Hablemos de Cedal

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Carlos Revilla M.

CEDAL ha sido para la democracia latinoamericana lo que la Escuela de las Américas para los ejércitos»

Albert Kotschuezke, Exdirector de la revista Nueva Sociedad

Una de las etapas más gratificantes de mi segunda edad (¡aún no he llegado a la tercera!), ha sido mi vinculación con Cedal. Hará ya unos siete años, que trabajo directamente con Cedal y tengo mi oficina en sus instalaciones en el Barrio de los Profesores en la Paulina, Sabanilla; aunque mi vinculación con Cedal es de muy vieja data, de allá de los tiempos de «La Catalina», cuya sola mención evoca una cantidad enorme de buenos recuerdos, y ciertamente otros -los menos por dicha- no tan buenos.

Hablar de Cedal, es hablar de «La Catalina», ambas son una sola cosa, aunque ya una parte de la «La Catalina», la dministrativa, pertenece al pasado de la institución, siempre quedó grabada en la memoria de mucha gente, no solo liberacionista, y también, no solo costarricense. Sin temor a exagerar «La Catalina» fue (es) un templo de la socialdemocracia en América Latina y el Caribe; algo que por supuesto, también se hizo extensivo a Cedal, y esto aún se mantiene. He constatado personalmente como Cedal y La Catalina, siguen todavía presentes en muchos dirigentes políticos allende fronteras.

Creo necesario decir, para quienes no saben sobre «La Catalina» (asumo que me leen tirios y troyanos, no solo los «cedalinos»), que es un Centro de Capacitación que está en Birris, cerca de Barva de Heredia. Y digo es, porque en la actualidad aún sigue funcionando como tal, con una relación directa con Cedal, aunque ya no la administra.

Dije al inicio que habían algunos recuerdos no tan buenos, es cierto, pero esto lo digo, no por cosas realmente malas que hayan de Cedal, sino más bien por las circunstancias de algunos «huéspedes», que llegaron exiliados a Costa Rica, después de ser perseguidos políticos en sus países de origen, casi todos después de golpes de estado cruentos. Un caso muy especial y sentido muy directamente por la gente de Cedal, fue el de los guatemaltecos Manuel Colón Argueta y Alberto Fuentes Mohr (fundador del Partido Social Demócrata de Guatemala). Ambos fueron asesinados en Guatemala, Colón de 45 balazos y Fuentes Mohr de 23 (como si importara mucho la cantidad, pero si denota la alevosía con que se cometieron los crímenes). Fuentes Mohr era asiduo visitante de la Catalina y contaba con una gran cantidad de amigos en Cedal. En total, fueron asesinados más de quince dirigentes políticos, relacionados con Cedal. Espero que algún día, la historia de la tragedia de estos políticos, sea contado por algunos de los personeros de Cedal, que fueron testigos de primera mano de estos y otros sucesos.

Hablar de Cedal es hablar de socialdemocracia, no puede ser diferente. Y hablar de socialdemocracia es hablar de libertad, justicia, participación y democracia; los cuatro pilares que han sustentado la labor de capacitación de Cedal, por más de 47 años.

Tampoco se puede hablar de Cedal, sin mencionar a la Fundación Friedrich Ebert (FES), que por cerca de 40 años colaboró directamente para la consecución de nuestros programas.

De nuevo, para los que no son cedalinos o muy versados en socialdemocracia y política, la FES es la fundación del SPD (Partdo Socialdemócrata Alemán) encargada de llevar alrededor del mundo la enseñanza de los valores socialdemócratas. Lleva ese nombre en honor de Friedrich Ebert, quien fue un político socialdemócrata alemán, dirigente del (SPD) y primer presidente de la República de Weimar.

La profunda relación de hermandad entre Cedal y la FES quedó plasmada en una placa que está en la sede de Cedal.

Aunque en el 2010 finalizó el convenio de cooperación que tenía Cedal con la FES, la relación fraterna entre las dos instituciones ha continuado, tratando de desarrollar proyectos en conjunto.

Los tres expresidentes de Cedal son José Figueres Ferrer, Daniel Oduber Quirós y Luis Alberto Monge Álvarez, todos como bien sabemos, expresidentes de la República también. Este hecho particular me ha llevado a jugarle una pequeña broma a los «novatos» que nos visitan, cuando les pregunto si saben por qué están los cuadros de ellos en Cedal (se pueden ver en la foto, que es de una actividad con Oscar Arias, otro expresidente de la República y Carlos Rivera Bianchini, actual presidente de Cedal), y cuando contestan que por ser expresidentes de la República y liberacionistas, les contesto que no es por eso, más bien por ser expresidentes de Cedal, y la mayoría reacciona con asombro.

Hablar de Cedal es hablar de Luis Alberto Monge, su presidente por muchos años, quien incluso vivió algún tiempo en una de las cabañas de La Catalina. Manuel Carballo, exdirector de Cedal, escribió un muy bonito artículo que ilustra esta relación especial entre Cedal y don Luis Alberto llamado “Luis Alberto Monge y CEDAL… dos caras de la misma moneda”. También en el año 2012, se le rindió un merecidísimo homenaje, y se le puso su nombre a la sede de Cedal; ocasión en la que se develó una placa para celebrar el acontecimiento.

Para esa fecha, escribí un artículo titulado “Una noche mágica: Homenaje a don Luis Alberto Monge”, donde hablo sobre la actividad.

Hace unos días tuvimos un bonito evento de fin de año y nos visitó José María Figueres, presidente del PLN y gran amigo de la institución, quien agradeció nuestros aportes al PLN y el país, y reiteró también la relación de hermandad entre el PLN y Cedal.

En fin, hablar de Cedal es hablar de tantas cosas importantes para Liberación Nacional, Costa Rica y América Latina, que no son suficientes unas cuantas líneas, como las de ésta columna para hacerlo.

Pero, no quiero terminar sin tocar dos temas:

El primero, es uno personal. Hablé al inicio de lo gratificante que ha sido mi relación con Cedal, y en realidad estoy muy agradecido por poder ser parte de ésta gran institución, que me llena completamente, es decir comparto plenamente sus objetivos, más bien es un gusto y un honor trabajar aquí. Pero más importante aún, esto me ha permitido cultivar muchas amistades que a través de los años se han convertido en verdaderos amigos, como dirían las mexicanos «cuates» de verdad.

Y el segundo, es una reflexión sobre Cedal. Aunque los últimos tiempos han sido un poco difíciles, más que todo por los cambios en el entorno socio-político; quiero apuntar que estamos haciendo un gran esfuerzo para continuar con nuestra labor (vocación) de llevar los valores de la libertad, justicia, democracia y participación a todos los lugares y personas que nos sea posible. Esto como decía don Pepe «es una lucha sin fin» y no la vamos a abandonar nunca.

Por eso digo, más bien grito a todo pulmón ¡Cedal para siempre!