María José Solís
Como seres humanos, debemos darle sentido a la justificación de que somos “seres pensantes”, de que somos los seres vivos más inteligentes que habitan el planeta Tierra y que somos capaces de convivir en armonía, cuidándonos como colectivo.Hemos sido capaces de crear un sinfín de cosas, de imaginar consecuentes de nuestra capacidad, de incrementar nuestro poder y creernos los reyes y reinas de la madre tierra. Lo más gracioso de todo, es que el ser humano, ha utilizado esa capacidad de pensamiento e imaginación para destruirse así mismo, para acabar con lo que le rodea y para asesinar los sueños de su pueblo.
Sabemos que el mundo evoluciona, sin embargo, personalmente considero que el ser humano no ha sabido sobrellevar esta evolución, y como individuos egoístas que somos, utilizamos nuestra imaginación para contrarrestar el hecho de que no nos hemos sabido acoplar al presente, de que queremos manipular todo lo que nos rodea y que principalmente, creemos que el mundo y todo su conjunto, no avanza sin nosotros.
Entonces pregunto ¿Qué es un hombre? ¿Qué es una mujer? ¿Qué es el ser humano?
Pues me atrevo a decir que el ser humano no es el ser viviente más listo, agradable y capaz de este mundo, no somos amigos del ambiente, de la naturaleza ni de nosotros mismos, no somos dadivosos, no somos amables o amigables y mucho menos somos lo mejor que le pudo ocurrir a la madre Tierra, en resumen, somos un conjunto de seres vivientes que no se comprenden y que no saben utilizar sus capacidades.
Muchas veces podemos ser el caos en su más pura esencia y la destrucción en todo su esplendor. Somos un maremágnum andante, una avalancha de perdición, y ¡nos han dado tantas señales! Pero somos demasiado ignorantes para notar que estamos destruyendo todo a nuestro paso, y que lamentablemente, somos visitantes que venimos una única vez a este planeta.
Dijo Nicolás Maquiavelo, que todas las personas nacen siendo malas, que hasta un bebé es malvado. Yo digo que nos maleamos con el paso de los años, que las personas a nuestro alrededor, mientras vamos creciendo, nos convierten en esta figura humanística en busca de poder, que tenemos que hacer lo que sea para obtener lo que queremos, sin importar de que en esta búsqueda nos destruyamos y acabemos con lo que somos, con la palabra” humanidad” y todo lo que la complementa. Y qué lástima me da que desperdiciemos tan grande tesoro, que pena me da que nos prestemos para envenenar la mente de los nuestros, que coraje que tratemos por dinero y que demos a cambio de cobrar un “favor”.
No somos el mejor ser viviente en este mundo, no somos nuestra mejor versión, no ponemos nuestra mejor cara y no expresamos nuestra más pura esencia. La vergüenza y la mentira nos delata, el egoísmo nos controla y la malicia nos envuelve.
Ya es momento de que pongamos un alto a nuestro falso yo, que contengamos nuestros intereses individuales para convertirlos en colectivos; No más muertes sangrientas y dolorosas, no más tortura y temor, no más búsqueda del poder, no más individualismo.
El ser humano, como ser débil que es, no puede estar sólo, necesita compañía, necesita de su manada. No nos olvidemos que somos turistas en este mundo y que lo tenemos que cuidar, pero, para empezar, tenemos que cuidarnos unos a otros primero. Tenemos que entender que no podemos controlarlo todo, que el poder no nos facilita nuestro paso en este planeta, que el egoísmo no nos hace ricos y que el engaño no nos ayuda a perseverar.
Recapacitemos y ayudémonos en conjunto, solamente de esta manera podemos convivir como colectivo, solamente así, podemos volver a nuestras raíces, a nuestra más pura esencia, sólo de esta manera, nos podemos llamar “seres humanos”.