SOBRE UN POLVORÍN
LA finca «La Lucha sin fin» fue siempre sitio de reunión de luchadores por la libertad que deambulaban por estas naciones en busca de ayuda para derrocar a los regímenes espurios que tiranizaban a sus pueblos. Durante la primera etapa de la Revolución Cubana, durante la dictadura de Batista, llegó a Costa Rica un grupo de exiliados, encabezados por el Comandante Hubert Mathos.Lo primero que hicieron fue dirigirse a la histórica finca para entrevistarse con don Pepe, quien les recibió con el interés que merecían aquellos valientes luchadores. Al poco rato de iniciada la reunión, los hizo pasar a uno de los galerones aledaños a la casa, para conversar con mayor privacidad.
Al llegar, se sentaron sobre unos sacos de yute y unos cajones muy deteriorados. En nombre del grupo, Mathos le pidió a don Pepe un lote de armas que se decía que estaban escondidos en algún lugar de la finca.
Don Pepe, que ya había escuchado las lamentaciones por la dictadura de Batista, y los ruegos por ayuda, con la mayor tranquilidad le dijo,
-No se preocupe por las armas. Ustedes están sentados sobre ellas y pueden llevárselas.
Procedieron a abrir cada una de las cajas y con sorpresa comprobaron que habían permanecido sentados sobre un verdadero polvorín.
Anécdota de José Rafael Cordero Croceri
Tomado del Anecdotario del elespiritudel48.org