Dimensión Humana, Política y Espiritual del Padre Benjamín Núñez

Por David Gómez Acuña

David Gomez

Puntual y a la vez entrañable, esta semblanza del Padre Benjamín Núñez Vargas honra la figura del sacerdote y luchador de gran energía y sólido pensamiento político y social. Nació el 24 de enero de 1915 en Pacayas de Cartago. En sus años escolares fue monaguillo en la Parroquia de Pacayas, sobresalía por sus capacidades y su talento entre los demás niños que también servían en la iglesia, así que en el año 1926 el Padre Francisco Steinhoff párroco de Pacayas en ese momento, lo seleccionó y envió al Colegio Seminario, donde iba a ser conocido como “Perfecto”, por sus grandes capacidades intelectuales y de personalidad. Sus padres fueron Juan Pablo Núñez que en esa época era el herrero del pueblo y se dedicaba también a la agricultura, tuvo una vida muy longeva, murió en el cantón de Coronado y Mariana Vargas su madre murió muy joven, mientras el padre Núñez se encontraba en los Estados Unidos realizando sus estudios de Sociología.

Pacayas lugar de su nacimiento, es un pueblo rural, de grandes campos agrícolas llenos de fertilidad, con paisajes hermosos así como los más bellos, de gente humilde, trabajadora, noble, con un gran don de gente. El Padre Benjamín amaba a su Pacayas, siempre lo llevo en su corazón y sus valores tienen cuota de esta humildad y nobleza pacayanse, además de que sus padres sembraron en él el deseo de superación personal y su amor por Dios. Creció en las montañas de Pacayas con la compañía cercana de su hermano Santiago quien también fue sacerdote, oraban fervientemente haciendo cada día su fe más firme.

El 9 de enero del año 1938 se lleva a cabo su ordenación sacerdotal, años después en 1940, Monseñor Víctor Sanabria Martínez lo envía a estudiar sociología en la Universidad de Niágara en los Estados Unidos (en los inicios de la II Guerra Mundial), durante esa época varios de sus amigos sacerdotes se enlistaron como soldados para defender a su país durante esta guerra, con lo que surge en el padre Benjamín la vocación de ayuda, por lo que le solicita a su Obispo el permiso para instalarse como capellán para la guerra, sin imaginarse que años después iba a ser protagonista en su propio país.

Posteriormente obtiene su Maestría en la Universidad Católica Washington y años después culmina su Doctorado con una tesis de grado de aporte sociológico sobre la Clase Profesional de Costa Rica, entre sus guías académicos en esta universidad resalta Monseñor Furley y también realizo estudios en la Universidad de Columbia con figuras como Robert K. Merton y Seymour Martin Lipset, ahí comenzó su sueño de querer una Costa Rica desarrollándose por el camino humanista donde el Estado juegue un papel importante pero no exclusivo, con una democracia en crecimiento.

El Padre Benjamín fue el fundador de la Confederación Costarricense del Trabajo Rerum Novarum. En agosto de 1943 inició un movimiento con alrededor de 75 sindicatos, desarrollando una tendencia ideológica cristiana, organizando fundamentalmente trabajadores de las plantaciones bananeras. Esta Confederación se basaba en dos aspectos claves: dar a la gran masa de los asalariados una participación más justa en la sociedad costarricense y reforzar y garantizar la libertad política mediante la liberación económica. Se dio la formación de varios sindicatos para defender los derechos de los trabajadores, como dato importante un joven en ese momento, llamado Luis Alberto Monge Álvarez se unió a uno de estos sindicatos, ese quien años después sería presidente de la República.

En 1948 cuando se estaba solicitando un capellán para el ejercito de Liberación Nacional, el padre Benjamín fue a hacer fila para inscribirse, se cruza con Don Pepe Figueres y se reconocen, ya que años atrás se habían conocido en el aeropuerto de Ciudad de Guatemala durante el exilió de Don Pepe, durante su reencuentro en las filas del Ejército, don Pepe le levanta la mano al Padre y grita: “Viva el nuevo Capellán del Ejército de Liberación Nacional”.

Tras los combates más difíciles y sangrientos, empezó su primera misión diplomática en la cual tuvo un destacado papel como negociador plenipotenciario para la firma de la capitulación del Gobierno, don Pepe, después de una reunión con el Estado Mayor lo elige como su representante para firmar acuerdos definitivos en San José, cada mañana era recogido en El Alto de Ochomogo por los cinco diplomáticos que servían como mediadores en la las negociaciones, todos juntos emprendían el viaje hacia la Embajada de México, don Pepe decía: “Mi esperanza ahora se cifra en la habilidad negociadora del padre Núñez”, el padre recibió la orden que en las negociaciones la rendición incondicional del gobierna era el punto de inicio para un acuerdo, luego de días de negoción el padre Núñez firma junto con el cuerpo diplomático y el Presidente Lic. Teodoro Picado, un documento que contenía el “acuerdo preliminar” de cese de hostilidades. Este mismo acuerdo que luego fue conocido como el Pacto de la Embajada de México.

Para el año 1948 ejerció el cargo de Ministro de Trabajo de la Junta Fundadora de la Segunda República, también durante estos años el Padre Benjamín es llamado a desempeñar por recargo el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto por un breve periodo. En 1953 fue nombrado como Representante ante las Naciones Unidas por el Presidente José Figueres Ferrer. En esos años se discutió en el Consejo de Seguridad de la ONU, los asuntos relativos al derrocamiento del Coronel Jacobo Arbenz en sus repercusiones internacionales.

Junto con Figueres, elaboró la política de no reconocimiento de los gobiernos militares llegados por golpe de Estado al poder como se sostuvo antes. La figura del embajador Núñez se hizo muy popular durante estos años en las Naciones Unidas. En 1962, el presidente Francisco José Orlich Bolmarcich designa al Padre Núñez como director del INVU, donde se desempeñó durante varios años como presidente de la Junta Directiva.

Posteriormente durante el segundo gobierno del Presidente Figueres Ferrer, es nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en Jerusalén, como Embajador concurrente en Bucarest, con esto se consolidan los vínculos entre el Estado Israelí y Costa Rica, materializándose en todo tipo de áreas de cooperación. Paralelamente a sus deberes bilaterales como representante ante las diversas Asambleas Generales de las Naciones Unidas defiende la existencia del Estado de Israel contra la mayoría automática de los países aliados de los intereses árabes.

En 1973 fue Rector de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), teniendo como Cátedra la Visión Social de Costa Rica y los Fundamentos y Principios de Sociología, posteriormente, sobre Teoría del Poder, Sociología del Comportamiento Colectivo y Sociología de la Comunicación Colectiva. En 1982, el Presidente Luis Alberto Monge designa por cuarta vez al Padre en el Servicio Exterior de la República como Representante Permanente ante la UNESCO en París, durante este periodo lleva a cabo tareas de gran valor para Costa Rica en momentos de gran trascendencia por la situación del país en los conflictos centroamericanos y por la situación que la Guerra Fría plantea para la organización.

Pasó sus últimos años como Párroco de la Iglesia de Coronado, dando sermones con gran sentido social, pero sin apegarse a su función de ministro de Dios como él decía, siempre buscando el bienestar por su pueblo y de los más débiles. Murió el 19 de setiembre de 1994 en San José, antes de morir pidió tres deseos: Quería ser sepultado en el altozano de la Iglesia de Coronado, que en su lápida se escribiese el siguiente epitafio: “Oh sacerdote! ¿Quién eres tú? Todo y nada” y que estuviesen en su funeral las banderas enhiestas de la Iglesia, de Costa Rica, del Estado de Israel, de Liberación Nacional, del Rerum Novarum y de la Universidad Nacional. Su figura es, sin duda, emblemática del compromiso con los desposeídos de su país y de una enorme congruencia con su fe cristiana y lo que es ser un verdadero patriota.

El día de su funeral, fue un día muy triste para toda Costa Rica, se declaró por parte del gobierno de ese momento un funeral de Estado, esto debido por el gran cariño que le tenía don José María Figueres Olsen, Presidente de ese momento. Además, protocolarmente como fue miembro fundador de la Segunda República tenia rango de Jefe de Estado, su cuerpo se encuentra sepultado en el altozano de la Iglesia de Coronado como él mismo lo había pedido, su tumba esta forrada internamente con piedra de Jerusalén que el gobierno de Israel mando como detalle para abrigarlo en símbolo al gran cariño y distinción que le tenía ese país. Fue velado en la sede del Partido Liberación Nacional, específicamente en la Sala Magna del Balcón verde, también fue velado con honores en la Universidad Nacional y la vela oficial en la Iglesia de Coronado donde fue Párroco. El funeral fue muy concurrido con personalidades muy distinguidas, todo el cuerpo diplomático, expresidentes, el presidente José María Figueres y todo su gabinete, fue despedido con honores por la fuerza pública.

El Padre Núñez, el cura costarricense valiente y revolucionario que tomó partido por los más débiles, buscando una Costa Rica más justa, que tenía una visión de desarrollo social, humano, espiritual, laboral, político y económico como un todo. Él tenía un gran conocimiento intelectual en muchísimas áreas, sobresalía su gran inteligencia emocional, era un verdadero pastor de la fe, siempre siendo objetivo, gran orador y comunicador, un humanista pragmático, el padre Benjamín era junto con don Pepe Figueres, dos mentes brillantes de nuestro país, era un adelantado de la época. Honor a quien honor merece, que la vida y enseñanzas del Padre Núñez nos sirvan de ejemplo a todos y todas para ir por el camino de los verdaderos patriotas, máxime que estamos en momentos cruciales en nuestro país y el mundo entero.

Quiero sentirme guía de ovejas con el silbido alegre de mis labios y el rostro risueño de aldeanillo” Presbítero Benjamín Núñez Vargas.

Agradecimiento a: don Rodrigo Carreras por la ayuda brindada.

Estudiante de Derecho y Relaciones Internacionales. Miembro del Colectivo Raíces Costarricenses.

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Un comentario

  1. Gustavo Elizondo

    De lectura obligatoria, nos hace recordar a ese pro hombre que fue el padre Nuñez a quien mi papá le tenía un gran afecto y admiración, sentimiento que nos heredó. Felicitaciones don David.

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