Septiembre 2, 2025
Por Corresponsal de IPS

GINEBRA – La incertidumbre es el nuevo arancel que afecta al comercio mundial, aumenta los costos, desestabiliza los mercados financieros, profundiza las divisiones entre los países y perjudica a las economías en desarrollo, sostuvo un reporte divulgado este lunes 1° por la Unctad (ONU Comercio y Desarrollo).
La imprevisibilidad de las políticas ya no está ligada a eventos puntuales; ahora es una característica cada vez más presente en la economía global, transformando los flujos comerciales y desacelerando la inversión, según la Unctad, antes llamada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
Su última Actualización del Comercio Mundial recuerda que esa actividad siempre ha enfrentado shocks, desde aranceles hasta pandemias y divisiones geopolíticas, pero la diferencia ahora es que la incertidumbre misma se ha vuelto sistémica.
Al respecto, señala que el Índice de Incertidumbre de la Política Comercial Mundial alcanzó niveles récord en el primer trimestre de 2025, lo que pone de relieve que la creciente imprevisibilidad se ha convertido en una característica global.
Ese índice, que estuvo casi en cero el año pasado tras un pico de 10 000 puntos en 2023, pasó de 27 000 puntos durante el primer semestre de 2025.
El índice de incertidumbre del comercio mundial se calcula contando el porcentaje de la palabra «incierto» (o su variante) cerca de una palabra relacionada con el comercio en los informes de país de la Unidad de Inteligencia Económica, y luego se la reescala.
El curso del año ha estado marcado por la ofensiva arancelaria de Estados Unidos, bajo la presidencia del republicano Donald Trump desde el 20 de enero, con la imposición de medidas de ese tipo, con distintos criterios y escalas -desde 10 hasta 50 %-, sobre prácticamente todo el planeta.
Como si eso no fuera suficiente, aumenta la incertidumbre sobre el vigor y la aplicabilidad de medidas y contramedidas una vez que tribunales estadounidenses han desautorizado, con carácter provisional, la riada de aranceles.
Se han afectado desde los países industrializados que durante décadas fueron socios comerciales privilegiados de Estados Unidos hasta algunos de los más pequeños y pobres países en desarrollo.
Se han visto afectadas empresas tanto dentro como fuera de Estados Unidos, enfrentadas a decisiones difíciles, como acumular mercancías, desviar envíos o pagar mayores costos de transporte.
Las empresas se ven obligadas a tener un exceso de inventario, protegerse contra pérdidas y reconfigurar constantemente sus cadenas de suministro, lo que reduce la eficiencia y eleva los costos operativos.
El efecto dominó es menor para las inversiones a largo plazo en áreas críticas como fábricas, tecnología y desarrollo de la fuerza laboral.
A principios de 2025, la volatilidad de las importaciones estadounidenses aumentó en comparación con el año anterior, incluso antes de la entrada en vigor de los aranceles, ya que las empresas se apresuraron a adaptarse, y el costo de la incertidumbre en sí misma a menudo supera al arancel, indicó el reporte.
Los pequeños exportadores y las economías en desarrollo soportan la carga más pesada, con financiación y logística limitadas para amortiguar el impacto.
La incertidumbre se extiende mucho más allá de los puertos. Los tipos de cambio fluctúan, los flujos de capital se contraen y los costos de endeudamiento aumentan.
Para los países en desarrollo, donde el acceso a la financiación comercial ya es escaso, esto se traduce en una restricción del crédito y una reducción de la inversión.
Con las tasas de interés globales aún elevadas, la carga adicional de la imprevisibilidad profundiza la fragilidad fiscal, lo que limita la capacidad de los gobiernos para financiar el crecimiento y el desarrollo social.
“Quizás lo más perjudicial sea la pérdida de confianza. Cuando las políticas no son claras o las normas se aplican de forma selectiva, los gobiernos recurren a medidas unilaterales que invitan a represalias”, indicó la Unctad.
La Actualización expone que existen maneras de avanzar, pues el riesgo puede reducirse diversificando los mercados, fortaleciendo los acuerdos comerciales y avisando con antelación a las empresas sobre los cambios de política.
La apertura del acceso a nuevos mercados puede amortiguar el impacto de los cambios de política en países socios y reforzar la estabilidad económica general.
Normas claras y una solución de controversias eficaz reducen el riesgo de crisis repentinas y limitan el margen de ambigüedad, así como promover la coordinación internacional para armonizar respuestas y establecer marcos de contingencia.
Finalmente señala que anunciar las medidas comerciales propuestas con suficiente antelación facilita la consulta, da tiempo a los socios comerciales para adaptarse y permite a las empresas ajustar sus operaciones y cadenas de suministro; así como basar las políticas en un razonamiento claro y basado en datos.
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