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Mientras el zorro paseaba por el bosque y dejaba sus huellas en la nieve, recordó que muy pronto llegaría la Navidad.
De repente, oyó un ruido extraño y en seguida divisó, detrás de un árbol, lo que parecía ser un hombre vestido de rojo.
El ruido lo hacían los ronquidos de un anciano que dormía plácidamente apoyado tronco de un árbol.
El zorro se acercó, y fue grande su sorpresa al descubrir que el anciano era… ¡nada menos que Papá Noel”
“Qué pronto ha venido este año”, pensó. Y rápidamente se fue a llevar la noticia a los animales del bosque.
Al poco rato, acudieron animales de todas partes para ver a Papá Noel.
—¿Por qué has venido tan pronto? Todavía no es Navidad —preguntaron todos a la vez.
El anciano sonrió.
—Estoy viejo y muy cansado, y este año, como todos los años, pienso que no podré llevar los regalos de Navidad. ¡Pesan tanto!
Los animales se miraron unos a otros, muy preocupados. Un pajarillo preguntó:
—Entonces, ¿no habrá Navidad?
—¡Claro que sí! —contestó amablemente Papá Noel—. ¡Qué sería la Navidad sin mí! Y ahora escuchadme. Quiero contaros la historia de la primera Navidad.
“Ocurrió hace muchísimo tiempo en un lejano pueblo llamado Belén.
En el campo, unos pastores cuidaban sus rebaños y se tapaban con gruesas mantas. La noche era serena, pero hacía mucho frío.”
“De repente, una estrella resplandeciente apareció en el cielo. Los pastores levantaron y uno de ellos la señaló con el dedo. En ese momento, oyeron una dulce voz que les dijo.
—Alegraos porque en Belén acaba de nacer el Niño Jesús. Dios ha enviado a su Hijo al mundo como prueba de su amor. La estrella os indicará el camino para llegar hasta El.”
“Los pastores se pusieron en camino, y, siguiendo a la estrella, cruzaron puentes, valles y colinas.”
“Por fin, la estrella se detuvo sobre un pequeño establo a las afueras de Belén. Cuando los pastores entraron, vieron al Niño Dios en el pesebre que le servía de cuna, y le adoraron.”
—Es una historia preciosa —dijeron los animales a coro.
—Si —afirmó Papá Noel—. Dios nos regaló su amor y por eso somos tan dichosos en esta época del año. El amor de Dios es lo más importante de la Navidad.
—¡Qué tontos hemos sido! —dijo el zorro—. Creíamos que la Navidad eran sólo los regalos.
—También lo son —dijo Papá Noel.
Luego sonrió y dijo:
—¡Tenemos que darnos prisa! ¡Falta muy poco para Navidad y hay tanto que hacer!
Entonces el anciano, seguido de sus amigos, echó a correr hacia su casa sobre la blanca capa de nieve que cubría el bosque. Desde luego no parecía nada cansado.
Durante los días siguientes, el bosque se quedó desierto. Todos los animales estaban en casa de Papá Noel ayudándole.
La víspera de Navidad, los renos llevaron a Papá Noel a repartir los regalos a través del aire helado de la noche.
Cuando volvieron, los animales habían preparado la cena. El anciano era feliz. Luego, repartió los regalos que le quedaban entre los animales y todos juntos se sentaron alrededor del fuego. Entonces Papá Noel les volvió a contar la historia de la primera Navidad, esa que tanto le gustaba, mientras sus amigos empezaban a quedarse dulcemente dormidos.
Al día siguiente, Papá Noel estaba muy sonriente. Sabía, y ahora también lo sabían sus amigos, que el mejor regalo de Navidad es la propia Navidad.
Hisako Aoki
Historia de Navidad
Madrid, Ediciones Gaviota, 1997
El Proyecto CUENTOS PARA CRECER consiste en la publicación de relatos destinados en especial a niños y adolescentes, así como a todos los que encuentran placer en la lectura.
Debido al tipo de historias ofrecidas, este proyecto permite reflexionar sobre una serie de valores considerados esenciales para el desarrollo del carácter, como la tolerancia, la solidaridad, el espíritu de diálogo y la honradez, proporcionando además un valioso instrumento de aprendizaje.
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