser vistos. Apoyamos a los estudiantes en las barricadas, dentro del Tec y en las marchas constantes por la ciudad de Cartago.

    El relato me trae muchos recuerdos de mucha gente. Recuerdo al Indio, a Kemly Camacho que por ahí cita, sin embargo me sorprende que en ningún momento mencione el nombre de Armando Vásquez, principal dirigente estudiantil de esa jornada de lucha, que como Presidente de la FEITEC le tocó dirigir.

    Hoy el gimnasio del Tec lleva su nombre y es considerado como todo un símbolo dentro del movimiento estudiantil de esta institución.

    “Armando Vásquez Rojas fue un palmareño, universitario, gimnasta, y un académico comprometido con su pueblo y con la lucha social constante por un Tecnológico más justo y fuerte.

    Sin embargo, estos ideales y convicciones sociales no pudieron ganar la batalla contra una aplasia medular que detenía la producción de plaquetas en Vásquez, por lo que su pronóstico médico era de tan solo tres meses de vida.

    Él fue trasladado por su hermano hacia un hospital en La Habana, Cuba, con el fin de realizar un trasplante de médula; sin embargo, mientras se encontraba allá, la noticia fue oficial: Armando murió a sus 27 años, el jueves 8 de octubre de 1982.

    Hoy nuestro gimnasio lleva el nombre de aquel que con sus luchas e ideales ayudó a formar al TEC democrático que hoy conocemos y que debemos honrar dejando una huella que humanice y refuerce nuestros derechos como estudiantes y funcionarios, que además enaltezca nuestra dignidad con el cumplimiento de nuestros derechos y deberes.

    Así mismo, para el 27 de octubre del 2000, en un acto solemne del Consejo Institucional, se realizó el desagravio del Movimiento Estudiantil del ITCR de 1980, como un símbolo de esperanza y lucha para las actuales y futuras generaciones de esta querida casa de estudios”.

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