Yellowstone: El gigante inquieto

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

En los países anglosajones hay una tradición cuando se llega a cierta edad de cumplir con una “bucket list”, que si se traduce literalmente sería algo así como “la lista del balde”, por aquello de patear el balde (morirse). Una traducción ya no literal es la “lista de cosas que hay que hacer o ver antes de morir”. Por suerte todavía no he llegado a querer hacer esa lista, sin embargo, se me presentó la oportunidad de viajar a uno de esos lugares al que siempre había querido ir, me refiero al Parque Nacional Yellowstone en EE.UU.

Antes de contarles propiamente del viaje, voy a hablarles un poco sobre algunos datos generales de Yellowstone:

El parque fue creado por el Congreso de los Estados Unidos y convertido en ley por el entonces presidente Ulysses S. Grant el 1 de marzo de 1872, está ubicado principalmente en el estado de Wyoming, aunque se extiende por Idaho y Montana. Yellowstone, el primer parque nacional de los Estados Unidos, también se considera el parque nacional más antiguo del mundo.

Yellowstone se encuentra sobre un supervolcán, el mayor volcán del continente Americano. Aquí se produjeron enormes erupciones volcánicas, la más reciente hace aproximadamente 631 000 años. El centro de lo que ahora es el parque se derrumbó, formando una caldera o cuenca de 50 x 70 km. El parque está encima de la caldera, muy vivo, pero sin hacer erupción. El calor que alimentó esas antiguas erupciones creó el grupo más grande de fenómenos hidrotermales del mundo: geíseres, terrazas de travertino, aguas termales, fumarolas y pailas, que se encuentran por todo el lugar.

El parque nacional se extiende en un área de 8 983 km², a una altura promedio de 2 300 m.s.n.m. Comprende lagos, cañones, ríos y cadenas montañosas. El lago Yellowstone situado a 2 357 m de altitud, con 354 km² de superficie es el lago de montaña más grande de América del Norte, estando buena parte dentro de la caldera. Además el parque cuenta con 290 saltos de agua de más de 4,5 m de altura, que tienen agua durante todo el año. Las caídas más altas son las de Lower Falls que caen desde 94 m. Las Upper Falls se precipitan desde una altura de 33 m.


 
En cuanto a vida salvaje, se han documentado cientos de especies de mamíferos, aves, peces y reptiles, incluyendo muchos en peligro o amenaza de extinción. Los vastos bosques y pastizales también incluyen especies únicas de plantas. El parque Yellowstone es el lugar más extenso con la megafauna más famosa en los EE.UU. continentales. Osos grizzly y negros, lobos, manadas de bisontes y alces pastan libremente y viven en el parque. El rebaño de bisontes de Yellowstone es el más grande y antiguo abierto al público en los EE.UU. Nos tocó ver unos bisontes abrevando en el río Madison, que lo acompaña a uno por buena parte del camino cuando se ingresa por el acceso oeste. Además de los bisontes, avistamos un alce a lo lejos, pero nada más. Por la época no pudimos ver osos (estaban saliendo de la hibernación) y otros mamíferos. Los ecosistemas del parque abarcan desde la vegetación cercana al desierto en la entrada norte, hasta las praderas subalpinas —las dominantes—, y los bosques en el Monte Washburn. El parque es el centro del Gran Ecosistema de Yellowstone, el más grande que queda casi intacto en la zona norte del planeta. La vida salvaje se ha visto beneficiada por la prohibición de caza durante los últimos 150 años.

Yellowstone tiene numerosas actividades recreacionales, que incluyen alpinismo, lugares para acampar, paseos en bote, pesca y avistamientos de su fauna. Los caminos pavimentados proveen acceso cercano a las áreas de mayor actividad geotérmica, así como a algunos de los lagos y cataratas. Durante el invierno, a menudo los visitantes acceden al parque con paseos guiados en los que se usan vehículos para la nieve o motonieve.

La historia de como llegó a declararse parque nacional también es muy interesante:

Los nativos americanos vivieron en la región de Yellowstone al menos durante 11 000 años. La expedición de Lewis y Clark, a principios del siglo XIX, circunvaló la región. Aparte de las visitas de los mountain men a mediados del siglo XIX, las exploraciones organizadas no comenzaron hasta la década de 1860. En 1871 el geólogo Ferdinand Hayden dirigió una expedición financiada por el Gobierno. Redactó un informe completo sobre Yellowstone, ilustrado con las fotografías de William Henry Jackson, y las ilustraciones de Thomas Morgan, que fueron vitales para convencer al Congreso estadounidense a proteger esta región. El 1 de marzo de 1872, el presidente estadounidense Ulysses Grant firmó el decreto creando el «Yellowstone National Park» con el fin de crear un lugar «libre de explotación mercantil, dedicado a la satisfacción del pueblo». El valle Hayden toma su nombre de este geólogo.

La armada de los Estados Unidos fue comisionada para supervisar el parque desde su establecimiento. En 1917, la administración del parque se transfirió al Servicio de Parques Nacionales, creado el año anterior. Desde entonces, se han construido y protegido cientos de estructuras, tanto por su importancia arquitectónica como histórica.

En el centro de visitantes de Mammoth se puede recorrer de forma ilustrada y amena la historia del parque.

Llegar a Yellowstone no es tan sencillo, queda un poco apartado de todo. En mi caso decidí hacerlo por avión, tomando un vuelo local desde el aeropuerto de Ontario en Los Angeles, California a una ciudad llamada Idaho Falls, con una escala rápida en Salt Lake City, y de ahí unas dos horas en carro a un pueblo muy bonito llamado West Yellowstone en Montana, a la par de la entrada oeste del parque, muy al norte, cerca de la frontera con Canadá. El tiempo que dura el viaje en carro no se siente, la travesía es con un paisaje espectacular, dado que se va subiendo hacia la montaña, y el trayecto lo hicimos en plena primavera, con las montañas y el bosque todavía con nieve. Aunque en West Yellowstone hay un aeropuerto para aviones pequeños, este solo funciona en el verano. Al parque se puede ingresar por todos los puntos cardinales, pero por la fecha elegida para la visita —a mediados de la primavera— no todos los accesos estaban abiertos al visitante. Normalmente es a mediados de mayo, cuando ya se puede acceder por cualquier punto, y también hacer los recorridos sin problemas dentro del parque. Y aunque nosotros no pudimos visitar todos los lugares, dado que algunas caminos todavía estaban cerrados por la nieve, en los dos días completos de visita, pudimos ver algunos de los mayores atractivos del parque como el géiser Old Faithful (Viejo Fiel), que es uno de los lugares más populares, llamado así por expulsar un espectacular chorro de agua de entre 50 y 100 m de altura, a intervalos regulares de aproximadamente 90 minutos. A su alrededor hay un pequeño pueblito, que tiene un hotel, restaurante, tienda de regalos y centro de visitantes. Por el inconveniente de la nieve, nos faltó visitar el lado este del parque, donde está el cañón del río Yellowstone, con su espectacular catarata y lago. El cañón con la catarata inspiraron a Morgan para pintar uno de sus famosos cuadros.

El pueblo de West Yellowstone, donde nos hospedamos, es muy bonito y turístico, al estilo de los de montaña rural, enclavado en las montañas rocallosas (rocky mountains); recibe una gran cantidad de visitantes durante casi todo el año (en invierno se cierra la entrada oeste al parque, por lo que la afluencia de turistas baja bastante). En verano a Yellowstone llegan en promedio un millón de visitantes al mes, muchos de los cuales se quedan en el pueblo. Como curiosidad, ahora muchos de esos turistas son chinos. La posada donde nos quedamos estaba llena de ellos, y dentro del parque eran una gran mayoría. En el propio pueblo hay varias atracciones, como el museo de la ciudad o el Grissly Park donde se pueden ver osos y lobos en cautiverio, aunque hay que decir están en encierros bien amplios y acondicionados.

A pesar del frío imperante para la época, casi no tengo palabras de la increíble experiencia que fue el viaje. El día que llegamos al pueblo se vino una tremenda nevada, que continuó ya con mucha menor intensidad al día siguiente, que fue nuestro primer día en el parque. La belleza escénica es única, y es algo que se recordara para toda la vida.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que les dejo las fotos del paseo. Hice un álbum en Flickr con la mejores fotos en alta definición, tomadas con la cámara profesional, y otro álbum que incluye las anteriores, en baja resolución, y las ya más casuales tomadas con el celular. Si quieren ver más de Yellowstone, hay un vídeo espectacular en 4K (UHD) de todas las atracciones del parque, de lo mejor que he visto.

 
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