¿Es la juventud la dovela en la arquitectura social…? (I)

Los jóvenes necesitan urgentemente oportunidades…

Caryl Alonso Jiménez

Caryl Alonso

En la construcción de los arcos en arquitectura hay un punto que sostiene las fuerzas en tensión y ese punto se llama clave o dovela. Es una especie de cuña que va al centro del arco, que fue perfeccionado por los arquitectos romanos para construir los arcos y las bóvedas… se colocan justo al medio del arco para transferir cargas y tensiones hasta el final del arco.
Esto no lo supe sino hace 40 años, cuando el Licenciado Jorge Lujan (1938-2025), Director del Departamento de Historia de la Universidad del Valle, en los años de estudiante me invitó a ser profesor auxiliar de la catedra de estudios del arte, auxiliatura que marcó mi vida para siempre… desde entonces soy profesor universitario.

Debía dar mi primera clase sobre líneas arquitectónicas romanas, a pesar de su carácter parco y gélido, un gesto de calidez humana. Me explicó la relación de esa curiosa cuña que sostiene el entramado de las tensiones en el arco. Nunca olvido que para cerrar su explicación me expresó una frase que mantuve por años… “La dovela o clave es como esa generación dinámica capaz de sostener las tensiones sociales…”. No lo entendí hasta años más tarde cómo miembro del equipo asesor del Programa de Naciones Unidas en el Plan Nacional de Juventud.

Pero no fue sino hace una semana cuando Luis Linares, amigo, abogado con una excepcional y extensa experiencia en políticas laborales, agudo analista en prospectiva de los fenómenos sociales, políticos y económicos, miembro de la Asociación de Estudios Económicos y Sociales (ASIES), de Guatemala, me compartió su columna, “Con su democracia en peligro constante y una precariedad laboral cronoficada, los jóvenes de Guatemala necesitan urgentemente oportunidades”, en el que retrata la realidad en números las graves condiciones laborales de la juventud, y reclama con sentido prospectivo a los actores de política (elites y políticos), a quienes interroga con preocupación, ¿le darán la espalda a los jóvenes?

Con esa aguda virtud crítica, propia del que sabe que las olas de la objetividad son incontestables. La columna tiene el mensaje impostergable sobre la realidad de Guatemala y Centroamérica, en el que evidencia que el dato frio es un lenguaje de advertencia que revela la gravedad generacional de la juventud y que solo puede entenderse en código de políticas públicas, pero ¿lo entenderán?

El ruido semántico de Luis Linares es incontestable, el modelo economico de consumo demanda cada cinco horas liquides para el consumo de alimentos, cada ocho horas para el transporte, cada treinta días el pago de alquiler, agua, electricidad, deudas del pago plastificado. Y ahora cuotas mensuales de teléfono e internet que sube cada tres meses sin control… Pero eso se paga con salarios dignos… De repente el tema no es salario mínimo, sino el juego anual que pervierte los precios de consumo que deriva en inflación ficticia incontrolable pero del que nadie dice nada…

José Luis Muñiz, español, amigo y colega, más de alguna vez siendo director de un Programa de la Unión Europea en el Ministerio de Economía, de apoyo al empleo digno, me expresó las serias deficiencias estructurales del problema laboral de Centroamérica, que tienen su origen en el modelo economico y políticas Estatales que no fueron ajustadas hace 70 años a visiones estratégicas. Nunca se crearon inversiones en capital social y talento para la productividad.

Recuerdo que dedicamos largas horas en almuerzos en una librería de Guatemala… y siempre coincidimos que el tema es histórico y político, que debía transformarse. Siempre me advirtió que de no resolverse, seguirían eventitos de inglés, seminarios estratégicos y capacitaciones docentes que no transforman nada y conferencias anuales de organizaciones que tampoco inciden, excepto de nuevas reglas que nadie toca.
La columna me recordó una mañana cuando en el Primer Congreso de Estadística en Guatemala, el Doctor Maynor Cabrera, experto de UNEFPA presentó los datos estadísticos de las Cuentas Nacionales de Transferencia y demostró la gravedad del Bono Demográfico, y la débil previsión de los decisores de política y elites económicas, al no crear planes para recuperar los 25 años restantes al 2050. En un curioso gesto los asistentes le aplaudieron… pero esa mañana era para llorar.

Seguramente el Licenciado Jorge Lujan tenía razón hace 40 años, la dovela es justamente la juventud a la que hacía referencia. Esa generación que sostiene las tensiones sociales con esperanza, una fe en que las cosas van a cambiar, pero, ¿Van a cambiar…?

Ricardo Castro, dilecto amigo y académico en su columna del 4.10.2025 es implacable, “no hay futuro sin esperanza de la juventud…”. Los Jóvenes hicieron lo suyo, en uno de los actos más extraordinarios de la historia contemporánea… ¿Les daremos la espalda…?

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