Por Maximilian von Klenze (dpa)
Löhne (Alemania), 25 oct (dpa) – Michael Stücke es un tipo abierto, pero prefiere que en vez de que se le pregunte cuántas ovejas tiene, se consulte mejor qué tipo de ovejas posee en sus tierras en Alemania.
En su granja de Löhne, en el noroeste alemán, cuida desde hace aproximadamente un año un nuevo rebaño, además de su explotación ovina habitual. Y este rebaño no es un rebaño cualquiera. Es, como él mismo dice, el primer rebaño de ovejas gays de Alemania, quizá del mundo entero.
Los animales fueron comprados a criadores de toda Alemania y ahora en su granja pueden «vivir y amar a quienes quieran y como quieran», afirma.
La lana de estas ovejas se utiliza para crear una colección de moda, cuyos beneficios se destinan íntegramente a proyectos que refuerzan los derechos de la comunidad «queer» en todo el mundo.
El proyecto «Rainbow Wool» (Lana arcoíris) cuenta con el respaldo de Michael Stücke -que vive con un hombre-, la organización de derechos civiles «Verband Queere Vielfalt» (Federación Diversidad Queer) y una agencia de publicidad de la ciudad alemana de Colonia, que apoya el proyecto de forma voluntaria.
Según los estudios, alrededor del 9 % de los carneros son gays. Stücke afirma que estos animales solo se interesan por otras ovejas macho, por lo que no interesan a los criadores.
Gottfried Hohmann, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, también confirma que la homosexualidad es algo completamente normal en el mundo animal y se da en innumerables especies animales.
En el reino animal, explica el experto, la sexualidad no solo sirve para la reproducción, sino también para reducir el estrés, por ejemplo dentro de un rebaño.
Normalmente, los carneros gays acaban en el matadero. Como la mayoría de las ovejas en Alemania, por cierto, ya que en este país hay muy poca producción de lana. Stücke también destina algunas ovejas a la producción de carne. Sin embargo, el rebaño gay solo se esquila.
Rodeado de ovejas de la raza Bentheimer Land, Heidschnucken de cuernos grises y una oveja Walliser de nariz negra, Stücke camina por su pradera en una jornada ligeramente lluviosa y habla de cómo llegó a tener carneros gays, o más bien de cómo los carneros gays llegaron a él.
Una y otra vez es interrumpido por los animales, que a veces con más o menos ternura le embisten en el costado.
El granjero recuerda que todo comenzó cuando una amiga le preguntó si también existían ovejas gays. Si bien estaba desde hace casi 30 años en el negocio, jamás se había puesto a pensar en ese tema.
Pero tras una nueva conversación con el veterinario de la granja, su curiosidad aumentó y Stücke investigó un poco. Cuando la amiga le sugirió que comprara carneros gays y utilizara su lana para hacer moda por una buena causa, aceptó dar el paso.
Lo que sucedió después superó todo lo que Stücke podía siquiera imaginar.
El cantante Bill Kaulitz adoptó dos ovejas como parte de una campaña publicitaria para «Rainbow Wool». Las preguntas de los medios inundaron de repente la bandeja de entrada del correo electrónico de Stücke y su granja se convirtió en un plató durante unos días para rodar un vídeo.
Para Stücke, esto también fue un contacto con un mundo que a primera vista parecía lejano. El hombre suele conducir una camioneta pick-up, describe a la ciudad de Bielefeld como una «metrópolis» y en la pared de su granero cuelga una foto del último emperador alemán, Guillermo II.
«Nuestro proyecto también demuestra que en el campo somos mucho más abiertos de lo que mucha gente cree», afirma Stücke.
Stücke clasifica, lava y desenreda la lana en su granja, con equipos que en algunos casos tienen más de 100 años, antes de recogerla e hilarla en una fábrica profesional, para producir gorros, parches y cordones de zapatos con los colores del arcoíris.
Con las 21 ovejas gays que tiene hasta ahora, la «lana arcoíris» aún no es suficiente para prendas más grandes. Sin embargo, el rebaño no deja de crecer y aún tiene capacidad para 100 carneros. «Entonces también podremos hablar de una colección más grande», anticipa.
Stücke espera que la historia de las ovejas homosexuales impulse también su atribulado sector. Le encanta su trabajo, pero los últimos años han sido duros para los criadores de ovejas.
Primero fueron años de mucha sequía, ahora es la enfermedad de la lengua azul. El productor advierte que muchas explotaciones cerraron. «Hay que idear proyectos para salvar el negocio», dice.
El proyecto «Rainbow Wool» garantiza que los carneros gay vivirán tranquilos en su granja por el resto de su vida, pero a diferencia de otras explotaciones de animales, no se puede contar con que tengan descendencia.