Explicaciones de fronteras inexplicables

Nahwa

El pueblo atrapado dentro de otro país… que ya estaba atrapado

Nahwa

Si uno mira un mapa político estándar, los países parecen piezas ordenadas de un rompecabezas. Pero basta acercarse un poco para descubrir que algunas fronteras desafían toda lógica. Nahwa es uno de esos casos: una aldea diminuta que demuestra que la geografía política también sabe ser caprichosa.

Nahwa es una exclave de Emiratos Árabes Unidos situada dentro del territorio de Omán. Hasta aquí, ya suena extraño. Pero lo verdaderamente inexplicable es que esta aldea emiratí se encuentra dentro de Madha, que a su vez es una exclave de Omán completamente rodeada por Emiratos Árabes Unidos. Es decir: Emiratos rodea a Omán, Omán encierra a Nahwa, y Nahwa vuelve a ser Emiratos. Una auténtica muñeca rusa de fronteras.

El origen de este enredo se remonta a mediados del siglo XX, cuando las fronteras de la región aún no estaban claramente definidas. En 1969, tras disputas tribales y negociaciones locales, Madha quedó oficialmente bajo soberanía omaní. Sin embargo, los habitantes de Nahwa, una pequeña comunidad vecina, declararon su lealtad al emirato de Sharjah. Las fronteras modernas no hicieron más que cristalizar esa decisión local.

En la práctica, la vida en Nahwa es tranquila y sorprendentemente normal. No hay puestos fronterizos formales ni controles visibles: se entra y se sale casi sin darse cuenta de que se ha cruzado dos países en cuestión de minutos. Las casas, la escuela y la mezquita conviven con un paisaje árido y montañoso que ignora por completo las líneas dibujadas en los mapas.

Nahwa no es un foco de conflicto ni un problema diplomático. Es, más bien, una curiosidad geopolítica que recuerda que muchas fronteras no nacieron de reglas claras o mapas precisos, sino de acuerdos tribales, lealtades locales y decisiones tomadas caso por caso. En este rincón del Golfo, las fronteras no separan: se superponen.

Datos curiosos

Una frontera triple sin moverse del camino: al viajar desde Emiratos Árabes Unidos hacia Nahwa, se entra primero a Madha (Omán) y luego se vuelve a Emiratos en apenas unos kilómetros, sin controles fronterizos evidentes.

Un enclave dentro de otro enclave: Nahwa es uno de los rarísimos ejemplos de una exclave de segundo orden, una anomalía incluso para la geografía política.

Lealtades antes que geografía: su pertenencia a Emiratos se decidió por afinidades tribales, no por criterios territoriales o estratégicos.

Vida cotidiana sin pasaportes: los residentes cruzan de facto dos países para actividades diarias como trabajar, estudiar o comprar, casi sin notarlo.

Servicios “importados”: pese a estar rodeado por Omán, Nahwa recibe administración y servicios desde el emirato de Sharjah.

Una mezquita como símbolo: la mezquita local suele aparecer en reportajes como el corazón visible de este laberinto fronterizo.

Sin conflictos diplomáticos: Omán y Emiratos mantienen relaciones estables, y Nahwa no genera disputas territoriales.

Famoso entre geógrafos, invisible para el resto: es un caso clásico en libros y clases, pero prácticamente desconocido para el gran público.

Basado en el libro “Un mundo inmenso, explicación de fronteras inexplicables”

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