Lamentos y enojo por los contantes aumentos en los precios de los combustibles sin pensamiento analítico fuera de la caja (III)
Roberto Dobles
I. Un mundo en constante evolución y una Costa Rica dogmática aferrada al pasado
Según los estudios y las proyecciones internacionales, de aquí al 2040 se darán cambios drásticos en las tendencias en que el mundo va a satisfacer sus crecientes necesidades energéticas.
Contrario a lo que está ocurriendo en Costa Rica, los estudios señalan que los modelos energéticos en el mundo se han ido adecuando a los nuevos tiempos para provocar “una creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía”, la cual está siendo “impulsada por los abundantes suministros de energía y las continuas mejoras en la eficiencia energética” que los permanentes adelantos tecnológicos están potenciando.
La creciente competencia entre las nuevas fuentes de energía que están emergiendo y las fuentes tradicionales existentes es lo que está provocando los grandes cambios, los cuales hacen prever que “la matriz energética mundial prevista para el 2040 será la más diversificada jamás vista”.
En Costa Rica, por el contrario, no se está dando nada de lo anterior debido a que el modelo energético actual (la caja actual) no ha evolucionado y no se ha adecuado a los nuevos tiempos, por lo que seguimos con energía cara y sin ninguna transición y diversificación de la matriz energética.
Son muchos los factores del modelo nacional que impiden que las tendencias mundiales se internalicen en el país y más bien bloquean fuertemente la transición y la diversificación energética y la reducción de los costos de la energía que está aconteciendo en el mundo.
Los dogmas nacionales, sin sustento técnico y económico, bajo el cual el modelo nacional opera, tienen muchas consecuencias nocivas en el país entre las que se encuentran los siguientes:
• Obstaculización, limitación o prohibición de las principales fuentes de energía que, por sus bajos costos y bajas emisiones, están llevando el liderazgo de la transición y de la diversificación energética mundial hacia el 2040 (solar, eólica y gas natural principalmente).
• Impulso, sin éxito y sin estudios suficientes, de soluciones menores que a nivel internacional tienen un reducido o insignificante impacto.
En Costa Rica se busca “embutir” adicionalmente estas soluciones de reducido o insignificante impacto a nivel internacional de aquí al 2040 dentro del modelo energético nacional de los dos binomios provenientes del pasado (MINAE/ARESEP y RECOPE/ICE).
El MINAE, que es parte del modelo energético, es en realidad un MINA (Ministerio de Ambiente), porque en el mundo real la E no ejerce ni rectoría, ni dirección, ni incidencia en la evolución del sector energía. Como lo he señalado en múltiples ocasiones, la E del MINAE debiera de estar separada en un Ministerio aparte, como existe en todos los países exitosos del mundo.
Aquí no se ha entendido, como sí se entiende internacionalmente, que el sector energía es un sector productivo de primer orden que incide en todas las actividades económicas y humanas y que debe funcionar como todos los otros sectores productivos del país.
Entre muchos otros aspectos, en lugar de permitirse que la competencia entre las nuevas y viejas tecnologías energéticas sea la que impulse la reducción de los costos de la energía, y la transición y la diversificación de la matriz energética nacional, como está ocurriendo exitosamente en el mundo, en Costa Rica esto no es así debido a que el modelo de los dos binomios no lo permite.
Dentro del modelo energético (o caja) actual, los funcionaros públicos fijos y de turno que manejan este modelo (con sus sesgos ideológicos y dogmáticos) son los que deciden todo en el sector energía, incluyendo lo siguiente:
• Cuáles fuentes de energía se van a desarrollar en el país, cuáles se van a obstaculizar (a través de decretos y reglamentos, entre otros medios de entorpecimiento) y a cuáles se les impedirá o se les prohibirá cualquier tipo de desarrollo.
• Cuáles fuentes de energía se importarán y cuáles no se importarán.
Como consecuencia de todo lo anterior, que es contrario a lo que ocurre en los países exitosos del mundo, el país no está avanzando y se está quedando con una matriz energética obsoleta (el mix de fuentes de energía) que proviene del pasado y que está compuesta de fuentes de energía caras, tanto nacionales como importadas.
Esta es una de las razones por la que no solamente no se están reduciendo los costos de la energía a los niveles internacionales, sino que también no se está dando ninguna transición ni ninguna diversificación energética hacia las fuentes de energía del futuro de bajo costo.
Los datos que miden la evolución de la realidad energética nacional más bien están demostrando que se está dando un retroceso en la matriz energética nacional hacia una alta y creciente petrolización importada de alto costo (que representa ya el 64,3% del consumo energético nacional) y de alta vulnerabilidad externa en los precios.
La política energética de escritorio y el modelo energético ya obsoleto de los dos binomios son los que provocan que el consumo de derivados de petróleo importados le esté ganando la partida a las energías renovables nacionales, las cuales han tenido una reducción significativa en el consumo energético nacional, en gran medida debido su alto costo.
II. Propuestas que se hacen dentro de la caja
Bajo el modelo energético actual de los dos binomios, es prácticamente imposible reducir los costos de la energía a niveles internacionales. Tendría que venir un cambio serio para que la situación cambie.
Los participantes en la cadena de valor nacional de los derivados de petróleo no van a reducir voluntariamente sus “costos de confort” y no hay nada ni nadie que los obligue a hacerlo.
1. Derogatoria del monopolio de los combustibles derivados de petróleo
La desmonopolización de la actividad de los derivados de petróleo es una de las propuestas que se han hecho dentro de la caja.
La ley conocida como Ley del Monopolio (No. 7356, publicada en La Gaceta #170 del 6 de setiembre de 1993) no surtió ningún efecto en la actividad de los derivados de petróleo en el país ya que no vino a cambiar nada de lo que RECOPE ya hacía y tenía desde muchísimos años atrás, lo cual era un monopolio de hecho.
Por lo tanto, esta ley puede derogarse y debe derogarse, pero a sabiendas de que no ocurriría nada diferente a lo existente, ya que se volvería a la situación anterior de monopolio de hecho.
Bajo el escenario de eliminación del monopolio, los precios de los derivados de petróleo en toda la cadena de valor (que a nivel mayorista está a cargo de RECOPE y a nivel minorista a cargo del sector privado) continuarían siendo fijados por la ARESEP con base en el principio de servicio al costo; que en la realidad ha sido servicio a cualquier costo.
Al igual que ocurrió antes de 1993, con la eliminación del monopolio legal no vendrían empresas a competir con RECOPE en la actividad de importación, almacenamiento y distribución a granel.
La inversión en infraestructura y en otros factores no solamente es muy alta y el mercado nacional muy pequeño, sino que el entorno actual y previsto hacia el futuro es cada vez menos favorable a los derivados de petróleo debido al cambio evolutivo hacia nuevas, mejores y más baratas fuentes de energía que los van a ir sustituyendo paulatinamente.
2. Otras propuestas que se dan dentro de la caja
Las propuestas de cambio ante el nuevo entorno que existen actualmente, tanto por parte de algunos personas como por el Gobierno, buscan “embutir” las nuevas fuentes de energía dentro del modelo energético nacional existente de los dos binomios proveniente del pasado.
Las propuestas de pasar a RECOPE el desarrollo de las nuevas fuentes de energía implicarían trasladar este desarrollo futuro a un modelo de alto costo proveniente del pasado. Este modelo incluye la fijación de los precios de las futuras fuentes de energía por parte de la ARESEP bajo el principio del servicio al costo, que en la praxis ha sido el principio del servicio a cualquier costo.
Al continuar bajo el modelo actual proveniente del pasado, se continuaría con toda la problemática de alto costo que este modelo tiene y muchos otros factores adicionales que han llevado, de acuerdo con los datos oficiales, a que el sistema energético nacional esté evolucionado en sentido contrario con una creciente petrolización.
Bajo estas propuestas, los jerarcas de turno son los que continuarían decidiendo, con sus sesgos y sus ideologías, cuáles fuentes de energía se van a desarrollar en el país, cuáles se van a obstaculizar, a cuáles se les impedirá o se les prohibirá cualquier tipo de desarrollo, cuáles fuentes de energía se importarán y cuáles no se importarán.
Lo anterior con el agravante que las juntas directivas y los altos jerarcas continuarían siendo nombrados políticamente y por un corto período (el período gubernamental).
Existen dos proyectos de ley promovidos por el Gobierno y RECOPE, que se encuentran en discusión en la Asamblea Legislativa, que buscan “embutir” el desarrollo y distribución de las fuentes de energía del futuro en el modelo petrolero obsoleto proveniente del pasado:
• Ley de Combustibles (presentada a la Asamblea Legislativa por el Gobierno de don Luis Guillermo Solís). Se le dotan a RECOPE potestades adicionales para “investigar, producir, industrializar, transportar y comercializar biocombustibles, hidrógeno y otros combustibles renovables, así como mantener y desarrollar las instalaciones necesarias para ello”.
• Ley de Transformación de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) para la Contribución a la Transición Energética (presentada a la Asamblea Legislativa por el Gobierno de don Carlos Alvarado). Este proyecto de ley le cambiaría a RECOPE el nombre para llamarla “Empresa Costarricense de Combustibles y Energías Alternativas S.A.” (ECOENA) y le daría a RECOPE básicamente las mismas potestades del proyecto de ley anterior.
La Cámara de Industrias calificó recientemente este proyecto de ley como una “ocurrencia” en una nota enviada a los diputados en la cual dicha Cámara se opone a este proyecto.
RECOPE tendría bajo sus potestades todas las actividades de la cadena de valor de las nuevas fuentes de energía, incluyendo, entre muchas otras cosas, lo siguiente:
• Investigar de nuevo lo que ya se ha investigado en las grandes potencias industriales.
• Adquirir y operar fincas para sembrar la materia prima para los biocombustibles (fincas de caña de azúcar y destilerías para producir etanol, fincas de palma africana e higuerilla y plantas de proceso para producir biodiesel, etc.).
• Distribuir al detalle las nuevas fuentes de energía en cientos de puntos de venta en todo el país. Esto no lo puede hacer ahora con los derivados de petróleo.
Bajo este esquema, RECOPE podría convertirse así en una CODESA de la energía.
Según el caso de cada proyecto, además de la estructura de alto costo de RECOPE, se encarecen adicionalmente los costos de energías renovables (un % de las ventas brutas y un canon por la actividad de prestación de servicios públicos de distribución comercial de combustibles).
No hay ninguna disposición que prohíba las prácticas monopolísticas y el establecimiento de barreras de entrada con respecto al desarrollo y distribución de las nuevas fuentes de energía.
Tampoco hay nada en esos proyectos de ley que evite en este subsector lo que está pasando en el subsector eléctrico, donde las plantas privadas de bajo costo de generación han sido cerradas al no renovarles el ICE los contratos. Lo anterior con el fin de reducir la oferta energética de bajo costo y de mantener operando las plantas estatales de alto costo.
Al final, dentro del modelo de los dos binomios, toda la estructura de alto costo termina pagándola el consumidor bajo el principio de servicio al costo de ARESEP (que en la realidad se traduce al costo que sea). De esta forma, el modelo actual hace que el país pierda competitividad y capacidad de desarrollo económico y social al quedarse solamente con energía cara.
Y para hacer más dramática esta situación provocada por el binomio energético nacional en el subsector eléctrico, ahora se está buscando cómo poner a operar las plantas de generación de bajo costo, mediante un proyecto de ley, para que la electricidad barata de estas plantas privadas se exporte a Centroamérica y que Costa Rica se quede únicamente la electricidad cara.
Bajo las propuestas actuales de “embutir” las nuevas fuentes de energía del futuro en el modelo actual (la caja actual), no hay nada que impida que RECOPE se constituya en un monopolio de hecho (como lo fue en materia petrolera antes del monopolio legal establecido en 1993), lo cual ocurrió por las ventajas monopolísticas y las barreras de entrada que surgieron, entre otras cosas.
Lo expuesto en esta sección no significa que RECOPE no produzca y no distribuya las nuevas fuentes de energía del futuro, pero debe hacerlo bajo un nuevo régimen de competencia efectiva cuyas características aún no han sido definidas.
III. ¿Qué hacer para corregir la situación de altos costos de la energía y de falta de transición y diversificación energética?
Es obvio que hay que adecuar el modelo energético nacional actual de los dos binomios provenientes del pasado porque es el que ha creado los altos costos actuales de la energía y porque ya no responde a las necesidades actuales y futuras del país, incluyendo la diversificación y la transición energética.
Hay que migrar hacia un modelo energético, como los que existen en muchos países exitosos, que responda eficiente y eficazmente a las crecientes necesidades impulsadas por las nuevas y mejores fuentes energéticas y las nuevas tecnologías que están emergiendo.
Muchos de estos modelos exitosos en el mundo pueden ser emulados, los cuales no solamente contribuyen fuertemente a la reducción de los costos de la energía, a la diversificación y a la transición energética hacia otras fuentes de energía, sino que durante este cambio continúan creando valor de manera permanente (costos bajos, alta calidad, etc.).
Al igual que los modelos energéticos exitosos en el mundo, el nuevo modelo energético nacional que se vaya a crear debe tener una visión de futuro y no del pasado y debe crear un entorno que conduzca, entre otras cosas, a lo siguiente:
• Una creciente competencia entre las diferentes energías, actuales y emergentes, que impulse fuertemente la reducción de los costos de la energía y la diversificación y la transición energética.
• Estímulo al desarrollo de todas las diversas fuentes de energía que están emergiendo en el mundo con el fin de aumentar la oferta energética nacional para que sea muy diversa y con abundantes suministros de energía, lo cual impulsará la competencia entre todas las fuentes (las actuales y las nuevas), provocará una reducción de los costos y acelerará la diversificación y la transición energética.
• Fomento de mejoras continuas en la eficiencia energética en toda la cadena de valor de la actividad energética nacional.
Al igual que ocurre en todo el mundo, todo esto conduce a producir cada vez más energía de bajo costo mientras que al mismo tiempo se reemplaza progresivamente la energía actual con energías más competitivas y más limpias que las existentes.
Conclusión
El país tiene una urgente necesidad de resolver el enorme desafío de llevar a cabo la necesaria diversificación y transición energética con energías de bajo costo que potencien el desarrollo económico y social.
Como lo he señalado en múltiples ocasiones con datos oficiales, en Costa Rica no solamente la necesaria diversificación y transición energética no se está dando, sino que más bien está ocurriendo lo contrario.
El modelo (o caja) actual es el responsable de que los costos de la energía sean elevados y que los derivados de petróleo importados estén desplazando, por su alto costo, las energías renovables nacionales, lo que está produciendo una creciente petrolización importada que ya llega al 64,3% del consumo energético nacional.
La situación energética nacional va a continuar deteriorándose si no hay una reforma real del sector y desgraciadamente todavía no se sabe cuál es el rumbo futuro que el país va a tomar en este campo y cuáles serán los cambios que se van a dar.
Las propuestas de desarrollo de las nuevas fuentes de energía que existen hasta el momento, dentro de la caja o modelo de los dos binomios, crearán un monopolio de hecho y de alto costo.
Si no hay cambios reales fuera de la caja, como los que se han dado en muchos países exitosos, el país no solamente seguirá lamentándose y enojándose de los altos costos de la energía, sino que también el sector energía del país continuará obstaculizando el desarrollo nacional actual y futuro con sus altos costos energéticos.
En el mundo están emergiendo nuevos modelos energéticos mucho más compatibles con las características disruptivas de las nuevas energías y las nuevas tecnologías que están surgiendo en continua evolución, pero en Costa Rica esto no está sucediendo.
Existen muchos modelos energéticos exitosos en el mundo que pueden ser emulados para bajar los costos de la energía y para acelerar la diversificación y la transición energética, entre otras cosas.
Este cambio depende de una decisión política. Hay que esperar que se anuncien cuáles son las propuestas que harán los diversos candidatos a la Presidencia de la República sobre la necesaria y urgente reforma al sector energético nacional.
Una vez que anuncien sus propuestas, en ese momento sabremos si ellas serán dentro de la caja (que en realidad no son una reforma ni surtirán efectos significativos) o fuera de la caja (que es donde se encuentran las verdaderas oportunidades para lograr efectos significativos y una evolución apropiada ante las tecnologías disruptivas que vienen y que se van a profundizar en el futuro).
También habrá que esperar a ver si las promesas de campaña se cumplirán en el próximo gobierno. En el pasado, las principales promesas de campaña en este sector, y en otros sectores, han quedado sin cumplirse.