Acuerdo busca retomar compromisos previos y aliviar tensiones en la relación comercial entre ambas potencias

Una nueva tregua comercial entre China y Estados Unidos fue pactada tras dos días de negociaciones en Londres. El presidente Donald Trump anunció el acuerdo a través de su red Truth Social, luego de una ronda de conversaciones que reunió a altos funcionarios de ambas delegaciones en un intento por retomar compromisos previos interrumpidos.
Este nuevo entendimiento reactiva el acuerdo alcanzado en mayo en Ginebra, el cual había fracasado por desacuerdos sobre exportaciones de tierras raras y restricciones impuestas por Washington. En su mensaje, Trump afirmó: «NUESTRO ACUERDO CON CHINA ESTÁ TERMINADO, SUJETO A LA APROBACIÓN FINAL DEL PRESIDENTE XI [Jinping] Y YO», y añadió que el pacto contempla el suministro anticipado de tierras raras por parte del gobierno chino.
Trump también expresó que su país respetará compromisos como permitir que «los estudiantes chinos utilicen nuestros colegios y universidades». No obstante, evitó referirse a las medidas de control impuestas sobre la exportación de chips a empresas chinas, uno de los temas más tensos en la relación bilateral durante meses anteriores.
Según un funcionario de la Casa Blanca, Trump estaría dispuesto a revisar estas restricciones si China cumple con acelerar la salida de tierras raras hacia el mercado estadounidense. Estas materias primas son esenciales en industrias tecnológicas, automotrices y de defensa, y su disponibilidad fue motivo de disputa en las últimas rondas comerciales.
El viceministro de Comercio de China, Li Chenggang, calificó las conversaciones como «racionales, profundas y sinceras», según reportó la agencia oficial Xinhua. Además, explicó que las partes acordaron implementar el consenso logrado previamente en Ginebra y en una llamada reciente entre ambos mandatarios. «Esperamos que los avances logrados en Londres contribuyan al fortalecimiento de la confianza entre China y Estados Unidos», sostuvo el funcionario.
Las reuniones tuvieron lugar en Lancaster House, un inmueble histórico cercano al Palacio de Buckingham, facilitado por el gobierno británico como espacio neutral para las negociaciones. Por parte de Estados Unidos asistieron el secretario del Tesoro Scott Bessent, el secretario de Comercio Howard Lutnick y el representante comercial Jamieson Greer. La delegación china fue encabezada por He Lifeng, viceprimer ministro encargado de temas económicos.
Ambas partes intentaron salvar el acuerdo de Ginebra, que contemplaba una reducción mutua de aranceles en 115 % y un periodo de 90 días para resolver el conflicto comercial. Sin embargo, ese pacto se debilitó tras acusaciones cruzadas sobre incumplimientos y nuevas restricciones regulatorias por parte de Estados Unidos hacia empresas chinas del sector tecnológico.
En paralelo con las negociaciones, un tribunal federal de apelaciones en Estados Unidos permitió que varios de los aranceles impuestos por Trump permanezcan vigentes mientras se revisa un fallo anterior. Estos gravámenes, conocidos como medidas del «día de la liberación», seguirán suspendidos temporalmente por 90 días, según lo decidido por el propio mandatario.
Tras el anuncio del acuerdo, los mercados financieros mostraron señales positivas. El índice CSI 300, que incluye acciones en Shanghái y Shenzhen, subió 0,8%, mientras que los futuros del S&P 500 aumentaron 0,4% al cierre del miércoles.
NotiPress