Julio 4, 2025
Por Corresponsal de IPS
GINEBRA – Lo que ocurre en Gaza es un genocidio sustentado en un sistema de ocupación explotadora y lucro, expuso en un informe la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Teresa Albanese.
“Los actores corporativos están profundamente entrelazados con el sistema de ocupación, apartheid y genocidio en el territorio palestino ocupado”, denunció Albanese en un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en esta ciudad suiza.
Sostuvo que, durante décadas, la represión israelí contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania ha sido orquestada por corporaciones plenamente conscientes, aunque indiferentes a las violaciones de derechos humanos y crímenes internacionales.
La experta documentó que, en los últimos 21 meses, la bolsa de Tel Aviv subió 213 %, acumulando 225 700 millones de dólares en ganancias bursátiles, de las cuales 67 800 millones corresponden solo al último mes.
Esos rendimientos “se alcanzaron mientras el genocidio israelí devastaba las vidas y los paisajes palestinos. Para algunos, el genocidio es rentable”, afirmó Albanese.
Decenas de personas mueren cada día en Gaza abatidas por las fuerzas israelíes, incluso en hospitales y centros de refugio, y la ONU documentó que al menos 613 palestinos perecieron, en las semanas recientes, cuando acudían a puestos de distribución de alimentos de una fundación establecida por Israel y Estados Unidos.
El actual conflicto, que ha devastado la Franja, se inició cuando la milicia islamista Hamas atacó el sur de Israel y murieron unas 1200 personas. La respuesta militar israelí ha cobrado la vida de al menos 57 000 palestinos y herido a unos 134 000.
Israel también ha acentuado sus medidas de control y represión en Cisjordania, y en ambos territorios palestinos ocupados ha forzado el desplazamiento de población, varias veces para miles de familias en el caso de Gaza en el último año y medio.
La relatora especial sostuvo que la infraestructura corporativa que se beneficia de la economía de ocupación israelí se ha transformado “en una economía de genocidio”.
“Los actores corporativos están profundamente entrelazados con el sistema de ocupación, apartheid y genocidio en el territorio palestino ocupado”, afirmó.
Identificó a 48 empresas -entre ellas algunas fabricantes de armas, tecnológicas, financieras y de construcción y energía-, que han incumplido sus responsabilidades legales más básicas de ejercer su influencia para poner fin a la violación de los derechos palestinos, o terminar las relaciones y desvincularse.
En cambio, abundó la experta, han tratado las actividades ilegales de Israel en el territorio palestino ocupado como una actividad económica ordinaria, incluso mientras las atrocidades se intensificaban después del 7 de octubre de 2023.
“Estos actores han consolidado y expandido la lógica colonial israelí de desplazamiento y reemplazo, y esto no es accidental”, dijo, y añadió que esa es la función de una economía construida para dominar, desposeer y expulsar a los palestinos de su tierra.
Entre otras especificaciones, el informe nombra a las empresas proveedoras de aviones F-35 (fabricados por la estadounidense Lockheed Martin), drones y tecnología de puntería que permitieron el lanzamiento sobre Gaza de 85 000 toneladas de bombas, seis veces la cantidad de Hiroshima.
También destaca a las compañías tecnológicas que han utilizado datos palestinos para la guerra de inteligencia artificial; a las firmas de energía que han alimentado el bloqueo israelí; y a las constructoras que siguieron suministrando el equipo que ha reducido a escombros Gaza.
Aparecen así en su informe nombres como Elbit Systems, Aerospace Industries y NSO de Israel, junto a IBM, Hewlett-Packard, Alphabet, Amazon, Microsoft, Chevron y Caterpillar (Estados Unidos), Hyundai (Corea del Sur), Glencore (Suiza), Maersk (Dinamarca), Tnuva (China) y Volvo (Suecia).
Albanese planteó que actores aparentemente neutrales como sitios turísticos, supermercados y universidades, “están normalizando el apartheid (segregación étnica) y la eliminación sistemática de la vida palestina”.
En este sentido, aseveró que las empresas no pueden alegar neutralidad: “o forman parte de la maquinaria del desplazamiento, o de su desmantelamiento”.
La relatora instó a los Estados a imponer un embargo de armas total, suspender los acuerdos comerciales y de inversión, y exigir responsabilidades a las empresas por las violaciones del derecho internacional.
“Palestina es un espejo que refleja los fracasos morales y políticos del mundo. Poner fin a este genocidio requiere no solo indignación, sino también ruptura, reflexión y la valentía de desmantelar lo que lo posibilita”, concluyó la experta.
A-E/HM