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Berlín, 18 jun (dpa) – Veinticinco años después de que el Parlamento alemán decidiera la construcción en Berlín del monumento a los judíos asesinados por el nazismo, la fundación responsable destacó la importancia de este sitio de memoria.
«El monumento a los judíos de Europa asesinados no es, a pesar de lo que se temía, un punto final para el pasado nacionalsocialista», señaló hoy el director de la fundación, Uwe Neumärker.
Más bien, añadió, el campo de estelas ubicado al sur de la Puerta de Brandeburgo en la capital alemana, también conocido como Memorial del Holocausto, es un sitio vivo de reconocimiento y encuentro.
Agregó que recuerda a los más de seis millones de judías y judíos asesinados en la época nazi y es a la vez una advertencia para el presente.
El Bundestag aprobó la construcción del monumento el 25 de junio de 1999 tras años de debate. Se eligió el diseño del arquitecto estadounidense Peter Eisenman de un campo con 2.700 estelas de concreto de diferentes alturas. La inauguración fue en mayo de 2005.
El monumento atrae a miles de visitantes de todo el mundo. De todas maneras, algunas de las estelas realizadas con un concreto especial requieren restauración, porque se generaron grietas y otros daños.
Con ocasión del aniversario, la fundación hizo referencia a la acción participativa para un «monumento digital» del Archivo Arolsen: sus documentos sobre víctimas y supervivientes del Holocausto serán digitalizados y puestos a disposición libremente bajo la palabra guía #everynamecounts (cada nombre cuenta).
Desde el comienzo de la acción en 2020, ya se digitalizaron más de seis millones de documentos, pero en el archivo hay en total de 30 millones de documentos históricos. El 25 de junio, legisladores y empleados del Bundestag participarán simbólicamente por unas horas en el trabajo de archivo. También fueron convocados alumnos de escuelas y otros voluntarios.
El Archivo Arolsen es, según su propia definición, el archivo más amplio a nivel mundial sobre víctimas y supervivientes del nacionalsocialismo. Orginalmente la institución nació como espacio para la búsqueda de personas que durante la época nazi o durante la Segunda Guerra Mundial habían perdido contacto.
