Caminando entre Gigantes

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Explorando la majestuosidad de los Parques Nacionales Sequoia y Kings Canyon

Un millar de agujas y pináculos emergentes perforan el cielo en todas direcciones, los acantilados y las crestas de las montañas están por todas partes ornamentados con innumerables torrecillas en forma de aguja.

Clarence King, Montañismo en Sierra Nevada, 1872

Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Cuando viaje a la ciudad de Eureka, desde San Francisco, haciendo el recorrido de la “Avenida de los Gigantes” y tuve la oportunidad de admirar las secuoyas de mar llamadas Redwoods o Secuoya Roja(Sequoia sempervirens), pero que no son la las Secuoyas Gigantes (Sequoiadendron giganteum), que se encuentran en algunas partes de la Sierra Nevada, Entonces, me dije que tenía que conocerlas. Y aunque en ese viaje fuimos al Parque Nacional de Yosemite, donde hay un bosque de esas secuoyas, me quedé con el deseo de conocer los Parques Nacionales Sequoia y su vecino Kings Canyon, que es el lugar ideal para verlos admirarlos.

El el año pasado, estuve unos días en Los Ángeles, y entonces se dio la oportunidad ideal para —por fin— visitar ambos parques donde está las secuoyas, que están a unos 3.000 metros de altitud, y aunque un poco opacados por el cercano parque Yosemite, son famosos por tener el Bosque Gigante (Giant Forest), la mayor extensión de secuoyas gigantes del mundo, que encuentran en estas montañas el clima perfecto para crecer.

A pesar de la longevidad natural de las secuoyas gigantes, los primeros conservacionistas reconocieron que necesitaban protección. En 1890, el Congreso de Estados Unidos estableció el Parque Nacional Sequoia como refugio permanente para las secuoyas. A medida que se fue tomando conciencia de la importancia del paisaje y los hábitats circundantes, el parque se amplió varias veces. En 1940 se creó el Parque Nacional de Kings Canyon. Más de 324.000 hectáreas de ambos parques están declarados espacios naturales.

La gran diversidad de la vida en estos parques se debe principalmente a su extrema altitud, entre 3.000 y 4.000 metros. Estos parques extraordinario protegen la profunda garganta glacial del Kings Canyon, la tierra remota alpina de la Sierra Alta, y los antiguos bosques de secuoyas gigantes.

 
Ambos parques están ubicados en la parte sur de la Sierra Nevada, cerca de la ciudad de Visalia, donde nos hospedamos, que es la puerta de entrada a los parques. En conjunto forman uno de los sistemas de parques más impresionantes del mundo, y son el hogar de algunas de las secuoyas más grandes del planeta, así como de paisajes espectaculares y una variedad de vida silvestre única. Debido a las inundaciones del año pasado en California, en el momento que llegamos a Visalia, no pudimos ingresar algunas partes del Parque Nacional Sequoia debido a reparaciones en el camino de acceso, pero si pudimos ingresar al Parque Nacional Kings Canyon, y hacer un buen recorrido. Así, que me centraré en este último parque.

El nombre de Kings Canyon es en honor del geólogo y montañista, Clarence King que fue uno de los pioneros en la exploración de la Sierra Nevada, donde están los parques, y que incluso fue quien acuño el nombre para esa cordillera. En los anexos pueden leer una biografía suya.

Las secuoyas gigantes, son árboles enormes y antiguos que han resistido el paso del tiempo durante miles de años. Hogar de seis de los 10 árboles más grandes de la Tierra, los parques son un tesoro nacional. Entrar por primera vez en un bosque de secuoyas gigantes es adentrarse en un paisaje mágico. Capaces de sobrevivir al fuego, la sequía, la nieve y las temperaturas bajo cero, los robustos árboles viven milenios; se cree que el más viejo tiene unos 3.000 años. Sencillamente, un bosque de secuoyas es la catedral de la naturaleza, atemporal y sublime.

Ubicado en el Parque Nacional de Sequoia, el rey indiscutible del bosque es el árbol General Sherman, no sólo el mayor árbol vivo del mundo, sino también el mayor organismo vivo, por volumen. Con una edad estimada de 2.100 años y un peso de 1.225 toneladas, alcanza los 84 metros de altura y 31 metros de circunferencia en su base. Se accede a él por un sendero de unos 800 metros, bordeado de bancos a lo largo del camino. Es una maravilla que deja sin aliento a quienes tienen la suerte de contemplarlo en persona. Hay otras secuoyas como el árbol General Grant (pueden leer detalles más adelante), y el árbol el Presidente, que son igualmente impresionantes y representan verdaderos monumentos de la naturaleza.

Dados los sentimientos de asombro e inspiración que evocan estos árboles milenarios, no es de extrañar que las comunidades de la región —con la influencia del naturalista John Muir y el editor asociado del periódico de Visalia, George Stewart— abogaran por la creación del Parque Nacional Sequoia en 1890, a la postre el segundo parque nacional de Estados Unidos después de Yellowstone.

Los parques también ofrecen una amplia gama de actividades al aire libre. Desde senderos pintorescos hasta desafiantes rutas de escalada, hay algo para todos los niveles de habilidad y experiencia. Se puede disfrutar de caminatas a través de prados alpinos salpicados de flores silvestres, ascender picos imponentes con vistas panorámicas de las montañas circundantes o explorar cañones profundos y escarpados que cortan el paisaje rocoso. Los paisajes son simplemente impresionantes. Adyacentes a los parques están también el Monumento Nacional Secuoya Gigante y el Bosque Nacional Secuoya, con seis áreas silvestres, dos ríos salvajes y pintorescos y una carretera panorámica.

Aunque no fuimos, no puedo dejar de mencionar el mirador de Buck Rock, encaramado en una cúpula de granito a 2.500 metros de altura, que ofrece una espectacular vista de 360 grados que abarca desde la cordillera de la Costa, pasando por el valle de San Joaquín, hasta los picos más altos de Sierra Nevada.

Además de las secuoyas gigantes, los parques albergan una abundante variedad de vida silvestre, que incluye osos negros, ciervos, pumas, águilas y una multitud de otras especies. Con suerte tendrán la oportunidad de observar estas criaturas en su hábitat natural.

Para que se den una idea de las dimensiones de esto árboles, les dejo algunos datos que tomé de la lámina informativa que tiene el General Grant.

El Árbol General Grant

El enorme tronco del Árbol General Grant lo convierte en el tercer árbol más grande del mundo por volumen. Y con sus 12 m de diámetro a ras de suelo, es la secuoya más grande del mundo. Pero no es ni mucho menos la más antigua. De hecho, es 1.500 años más joven que la secuoya más antigua conocida.

La localización, no la edad, es la clave del tamaño de una secuoya. En lugares con la mejor combinación de humedad, luz solar y nutrientes, superan en tamaño a las secuoyas más viejas arraigadas en lugares menos privilegiados. Al parecer, las condiciones en el lugar son ideales, teniendo en cuenta lo rápido que ha crecido el General Grant.

Trivia

  • Si el tronco del árbol General Grant fuera el depósito de gasolina de un automóvil que recorriera 40 kilómetros por galón, se podría dar la vuelta a la Tierra 350 veces sin repostar.
  • El árbol General Grant es tan ancho que harían falta unas veinte personas cogidas de la mano para dar una vuelta completa alrededor de su base.
  • Si se pudiera llenar el tronco del árbol General Grant con material deportivo, cabrían 159.000 pelotas de baloncesto, o más de 37 millones de pelotas de ping-pong.
  • El Presidente estadounidense Calvin Coolidge proclamó el árbol General Grant como el árbol de Navidad de la Nación en 1926. En 1956, el Presidente Dwight D. Eisenhower lo designó Santuario Nacional, un monumento vivo a quienes han dado la vida por su país.

Estadísticas

General Grant
Volumen 1,320 metros cúbicos
Edad (estimada) 1.700 años de edad
Altura 82 metros
Peso 1,325 toneladas métricas
Circunferencia (en su base) 33 metros
Diametro (máximo) 12 metros
Rama más larga (diámetro) 1,4 metros
Primera rama (altura) 39 metros

Ahora, estando en el General Grant, si quieren ver el árbol más grande del mundo (en volumen), hay que conducir 43 km hacia el sur por la Generals Highway hasta donde está el árbol General Sherman, en el Giant Forest. En realidad no es una gran distancia y vale la pena.

Preparé una galería en Facebook con las imágenes en alta resolución para puedan apreciar mejor la belleza del lugar y las secuoyas.

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Con la ayuda de las láminas informativas y folletos del parque.

Anexo 1

¿Cómo se calcula la edad de una secuoya?

Determinar la edad de una secuoya viva es difícil. No se pueden cortar todos los anillos de crecimiento del interior de una enorme secuoya sin dañar el árbol. En su lugar, los científicos han utilizado mediciones de anillos de crecimiento de tocones viejos para desarrollar fórmulas matemáticas del crecimiento de las secuoyas. En los árboles vivos sólo necesitan contar los anillos del borde exterior para aplicar la fórmula. De este modo se obtiene una edad estimada, no precisa, que está «más o menos» dentro del rango, con un par un par de cientos de años de diferencia.

Anexo 2

Clarence King

Clarence King
1842 – 1901
 
Clarence King fue un geólogo, explorador y escritor estadounidense del siglo XIX. Nació el 6 de enero de 1842 en Newport, Rhode Island, y falleció el 24 de diciembre de 1901 en Phoenix, Arizona. King es conocido principalmente por sus contribuciones a la geología y la exploración del oeste de los Estados Unidos durante el siglo XIX.

King provenía de una familia acomodada y recibió una educación privilegiada. Estudió en la Academia Phillips Exeter en New Hampshire antes de asistir a la Universidad de Yale, donde se graduó en 1862. Después de completar sus estudios, King comenzó a trabajar como geólogo y explorador.

En 1863, King se unió a la expedición geológica de California, dirigida por Josiah Whitney, que tenía como objetivo mapear la Sierra Nevada. Durante esta expedición, King realizó importantes descubrimientos geológicos y topográficos. Sus investigaciones y mapas detallados contribuyeron significativamente al conocimiento científico de la región. El fue quien acuño el nombre de Sierra Nevada.

King no solo era un geólogo brillante, sino también un montañista apasionado. Fue uno de los primeros en ascender algunos de los picos más altos de la Sierra Nevada, como el Monte Whitney, el Monte Langley y el Monte Shasta.

Además de su trabajo científico, King también fue un escritor prolífico. Escribió varios libros y artículos sobre geología, exploración y viajes. Su libro más famoso, «Mountaineering in the Sierra Nevada», publicado en 1872, detalla sus experiencias durante la expedición geológica de California y se ha convertido en un clásico de la literatura de montaña.

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