El día del zurdo

José Manuel Peña

José Manuel Peña Namoyure

Cosas veredes amigo Sancho”, decía don Quijote, y eso pasa con las personas que escribimos o pateamos con la mano o pie izquierdos.

El 13 de agosto es el «día del zurdo» y por ninguna parte se le da pelota a ese hecho trascendental de no muchos millones de personas en el mundo suma ínfima a la par de los de la derecha), que tenemos esa virtud dado por Dios.

Si se repasa la historia, muchas personas importante en distintas etapas han sido o son zurdas, como los ex presidentes Bill Clinton, Barak Obama, Laura Chinchilla y otros.

Curioso, este acontecimiento coincide con un enjundioso y bien elaborado ensayo que publica mi amigo y compañero, Carlos Revilla Maroto en Cambio Político.

De modo que soy zurdo porque escribo con la mano izquierda y soy de izquierda orgullosamente en lo político-ideológico, desde los tiempos juveniles cuando con privilegio inigualable, iba a La Catalina a escuchar, aprender y asimilar, las profundas enseñanzas que nos daban los «pesos pesados» del PLN en medio de ese ambiente maravilloso de las montañas heredianas.

Ahí, en esos amplios salones, en medio de la tranquilidad rural de Birris, jóvenes con algún grado o basamento de liderazgo, venidos de todos los confines del país, nos nutríamos de las charlas y conferencias magistrales de quienes eran los grandes líderes del PLN.

Sin duda, ahí aprendimos y juramos ser fieles (en mi caso, sin haberla traicionado hasta ahora y hasta la muerte), a la ideología socialdemócrata, al socialismo democrático, que, patético y triste, hoy en día en día asusta o aterra a algunas personas que dicen ser liberacionistas.

Me baso en una linda anécdota vivida en la histórica Hacienda La Flor de mi amado y nunca olvidado Presidente Daniel Oduber, para sustentar lo dicho líneas arriba.

Un sábado lo fui a ver porque quería enseñarme alguno cultivos, sistema de riego y otros aspectos, en un verdadero «día de campo».

En la acogedora casona, apenas llegué le hablaba de política; él decía que de eso se ocupaba en San José y en Guanacaste se desintoxicaba.

Recuerdo que logré me diera espacio a mi elucubraciones en sus profundas reflexiones y enseñanzas, mas en un momento me dijo: yo lo invité para que vayamos al campo y usted me habla de política.

Y preciso don Daniel: para terminar este tema le digo esto: «mientras haya hambre, miseria e injusticia en el mundo; necesaria e inevitablemente tendrá que haber socialismo, porque el capitalismo solo se ocupa de las ganancias».

En esa apretada pero profunda definición, del ex presidente Daniel Oduber, portentoso y fuera de serie político y brillante doctor en filosofía, me quedó claro que nunca debo dejar de ser de izquierda o socialista democrático, porque «lo único perfecto en este mundo son las desigualdades», como dijo un escritor, cuyo nombre no recuerdo.

Y lo seré, mientras esta casi bicentenaria democracia nos recete, más del 20 por ciento de pobreza, un desempleo galopante y por encima de todo, una terrible desigualdad social que no se vale y no se justifica, máxime, que no tenemos que incluir en el presupuesto nacional cada año, el porcentaje que casi todos los países del mundo destinan a las fuerzas armadas.

Así que en este día glorioso de los zurdos, renuevo mi credo socialdemócrata.

Periodista

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