CORONA DE LA GOTA DE LECHE │ Harold Edgerton, 1957
ANTES DE QUE HAROLD EDGERTON montara un cuentagotas de leche junto a un temporizador y una cámara de su invención, era prácticamente imposible hacer una buena foto en la oscuridad sin un equipo voluminoso. Del mismo modo, era inútil intentar fotografiar un momento fugaz. Pero en los años 50, en su laboratorio del MIT, Edgerton empezó a experimentar con un proceso que cambiaría el futuro de la fotografía. Allí, el profesor de ingeniería eléctrica combinó luces estroboscópicas de alta tecnología con motores de obturador de cámara para capturar momentos imperceptibles a simple vista. Milk Drop Coronet, su revolucionaria fotografía en stop-motion, congela el impacto de una gota de leche sobre una mesa, una corona de líquido perceptible para la cámara durante sólo un milisegundo. La imagen demostró que la fotografía podía hacer avanzar la comprensión humana del mundo físico, y la tecnología que Edgerton utilizó para tomarla sentó las bases del flash electrónico moderno.
Edgerton trabajó durante años para perfeccionar sus fotografías de gotas de leche, muchas de las cuales eran en blanco y negro; una versión se presentó en la primera exposición de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 1937. Y aunque el hombre conocido como Doc capturó otros momentos sorprendentes, como globos que estallan y una bala que atraviesa una manzana, su gota de leche sigue siendo el ejemplo por excelencia de la capacidad de la fotografía para hacer arte de la evidencia.
Basado en un especial de la revista Time