Piegarnde (Bigfoot)
Se dice que una especie de criaturas gigantes parecidas a los simios acecha los bosques del noroeste del Pacífico de Estados Unidos.
MONSTRUO O MITO, la saga de Piegrande dio un gran salto en el folclore estadounidense en julio de 1924, cuando The Oregonian informó de un violento enfrentamiento entre un grupo de mineros y una banda de hombres-simio peludos. Según Fred Beck, uno de los mineros, el equipo avistó a las criaturas mientras trabajaban en el monte Santa Helena, en el estado de Washington. Un minero disparó a uno de ellos, lo que desencadenó un asalto a la cabaña de los trabajadores por parte de las bestias enfurecidas esa noche. Beck afirmó que el Piegrande medía dos metros y medio y pesaba entre 260 y 363 kilogramos, con pies de 50 centímetros de largo.
Ese mismo año, el buscador y leñador canadiense Albert Ostman buscaba una mina de oro perdida cerca de Toba Inlet, en la Columbia Británica. Ostman afirmó que una noche, mientras estaba tumbado en su saco de dormir, una gran criatura de aspecto simiesco lo recogió y se lo llevó por el desierto. Cautivo durante seis días, Ostman escapó ileso, pero no contó su historia durante 33 años, temeroso de que la gente pensara que estaba loco o que era un mentiroso.
Mucha gente cree que la prueba más convincente de la existencia de Bigfoot es una película de 60 segundos rodada por Roger Patterson y Bob Gimlin en Bluff Creek, en el norte de Canadá. La película muestra supuestamente a un Bigfoot hembra que gira la cabeza y mira directamente a la cámara mientras se aleja a grandes zancadas unos 7,6 metros de los dos hombres. La mayoría de los científicos convencionales han tachado la película de engaño, pero otros han adoptado una postura más favorable.
La falta total de pruebas físicas de Piegrande no ha impedido que la criatura se convierta en una sensación de la cultura pop. Películas, programas de televisión y libros mantienen viva la leyenda.
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel