Historiadores del pueblo judio y del Estado de Israel
Nosotros, historiadores del pueblo judío y del Estado de Israel, acusamos al sexto gobierno de Benjamín Netanyahu de poner en peligro la existencia del Estado de Israel y de la Nación de Israel.
Los judíos han migrado a Israel desde 1948 por distintas razones: para escapar de la persecución, para mejorar su estado económico y para obtener un significado existencial y un sentimiento de pertenencia. Todos estos objetivos están siendo amenazados por el actual gobierno.
Si bien los judíos que llegaron a Israel en los primeros años de la creación de este Estado sufrieron, nunca sintieron temor de persecución en sus contactos con el gobierno. Los inmigrantes que llegaron a Israel de detrás de la Cortina de Hierro, por primera vez se sintieron libres de temor. No obstante, ministros del gobierno actual acusan al pueblo de atacarlo y, so pretexto de poner en peligro a su existencia, amenazan a los ciudadanos que van a las manifestaciones. Cuando el gobierno amenaza a sus ciudadanos negando derechos de igualdad y justicia equitable – como resultado de la reforma judicial propuesta por el ministro Yariv Levin –, los sentimientos de extrañamiento y amargura que estas medidas conllevan, amenazan destruir el sentido de pertenencia y de cohesión en nuestra sociedad.
La propuesta de reforma en curso, también atenta contra la economía israelí, ya que para obtener una prosperidad económica es necesario dar confianza a los inversionistas. Asimismo, se atenta contra la Ley de Servicio Público que desde 1959 limitó el nombramiento de cariz político a puestos en la administración pública, afín de garantizar una administración independiente, objetiva y profesional, que proteja a la sociedad contra la corrupción y el favoritismo. La actual propuesta del ministro Levin busca politizar al comité que designa a los jueces y por lo tanto, arriesga introducir el favoritismo en el seno mismo del sistema judicial, cuestionando así la ética y la objetividad de los jueces en los temas que les competen. Si se pierde la confianza en el derecho penal y procesual -que es el corazón moral y legal de toda sociedad-, se pierden también el norte moral y el sentido general de justicia.
Los fundadores del Estado de Israel deliberadamente quisieron limitar la injerencia del gobierno en el sistema procesual, y por ello lo alejaron de la acción de los políticos, con el fin de asegurar que el servicio judicial del país sea apolítico e independiente.
Fueron ellos quienes también fundaron el Banco de Israel y a finales de aquella primera década, sentaron las bases de la profesionalización del servicio público. El rol de los asesores legales en los ministerios del gobierno fue entonces designado para formar marcos legales coherentes de acuerdo con las distintas dependencias estatales. Por otro lado, la independencia del ejército hizo posible el manejo profesional de la defensa del país; de modo que se alejó la injerencia política en temas de seguridad nacional. La independencia del Banco Central ha ido de la mano con el desarrollo económico, y es por ello Israel ha sido reconocido internacionalmente como un estado regido por leyes.
El gobierno actual planea designar a un segundo ministro en el Ministerio de Defensa y como encargado de la administración civil de Cisjordania. Además, el gobierno quiere recibir una tercera parte del mando sobre los batallones de la Policía Fronteriza, permitiendo que los políticos subordinen la designación del jefe del rabinato en el ejército. Todo ello daña la cohesión del sistema de seguridad. Dichas medidas retrógradas pueden hacer que Israel regrese a los días de 1948, cuando milicias rivales agudizaban la división en el país.
La designación de dos ministros en el Ministerio de Educación también significará retroceder a los días en que Israel contaba con sistemas escolares divididos; antes de la promulgación de la Ley de Educación de Estado en 1953, con el fin de forjar una nación involucrada con el Estado. Por otro lado, el posible nombramiento de personas con conductas problemáticas e incitadoras al frente de la educación informal en el seno del sistema educativo estatal, amenaza a que amplios sectores de la sociedad israelí se encuentren aún más alienados con respecto al derecho a la educación pública.
Israel puede ser comparado con un barco en altamar: las instituciones estatales son la quilla que estabiliza la embarcación cuando ésta atraviesa por aguas turbulentas, pero los políticos son quienes toman el timón para virar el curso de la embarcación, sea a la derecha o hacia la izquierda. El gobierno actual se encuentra voluntariamente desmantelando la quilla que son las instituciones estatales. El resultado de ello podría ser peor del que presentan hoy los casos de Polonia o Hungría, ya que sus respectivos ciudadanos al menos son aún protegidos por tribunales europeos, mientras que sus economías nacionales están integradas en la Comunidad Económica Europea.
Por un lado, el odio, la incitación a la violencia, el desprecio y la arrogancia que el gobierno actual muestra hacia sus propios ciudadanos, y por otro lado, la profunda desconfianza de los ciudadanos hacia su propio gobierno, están erosionando lo que queda de la solidaridad social en el Estado de Israel. Parece que la extrema derecha, habiéndose apropiado del resultado de las elecciones en noviembre pasado tras negociaciones de coalición, se esfuerza por hacer añicos el ya frágil denominador común que une a la sociedad israelí. La fuerza económica y la creatividad empresarial de Israel dependen de la conciencia y de la solidaridad de sus ciudadanos hacia los valores comunes y el régimen democrático del país. El gobierno de Benjamín Netanyahu está actuando para destruir esa solidaridad, sin la cual ningún Estado ni sociedad pueden durar.
Como historiadores que estudian el devenir del pueblo judío a través del tiempo, examinamos las características del Estado de Israel y su sociedad, a partir de sus respectivos contextos históricos. Lo que vemos hoy es causa de extrema alarma, ya que desde la fundación del Estado de Israel nunca se había producido una crisis política de tal envergadura, como para que se encuentre inminentemente amenazada la misma existencia de esta nación.
Historiadores del pueblo judio y del Estado de Israel
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Fuente: www.sinpermiso.info, 19 de febrero 2023