La magia de la alquimia
Descartada por algunos como una pseudociencia falsa, la antigua búsqueda para convertir el plomo en oro ha producido importantes avances científicos.
LOS LECTORES MODERNOS quizá sólo conozcan la alquimia como la antigua práctica de intentar convertir metales comunes, como el plomo, en oro. Podemos caer en la tentación de pensar que tal búsqueda formaba parte de una pseudociencia sin sentido. En realidad, la alquimia se basa en numerosas cosmovisiones filosóficas que abarcan 4.000 años e incorporan tradiciones del Egipto helenístico, la India, el mundo árabe y China.
El principio básico de la alquimia es esencialmente espiritual.
Sus practicantes creían que todo en el mundo natural, incluidos los metales de las profundidades de la Tierra, contenía un espíritu. La transmutación del plomo en oro servía así como símbolo de la transmutación personal de un individuo hacia un estado de perfección.
El principal objetivo de la alquimia era crear un material llamado piedra filosofal, una sustancia mineral que podía curar, prolongar la vida y transformar los metales comunes en oro. A pesar de miles de años de experimentación, nunca se ha descubierto.
Trabajando con elementos como el mercurio y el azufre, los antiguos alquimistas indios intentaron crear un «cuerpo divino» que fuera inmortal para siempre. Los alquimistas islámicos se esforzaban por crear vida artificialmente en sus laboratorios utilizando diversos metales. El objetivo de la alquimia en la antigua China no era transmutar metales básicos, sino crear pociones para prolongar la vida y asegurar la inmortalidad. Se cree que los chinos crearon accidentalmente la pólvora mientras intentaban encontrar un elixir para la vida eterna.
El fracaso de la búsqueda de la piedra filosofal no debe ocultar las importantes contribuciones de la alquimia a la ciencia. Los alquimistas ayudaron a establecer el método científico tomando notas y diagramas detallados y realizando experimentos controlados. Inventaron aparatos para las técnicas de laboratorio de destilación y sublimación. En los laboratorios alquimistas se descubrieron el zinc y el arsénico metálico, así como sustancias utilizadas en la manufactura y la industria. La alquimia «fue una fase valiosa y necesaria en el desarrollo de la química moderna», escribió Jane Bosveld en Discover en 2010.
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel