El 9 de noviembre de 1970 falleció el general Charles de Gaulle, quien subió al escenario mundial con su histórica transmisión en la BBC llamando a Francia a resistir contra los alemanes hace 80 años, y que pasó a la historia como el indiscutido líder de los franceses libres durante la Segunda Guerra Mundial. Lo recordaremos en un aspecto íntimo, quizás no muy conocido.
La niña de la foto es Anne de Gaulle; la tercera hija de Yvonne Vendroux y del general de Gaulle. Nació el día de año nuevo en 1928. Sus rasgos, como pueden apreciar, son los característicos de lo que hoy llamamos Síndrome de Down, y en el caso de Anne era severo, tanto que apenas podía caminar con dificultad.
En esa época el tener un bebé con discapacidad era algo que se escondía, muchos los enviaban directo a institutos mentales donde vivían y morían, otros los mantenían escondidos en casa, sin atención, sin amor, sólo encerrados e incluso a veces amarrados como animales.
Pero los de Gaulles no veían a Anne como una vergüenza, sino que se sentían bendecidos con ella. La foto que compartimos fue tomada en una playa de Bretaña en 1933. Anne está sentada sobre el regazo de su padre y él, vestido con un sombrero de Homburg y un traje de tres piezas, sostiene suavemente sus manos mientras la niña de cinco años lo mira intensamente a los ojos. Es una imagen de amor incondicional.
Ese amor incondicional la convirtió en el centro de la familia de Gaulle. Charles decía que era “su alegría” y que “ella le ayudó a ver más allá de las fallas de los hombres”.
Charles e Yvonne crearon un ambiente familiar equitativo, donde los tres niños se sintieran amados y aceptados. Insistían en que Anne siempre viajara con ellos. El general le cantaba canciones y le leía historias, demostrando un afecto y ternura que el realmente no demostró a muchos miembros de su familia. La principal regla de la familia era que jamás deberían hacer sentir a Anne menos o diferente que a cualquier otra persona.
El general tenía devoción por su hija, y así lo contaba el capellán militar que trató a De Gaulle, con el que pudo intimar y ser confidente: «Para mí, Anne ha sido una gran prueba, pero también una bendición. Es mi alegría y me ha ayudado mucho a superar todos los obstáculos y todos los honores. Gracias a Anne he ido más lejos, he conseguido superarme».
Para su último biógrafo, Jonathan Fenby, «Anne simbolizaba para De Gaulle un cariño incondicional y, aunque las obligaciones parecían impedírselo, su padre siempre estaba cerca».
En febrero de 1948, Anne falleció de una neumonía, rendida sobre los brazos de su padre. «Ahora ella es como los demás» dijo Charles a su esposa.
«Su alma ha sido liberada, pero la perdida de nuestra niña, nuestra pequeña niña sin esperanza, nos ha traído un inmenso dolor».
Otro de los biógrafos del ex presidente, Jean Lacouture, lo registra diciendo una vez: «Sin Anne, quizás nunca podría haber hecho lo que hice. Ella me dio el corazón y la inspiración». En ese sentido, el hombre del 18 de junio y su amada petite Anne, nos enseñan algo que estamos tentados a olvidar: que todos podemos encontrar fuerza en la debilidad y que nada es más poderoso que el amor que se entrega.
En 1962, 14 años después de la muerte de Anne, Charles de Gaulle fue víctima de un intento de asesinato. El declaró después, que la bala que pudo haber sido fatal había sido detenida por el marco de la fotografía de Anne, la cual siempre traía consigo.
Al morir en 1970, el general fue sepultado en el cementerio junto a su amada hija. Su madre se unió a ellos en 1979.
He leído por ahí que la única palabra que Anne pudo pronunciar claramente en su corta vida fue “papá”.
Basado en el texto de Fortis Leader