Esa dictadura

¿Y usted que opina?

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Daniel Ortega y Rosario Murillo han traspasado todos los límites de lo racional. Las únicas comparaciones con el oprobio latinoamericano moderno tienen que ver con estalinismo paquidérmico de Cuba y la diáspora de ese pueblo; las llagas abiertas de las torturas y el exilio forzado en el Chile de Pinochet o el genocidio de 30.000 muertos y desaparecidos en la Argentina de Videla; y la cueva de Ali Baba y los cuarenta ladrones que es la Venezuela de Maduro.

Esos horrores quizás superan los desvaríos de esta dictadura. Pero jamás la justifican. Nada justifica una dictadura de extrema derecha o izquierda. Son lo mismo. Antes y ahora y por siempre. Solo en libertad y democracia, con elecciones libres y en un Estado Social de Derecho, la aventura humana tiene sentido político y razón de ser. Se pierda o se gane en las urnas electorales.

Conste que, como demócrata, trato siempre de ser positivo frente a las debilidades de la condición humana y la “extraña locura” que genera el poder político sin pesos y contrapesos. Pero es que hay límites de límites, aún en esta tropical, macondiana y feliciana Centroamérica de dictadores de opereta.

Nicaragua es un país querido y hermano, condenado a sufrir desde el ignorante analfabeta que fue Pedrarias Dávila que la conquistó para España; pero a la vez símbolo de la resistencia de los más grandes de América Latina, en la figura heroica, rebelde y revolucionaria de Augusto César Sandino; así como Patria eterna e inmortal del poeta de poetas que fue Rubén Darío y su par de aguas en la lengua española; y de escritores del presente de talla universal, como Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez. Tierra musical y pueblo lleno de vida, de herencia y sangre andaluza mezclada con indios nicaraos, excelentes marimberos y cantantes populares y, a la vez, tierra de chafarotes primero de la Guardia Nacional Somocista y, ahora, del Ejército y la Policía Sandinista.

Es tan irracional y absurda la dictadura de Daniel y Rosario en el mundo en que vivimos, en pleno siglo XXI, que uno realmente no sabe si llorar de dolor y solidaridad profunda y auténtica con el pueblo nicaragüense o pensar que todo lo que sucede es un mal sueño, una pesadilla transitoria, un libro pesimamente mal escrito y que al fin, algún día, a ese pueblo hermano llegará la paz y el progreso, en un régimen democrático que le permita a los nicaragüenses, en libertad, expresarle al mundo su excepcional valor nacional, su sensibilidad profunda, su heroísmo probado y sus extraordinarias potencialidades, como fue siempre el sueño del mártir cívico Pedro Joaquín Chamorro. Algún día tendrá que ser.

Esta dictadura de Daniel y Rosario es detestable y es una vil traición a la revolución que le dio origen para liberar a Nicaragua de la infame dictadura de la familia Somoza. No para repetir y aumentar la misma trágica historia.

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Un comentario

  1. Gustavo Elizondo

    Efectivamente don Fernando, no sabe uno si llorar o pensar que es un mal sueño, pero este par de canallas son como torpes gnomos metidos en el cuento equivocado pero lo peor son los serviles que a su alrededor los adulan. ¡Tanta gente buena que se muere como Garbachov!, digo yo.

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