Falacias ad hominen y militancia política

Ágora*

Guido Mora Mora
guidomoracr@gmail.com

Guido Mora

A raíz de la columna publicada la semana pasada sobre “Causas de la derrota de Liberación Nacional”, he sido objeto de una serie de críticas, acusaciones y comentarios, en que se ha pretendido descalificar mi posición política y los argumentos que he emitido sobre la crisis que sufre Liberación Nacional.

Se ha argumentado y esgrimido una supuesta militancia política en el Partido Acción Ciudadana que no es cierta. Tengan certeza que, si esta afirmación fuera real, no tendría el menor problema en reconocerlo.

He sido liberacionista desde joven. La única adhesión partidaria que he firmado en mi vida, ha sido la de Liberación Nacional.

Me formé políticamente en La Catalina y tuve el placer de sentarme a escuchar a don Daniel Oduber, conversar con Don Pepe, con don Luis Alberto y con don Carlos Manuel Castillo, entre otros, sobre la realidad nacional, en mis tiempos mozos.

Fui asistente de investigación en la Oficina de Propaganda del entonces candidato Oscar Arias Sánchez entre 1985 y 1986.

Dirigí el instituto de Formación Política por aproximadamente ocho años, fui Secretario del Directorio Político por cuatro años y contrario a muchos otros liberacionistas de los que se dicen “de verdad”, nunca cobre un centavo por mi trabajo en los puestos desempeñados en el Partido.

Manejé la agenda de José María Figueres, dos años de candidato y mientras fue Presidente de la Republica, entre 1994 y 1997.

En la campaña de José Miguel Corrales, me desempeñé como Director Ejecutivo del Programa “Día E” y luego en la Oficina de Comunicación y Propaganda entre 1997 y 1998.

Me enorgullece haber sido amigo y asistente de Carlos Manuel Castillo, hasta el día de su desaparición física y, fui asistente de Sonia Picado, diputada y primera presidenta de Liberación Nacional entre 1998 y 2002.

Más recientemente acompañé al Dr. Sigifredo Aiza en la convención liberacionista realizada entre 2017 y 2018.

Mi línea de pensamiento pueden seguirla en más de 100 (cien) artículos, publicados aquí en Cambio Político, el diario digital de CEDAL.

En mis escritos podrán ustedes valorar si soy o no soy socialdemócrata.

Me retiré de la política y la militancia partidista, cuando un candidato, que ya no que no está en Liberación Nacional, rechazó mis críticas, ante sus actitudes y posturas que no compartía. La derrota de este candidato y su retiro posterior de Liberación Nacional, terminaron dándome la razón.

Me hizo el favor de “obligarme” a retirarme del partido y dedicarme al desarrollo de una empresa de la cual, afortunadamente, hoy vivo, sin tener que callar ante quiénes, desde sus posiciones de candidatos o jerarcas partidarios, prefieren a los aduladores sobre las personas analíticas.

Nunca he criticado o emitido epítetos que otros han divulgado, cuando abandonaron el partido y que luego les fueron perdonados, en su “triunfal regreso”, para promover sólo derrotas electorales.

Me acusan de no ser liberacionista, muchos de los que han sido cómplices del deterioro de Liberación Nacional. Algunos que están acostumbrados a correr y adular a los candidatos, sin importarles el respeto a sus valores y principios. “Liberacionistas” a los que nos les tembló la mano, para renunciar a los principios democráticos y apoyar a un grupo religioso, antidemocrático, vinculado a las sectas neopentecostales. Me señalan como no liberacionista, quienes han estado dispuestos a renunciar a los valores socialdemócratas, para acoger intereses y políticas que han empobrecido a los costarricenses. Decisiones que han generado las brechas sociales y económicas de las cuales, en Liberación Nacional, también somos responsables.

Antes de ser liberacionista, soy demócrata -socialdemócrata-, y respeto mis principios, no estoy dispuesto a renunciar a mis valores. Soy un hombre consecuente y mi vida pública y privada no ha estado manchada con una sola duda, sobre mi honradez y mi ética.

Camino con la frente en alto y no me tiembla la mano para señalar o criticar lo que no comparto.

Han recurrido a una falacia ad hominen para deslegitimarme, pero nadie ha hecho una crítica al fondo de mis planteamientos, ni se han referido, por el fondo, al análisis que publiqué, sobre “Las derrotas del Partido Liberación Nacional”.

Considero que hay que volver a estudiar, a pensar y a reinventar a Liberación Nacional y estoy totalmente seguro de que, quienes han estado dirigiéndolo –y no me refiero únicamente al Comité Ejecutivo-, lo han llevado por el camino equivocado. Salvo que alguien piense que, las derrotas de los últimos años, han sido un “premio” de los costarricenses, por hacer bien las cosas.

O corregimos el rumbo o Liberación desaparece y las élites partidistas tienen que entenderlo. No se pueden obtener resultados diferentes, haciendo las cosas de la misma manera.

He intentado hacer un llamado a la reflexión, pero hay quienes están más ocupados pensando en las elecciones municipales y en las candidaturas del 2022, que en el interés de rescatar al Partido Liberación Nacional.

Prevalece la misma actitud desinteresada e irresponsable, de la que fuimos testigos en la derrota del 2014. No se sientan responsabilidades y a muchos tampoco les interesa que se les cuestione sobre el uso de recursos, el manejo de campañas desastrosas o el penoso desempeño de candidatos a algunos puestos de elección popular. Estas son las situaciones, entre otras, que deben avergonzarnos como liberacionistas.

Son algunos de esos “verdaderos liberacionistas”, los que me señalan, sin hacer aporte alguno al diagnóstico de la problemática que enfrentamos.

Tengan certeza, quienes critican, que la militancia y el aporte a un partido político, va mucho más allá del activismo y la necesidad de figurar, para ser visto por los candidatos de turno.

En la militancia política, desde mi perspectiva, debe prevalecer, ante todo, la consecuencia, la coherencia y el respeto a los principios que siempre se han defendido. Y de esto señores, por fortuna, a mí me sobra.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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2 comentarios

  1. LUIS FERNANDO DIAZ

    Coherente, claro, convincente. Guido apunta a dónde si se enquistan los problemas.

  2. Gustavo Elizondo

    Siéntase tranquilo don Guido, es de los liberacionistas que valen la pena y llamados a levantar la mancillada bandera que una vez enarboló don Pepe. Yo me fui y no creo que vuelva, pero al igual que usted, soy social demócrata hasta los tuétanos y figuerista, de José Figueres Ferrer, hasta la última bocanada de aire que le robe a este mundo.

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