En un viaje que hizo a esa hermana república el siempre recordado General don Tomas Guardia, se encontró a don Jacinto rasurando un chancho en una finca, pues era costumbre en Guatemala quitarle el pelo a los chanchos con navaja barbera.
Años después, el destino quiso que don Jacinto Guzmán viniera a radicarse definitivamente a Costa Rica y a vincularse con la que fue su esposa, doña Victoria Quirós Marín, hija del General don Pedro Quirós Jiménez-Maldonado, quien practicaba la curandería y también era barbero.
En su gobierno, el General Guardia nombró barbero oficial a don Jacinto y en una oportunidad que afeitaba al General, éste le preguntó al señor Guzmán:
—“¿Ya usted dejó el oficio de barbear a los chanchos?”.
Y don Jacinto, hábil en sus respuestas, poniéndole un poco de humor a la contestación, le dice:
—“Pues, aún lo sigo haciendo, mi General”.
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.