Muy preocupada por esta costumbre, su señora esposa, recurrió en cierta oportunidad al sabio consejo del recordado Maestro don Joaquín García Monge. Respetuosamente le dice:
—»Don Joaquín: usted debe ayudarme a corregir a mi marido de esta costumbre de caminar a pie por todo el país. A Luis se le va el sueldo en comprar zapatos».
Y aquel gran señor de las letras, que por espacio de veinticinco años dirigió su «Repertorio Americano», una revista que circuló por todo el mundo, todo serenidad y buen humor, le respondió:
—»Déjelo que camine. El caminar le hace provecho a su salud. Es preferible que gaste su sueldo en zapatos que no en médicos y medicinas».