Llegó a la Casa Presidencial a manifestarle al Presidente Jiménez Oreamuno que tenía bastantes dificultades económicas y que le suplicaba colocarlo en alguna de las dependencias del Gobierno, ojalá con un sueldo jugoso mensual.
Don Ricardo: intrigado con la visita; con su manera de vestir tan elegante y con la forma tan rara de pedirle el cargo público, le dice:
—»¿Tiene mucha urgencia del puesto, mi amigo?»
Y la respuesta del fresco visitante no se hizo esperar:
—»Don Ricardo: he trabajado mucho y quiero descansar»…