Dos monjes
Dos monjes que iban en una peregrinación llegaron al vado de un río. Allí vieron a una muchacha vestida con todas sus galas, obviamente sin saber qué hacer, puesto que el río era profundo y ella no quería echar a perder su ropa. Sin más preámbulos, uno de los monjes la cargó sobre la espalda, la llevó a través del río y la puso sobre tierra seca en el otro lado. Luego los monjes conti nuaron su camino. Pero después de una hora, el otro monje comenzó a quejarse: «Seguramente no es bueno tocar una mujer; es contra los mandamientos tener estrecho contacto con las mujeres. ¿Cómo pudiste ir contra las reglas de los monjes?»
El monje que había cargado a la muchacha caminaba en silencio, pero finalmente comentó: «Yo la dejé en la orilla del río hace una hora, ¿por qué la cargas tú todavía?»
Irmgard Schloegl
La Sabiduría de los maestros Zen
Jack Canfieldy Mark V. Hansen
Sopa de pollo para el alma
Deerfield beach, HCI, 1995