El graduado (película)

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Hace ya algún tiempo que quería escribir sobre “El graduado”, una película muy especial que fue todo un éxito en EE.UU. No es exactamente del período del cine clásico, pero si todo un clásico, llegando a ser con el tiempo una de esas cintas icónicas que perduran en el tiempo. Yo era un niño cuando se estrenó, sin embargo siempre la tuve presente, especialmente por su banda sonora (soundtrack) con música del dúo Simon y Garfunkel, y tengo que decirlo, por ser un tema un poco tabú en su momento. Pero especialmente por tratarse de una historia de amor, un poco sui generis eso si, pero historia de amor al fin y al cabo; y recuerden que soy muy sensiblero para estas cosas. Además de contar en su elenco con dos bellísimas actrices, como lo son Anne Bancroft (†) y Katharine Ross.

Por fin la logré ver en mi juventud, y hace poco la vi de nuevo, aprovechando el #QuedateEnCasa que nos impone la pandemia. La película conserva todo su frescor, esto por ser atemporal, es decir, sobrevive sin problemas al paso del tiempo. Y verla actualmente sin el morbo de la época en que se estrenó, permite hacerlo con ojos críticos normales, sin que este de por medio la mojigatería.

Empiezo con la ficha técnica:

Nombre: El graduado (The graduate)
Año: 1967
País: EE.UU.
Duración: 105 min.
Director: Mike Nichols (1931-2014)
Guión: Calder Willingham y Buck Henry, basado en la novela homónima de Charles Webb
Director de fotografía: Robert Surtees
Montaje: Sam O’Steen
Banda sonora: Dave Grusin y Paul Simon
Producción: Lawrence Turman para Embassy Pictures Corporation y Lawrence Turman Inc.
Reparto: Anne Bancroft (señora Robinson), Dustin Hoffman (Benjamin Braddock), Katharine Ross (Elaine Robinson), William Daniels (señor Braddock), Murray Hamilton (señor Robinson), Elizabeth Wilson (señora Braddock), Buck Henry (recepcionista del hotel), Walyer Brooke (señor McGuire), Alice Ghostley (señora Singleman) y Norman Fell (señor McCleery)
Premios de la academia de 1967: Óscar al mejor director (Mike Nichols), tuvo seis candidaturas más, entre ellas la de Anne Bancroft como mejor actriz y la de Dustin Hoffman como mejor actor.

Del libro “100 clásicos del cine del siglo XX” tomo el argumento de la película:

‘Una palabra Benjamín, solo te diré una palabra’, susurra el viejo amigo de la familia Braddock, el señor McGuire (Walter Brooks) al oído del joven Benjamin (Dustin Hoffman), que acaba de licenciarse en la universidad, durante la fiesta que los padres de este celebran en su casa de Beverly Hills. Parece que va a revelarle algo tremendamente significativo pero solo dice “¡Plástico!”. Benjamín no tiene ni idea de lo que quiere decir.

“Plástico” es la palabra del futuro. Sin embargo, el nuevo y mágico material no interesa en absoluto a su interlocutor. De hecho, a Benjamín Braddock le atraen otras cosas que las nuevas ideas empresariales de su padre y los amigos de este, aunque es cierto que nadie sabe con exactitud que es lo que el joven desea… y mucho menos él. Hasta este momento, el futuro ha sido lo que los demás —padres, entorno, etiqueta social— han decidido por él resultado inevitable de ciertas circunstancias. No sabe a donde dirigir sus pasos pero, ante todo, tiene claro que no quiere ser como sus padres, superficiales y acomodados.

El ex universitario se refugia en su habitación y se sienta ante el viejo acuario, en el que nada un desangelado muñeco submarinista. De repente, la señora Robinson (Anne Bancroft) hace su aparición y el futuro de Ben vuelve a parecer tremendamente prometedor.

Lo que sigue es una de las escenas de seducción más sugerentes jamás rodadas en Hollywood. La señora Robinson convence a Ben para que la lleve a casa en su nuevo Alfa-Romeo color cereza. Esta atractiva mujer de cuarenta y tantos años es la esposa del colaborador más importante del padre del joven y, además, amiga de su madre. Con nuevas excusas, consigue llevar al ingenuo Ben al dormitorio. Al final de la secuencia, ella queda desnuda frente a él y le hace una proposición inequívoca. Presa del pánico, Ben huye de la habitación cuando oye acercarse el carro del señor Robinson (Murray Hamilton).

No obstante, el que ha visto una vez a la señora Robinson de esta guisa ya no puede sacársela de la cabeza. Apenas dos días después, nuestro protagonista acepta su oferta y la llama desde la habitación de un hotel. Dos horas más tarde, están en la cama. Para Ben, es la primera vez. Desde entonces, se verán cada día. En la película se hace un hábil uso de las sobreimpresiones para mostrar el paso del tiempo como un cambio sin transiciones entre habitaciones de hotel, el cuarto del joven, de una cama blanca a una colchoneta flotante. La señora Robinson no Impone demasiadas condiciones, con una excepción: Benjamin no debe ver a su hija Elaine (Katharlne Ross). Su amante romperá esa promesa y las consecuencias serán importantes: un amor romántico, rebelión, una persecución y, finalmente, una espectacular huida de una boda junto a la novia. La segunda película de Mlke Nichols con Dustin Hoffman, que en aquella época pareció convertirse en una estrella de la noche a la mañana, comienza como una comedia y termina como un melodrama.

La cinta se centra en las discretas transiciones que se producen en el camino de iniciación de Benjamin Braddock, un inmaduro graduado que se convertirá en un hombre decidido, y cabe decir que la concepción formal del proceso es magistral. Además del zoom, se recurre a menudo a una fluida técnica de sobreimpresiones casi imperceptible para el espectador. Los medios estilísticos expresan tanto los cambios repentinos como las furtivas novedades en la vida del joven. El tiempo transcurrido en la película queda en suspenso, mientras que las distancias se superan con ligereza. Al ritmo de las cancionees del álbum Sounds of Silence, de Simón y Garfunkel, presenciamos una especie de pasaje cinematográfico que nos permite asistir al proceso de maduración de Benjamin como si nos percatáramos gradualmente de nuestros propios sentimientos y anhelos. No es casualidad que recurra una y otra vez a las imágenes acuáticas: acuarios, piscinas e incluso una perspectiva subjetiva que parece haberse filmado a través de unas gafas de bucear. Muchos de estos enfoques subrayan la metamorfosis, la necesidad de encontrar un camino nuevo. El despertar de Ben a la vida adulta tiene lugar en un ambiente resquebrajado, en un espacio poco seguro. Sin embargo, el filme es sobre todo una colección de imágenes impresionantemente precisas de la superficie amable y abigarrada un de entorno decadente.

El argumento esconde una historia oculta respecto a Elaine y Benjamin, historia que parece conocer muy bien la señora Robinson, y que parece ser la verdadera razón de su oposición a la relación entre ambos. Cuál sea esta historia oculta es un misterio, dado que nada se dice expresamente; quizá un dato sea el de la concepción de Elaine en un Ford, historia que sí se cuenta, y que al parecer precipitó y obligó a la señora Robinson a una boda sin amor. Se ha especulado que podrían ser hijos del mismo padre y por lo tanto medio-hermanos, pero es solo eso, una especulación, porque nada se dice en la película o en la novela.

La banda sonora, uno de los puntos fuertes de esta película, está compuesta por canciones del dúo Simon y Garfunkel que fueron compuestas por Paul Simon. En 1967, el director Mike Nichols les encargó que compusieran una serie de temas para una película que iba a dirigir. Paul se puso enseguida manos a la obra y compuso un tema que se llamaba Mrs.Roosevelt y se lo entregó a Mike. Éste, al escucharlo, consideró que reflejaba la personalidad de un personaje de la película, y el tema acabó por titularse Mrs. Robinson, al igual que la protagonista del largometraje. El tema más popular del disco es Mrs. Robinson (señora Robinson). Esta canción nunca se escuchó completa en la película, en el disco hay un tema instrumental más completo, y otra versión reducida para utilizarla en la película. La banda sonora de El graduado estuvo 9 semanas en la primera posición de los listados de grandes éxitos y logró ser disco de oro. Además, el tema Mrs. Robinson consiguió dos grammys. La mayoría de las canciones ya se habían publicado, menos el éxito “Mrs. Robinson”, escrito para la película; luego, versionada por múltiples cantantes, como Frank Sinatra. También es parte de la banda sonora (en la escena de inicio) la famosa canción “Los sonidos del silencio”, de la cual ya les escribí hace poco, donde incluso doy algunos otros detalles relacionados con la cinta. Además de las canciones de Simon y Garfunkel, la película cuenta con una parte instrumental de Dave Grusin.

La película recaudó más de 100 millones de dólares, superando por mucho su presupuesto de tres millones de dólares. Las críticas en el momento de su estreno fueron en general positivas, y con el tiempo fue aclamada como un clásico del cine norteamericano. Posee un promedio de aprobación de 89% en el famoso Rotten Tomatoes.

En 1996, la película fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.

No quiero dejar de mencionar la célebre escena de la seducción (la que se menciona en el argumento), donde Anne Bancroft en la piel de la señora Robinson, únicamente muestra una pierna; estirada provocativamente en primer plano, mientras que al fondo y muy pequeña aparece la figura del joven y tímido Benjamin, y es cuando dice a la señora Robinson la frase que se volvió famosa: Señora Robinson, está intentando seducirme, ¿verdad?.

También hay un vídeo excelente con las mejores escenas de Dustin Hoffman.

La película se puede conseguir en alguno de los lugares de alquiler por streaming como Google Películas donde se puede ver en HD subtitulada.

Con aportes de la Wikipedia

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