Sra. Ministra de Cultura Nayuribe Guadamuz
Sr. Embajador de Francia Philippe Vinogradoff y muy querida Tamar, a quienes hoy tenemos también el honor y la nostalgia de despedir, ya que será la última ocasión en que nos acompañen en una actividad pública de la Alianza, antes de su regreso a Francia el próximo mes…
Sra. Embajadora de Canadá, Elisabeth Williams
Queridos miembros de la Asociación Alliance Française du CR y en particular, queridos colegas, miembros de la Junta Administradora de esta asociación,
Queridas Emmanuelle y Amandine, profesores, personal administrativo, alumnos y de manera más amplia, a todos los que nos acompañan esta noche con un epíteto común: ¡muy apreciados amigos de la Alianza!
75 años… es una cifra contundente, innegablemente la edad madura, para una persona y también para una institución.
Nuestra Alianza llega a este aniversario con una enorme ventaja sobre las personas: logrando ser una experimentada, madura y siempre juvenil señora de 75 años: llena de proyectos, de ideas, y de jóvenes y de niños en sus aulas, en sus talleres y en sus actividades culturales.
Si se nos diera la posibilidad de viajar en el tiempo, definitivamente, a mí me encantaría asomarme al pasado y ver los lugares, pero sobre todo a las personas que han ido cambiando los destinos de la humanidad en sus diferentes facetas.
La Alianza Francesa de San José se fundó en 1947, un momento de grandes cambios en el Estado y en la sociedad costarricense que curiosamente, tienen algún paralelo con las circunstancias que habían dado origen a la Alianza Francesa como institución, fundada en París en 1883 (solo dos años antes de la construcción de esta casa que hoy la alberga en Costa Rica). Nace como producto de la efervescencia cultural e intelectual que se vivía en Francia en una época de postguerra, donde un grupo de pensadores, académicos, artistas y empresarios (Paul Cambon, Jules Verne, Louis Pasteur, Ferdinand de Lesseps, Armand Collin y Ernest Renan entre otros) se reunió para crear una asociación no estatal cuya función sería promover la lengua, las ideas y la cultura francesa en el mundo, a pesar de los vaivenes de la política o de las restricciones económicas (que justamente estaban padeciendo en aquel momento).
Lo más novedoso y revolucionario fue el concepto que abrigó la creación de las alianzas francesas en el mundo entero, “asociaciones libres de hombres libres”, concepto de base para esta institución sólida que llegaría a convertirse en la ONG cultural más importante del mundo. Esa apuesta revolucionaria tuvo un éxito mucho más allá de lo que imaginaron: casi 140 años después, las más de 1.000 alianzas presentes en 136 países son todas asociaciones locales, apolíticas, laicas e inclusivas.
1947, justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo se despertaba del horror e intentaba reconstruir instituciones, ciudades y economías, pero cuando también dieron un salto fenomenal la ciencia y la tecnología, cuando la forma de vida empezaba a cambiar en el mundo, Costa Rica se asomaba a aquella primera globalización y, si bien históricamente siempre habíamos sido francófilos, imaginar la enseñanza del francés privada pero institucional, era una gran novedad. Aún no lo sabíamos, pero también nos preparábamos para entrar en una guerra civil corta y brutal, que nos condujo al cambio más revolucionario de nuestra historia: privilegiar la cultura sobre las armas.
En esa época convulsa, un grupo de intelectuales locales decidió crear una Alianza Francesa en Costa Rica. Jorge Astúa fue su primer director en 1949. Los primeros profesores de francés en la Alianza fueron el belga René Van Huffel, la francesa Renée Cabezas, y los costarricenses José Antich y Victoria Garrón, quien años después, ocuparía el cargo de vicepresidenta de la República de Costa Rica.
¿Pero para qué servía hablar francés? ¿Para qué sirve aún hoy?
Claude Lévi-Strauss, decía que « un mundo en el cual sólo se hablara un único idioma sería un mundo de una horrible soledad » – puesto que en tal universo, nunca encontraríamos al otro, y hablar una única lengua nos conduciría a tener una única visión del mundo.
La Alianza Francesa fue concebida como lo que suelo llamar un ‘banco de tres patas’, el primero: una administración que toma las decisiones que le corresponden bajo la égida de un director o una directora, que siempre imprime su sello personal a la vida cotidiana de la Alianza. En segundo lugar, una participación del Estado francés que es el socio natural y privilegiado, que contribuye y también recibe a cambio, la contribución de las alianzas a la imagen de Francia en el extranjero. Y finalmente, de acuerdo con la idea extraordinaria de los fundadores, como asociaciones de derecho local, las alianzas son gobernadas por una junta directiva que, en cualquier circunstancia, debe velar por la subsistencia de la asociación tanto desde el punto de vista jurídico como financiero (lo cual ha sido fundamental en casos de conflictos armados, particularmente). Pero sobre todo, la Junta Directiva debe vigilar que siempre se cumplan los fines y objetivos para los cuales fue creada: una asociación libre de personas libres, sin color político, sin credo religioso y velando siempre por el respeto a los ideales humanistas que solo la cultura puede garantizar. Así ha sido desde los casi 140 años de su creación, y así ha sido también en nuestra Alianza Francesa de Costa Rica en sus 75 años.
El lingüista y alto funcionario de la cultura francesa Xavier North dice: Hablar varios idiomas es acceder a varios mundos; es la posibilidad de viajar entre diversas culturas, y no es casualidad que se hable metafóricamente de los idiomas como de verdaderos « pasaportes ».
La lengua francesa representa, en ese contexto, un pasaporte diverso, a un mundo ancho y variado, ya que es la lengua materna de 90 millones de personas en el mundo (solo un 70% de los cuales, son franceses), mientras que es hablada por otros 300 millones. Es el idioma oficial de 13 países, y el idioma co-oficial de 16 países.
Nuestra Alianza es una asociación activa que en la actualidad cumple fielmente con los principios de las alianzas francesas del mundo entero: la enseñanza del francés, la difusión de la cultura francesa a través de su formidable mediateca y de las actividades culturales “venues de France”… pero también, y no menos importante, es su presencia en el mundo cultural costarricense, en el cual la Alianza juega un papel fundamental de liderazgo y de compromiso solidario con los artistas y con los distintos movimientos y manifestaciones culturales de todo tipo, donde no solamente la Alianza está presente, sino que es motor y referencia.
Ese modelo original y su doble función de enseñanza de la lengua y de centro cultural, hacen de la Alianza un mundo, un teatro, o un circo … porque siempre suceden cosas, ¡muchas cosas! Es fascinante ver cómo la casa de la Alianza en San José vive y siempre está llena de jóvenes y menos jóvenes que asisten a clases y utilizan los servicios de su rica mediateca, pero que también acuden a participar en eventos culturales de todo tipo: en la Alianza siempre pasa algo: se inauguran exposiciones de diseño, de artes plásticas, de historietas y de fotografía, se baila tango, se hacen desfiles de modas y tertulias, se dan conferencias sobre cine, arquitectura, historia, chocolate … y por supuesto, se va al cine! Ello sin olvidar los grandes acontecimientos culturales propiciados por la Alianza y que ya son un hito: la Fiesta de la Música, la Fiesta de la Francofonía, Noviembre digital, entre otros… haciendo de la Alianza Francesa una institución faro en la vida cultural de San José.
Durante sus 75 años de existencia, la Alianza Francesa ha sido la vitrina de Francia en Costa Rica. Es en mucho gracias a ella que el francés se ha mantenido vigente como la 2ª lengua extranjera que se enseña en el país. Es a través de la Alianza que los costarricenses se acercan a Francia, y es la Alianza un punto de reunión para franceses y francófonos que residen aquí. Con la enseñanza del francés va de par, además de la promoción de la cultura francesa, la difusión de las culturas francófonas y, por ende, de las manifestaciones culturales en su más amplio sentido. Y en el aspecto financiero, los cursos siguen y seguirán representando el principal ingreso ordinario de nuestra institución.
El 21 de mayo de 1984, la Alianza fue declarada de utilidad pública. Entre 1949 y 1964 la Alianza contaba con 100 estudiantes por año en promedio (¡hoy tenemos cerca de 2.200 inscripciones diferentes al año!).
A través de su historia, la Alianza Francesa de Costa Rica conoció altos y bajos, siendo el Covid uno de los mejores ejemplos de su capacidad de resiliencia. Nunca imaginamos que la crisis nos conduciría al éxito extraordinario que tuvimos en el 2020, porque no solamente tuvimos ganancias no imaginadas, sino que además, la institución demostró su solidez moral e intelectual: la gente decidió estudiar francés durante la pandemia. Pero lo hizo con nosotros porque la Alianza es confiable, es moderna, es activa, es agradable y ¡es eficiente!
Después de haber estado al costado norte de la Catedral, frente al Sagrario, y en los altos del cine Rex, en 1965 se instaló en esta casa, que logró comprar en 1989, inscribiéndola en el patrimonio con el fin de preservarla.
La casa construida en 1895 (dos años antes de que se concluyera el Teatro Nacional) bajo la influencia del francés, Amon Fasileau du Plantier (el famoso Monsieur Amón que ideó la construcción de este barrio que lleva su nombre), contiene en su historia y en su arquitectura, muchos elementos de la cultura de aquel mundo de ideas humanistas y de personas idealistas que caracterizaron las sociedades francesa y costarricense de entonces… Ha tenido varias restauraciones y renovaciones con el fin de mantenerla y de adaptarla a las necesidades vinculadas con su función. Porque esta venerable anciana es a la vez la institución más joven y dinámica de la vida cultural de San José.
Hemos de tener presente que la Alianza es, sin embargo, mucho más que esta casa, es sobre todo la gente que la visita, los estudiantes que en ella aprenden y las personas que en ella trabajan con mística, esfuerzo y dedicación: los profesores y el equipo administrativo: todos ellos merecen nuestro aplauso y nuestro más profundo reconocimiento. Asimismo, quiero reconocer el esfuerzo de artistas, personalidades, conferencistas, patrocinadores y colaboradores provenientes de un sinnúmero de entidades costarricenses y francesas, a los miembros de la junta, a los alumnos, que dan vida y contenido a estas paredes, a todos ellos, aunque no los mencione uno a uno pues tenemos la dicha de que sean muchísimos, nuestro profundo agradecimiento.
Désirée Segovia
Presidente
San José, 7 de octubre 2022.