Los jardines perdidos de Babilonia
Uno de los lugares más célebres y conocidos del mundo antiguo sigue siendo un misterio.
LOS LEGENDARIOS Jardines Colgantes de Babilonia, un paraíso terrenal de exuberante vegetación e impresionantes estanques y cascadas, han sido considerados durante mucho tiempo una de las más espectaculares de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Pero hay un problema: No sólo es incierto el emplazamiento de los Jardines Colgantes, sino que muchos estudiosos cuestionan su propia existencia. Nunca se ha encontrado ningún rastro físico, ni una sola prueba arqueológica que confirme su existencia.
La primera mención escrita que se conoce de los Jardines Colgantes aparece en los antiguos escritos de Beroso, un sacerdote caldeo, a principios del siglo III a.C. Beroso describe los espectaculares jardines y afirma que fueron construidos por el rey babilonio Nabucodonosor II, que gobernó entre el 605 y el 562 a.C. Siglos más tarde, el historiador romano Quinto Curcio Rufo y los escritores griegos Cleitarco, Diodoro Sículo, Estrabón y otros dieron cuenta de los jardines. No existen relatos de primera mano sobre los jardines.
La mayoría de los textos antiguos afirman que los Jardines Colgantes se encontraban cerca del palacio real de Babilonia, la capital meridional de Mesopotamia, una región que incluía la actual Siria oriental, el sureste de Turquía y la mayor parte de Irak. Los jardines se asentaban sobre una estructura artificial, probablemente un zigurat, de terrazas de varios niveles. Allí crecía vegetación exótica de todo tipo, color y aroma. Una exuberante vegetación fluía por los laterales del edificio. Hermosas estatuas y columnas de piedra ornamentalmente talladas adornaban los terrenos que rodeaban el edén botánico. Los antiguos escritores nos cuentan que un avanzado sistema de irrigación -bombas, conductos y depósitos de almacenamiento de agua- transportaba el agua desde el río Éufrates, permitiendo que los jardines florecieran en el árido desierto.
Según la Dra. Stephanie Dalley, investigadora de la Universidad inglesa de Oxford, los Jardines Colgantes de Babilonia nunca se han encontrado porque, para empezar, no estaban en Babilonia. Dalley afirma que los jardines se construyeron a 483 kilómetros de distancia, en Nínive, la capital del Imperio Asirio, cerca de la modera ciudad de Mosul, Irak. También sostiene que fue el rey asirio Senaquerib quien construyó los jardines, 100 años antes de lo que pensaban los eruditos.
La Dra. Dalley podría estar en el buen camino.
Las excavaciones en Nínive han revelado un sofisticado sistema de riego, y los grabados del palacio real muestran un gran jardín regado por un acueducto.
¿Podría ser la milenaria leyenda de los magníficos jardines de Babilonia un mero error geográfico?
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel