Por Arturo Alejandro Muñoz* – POLITIKA
Con 19% y 13% respectivamente en la 1ª vuelta, Pedro Castillo y Keiko Fujimori se disputarán la presidencia del Perú. Surge la interrogante: ¿cómo gobernar con un zócalo electoral tan nimio? Estos días estarán muy ocupados con las negociaciones tras bambalinas.
El título no es un invento del articulista. Así se le llamó en Perú –“La toma de Lima”– al inesperado y contundente triunfo electoral del profesor Pedro Castillo en las recientes elecciones presidenciales en el país incaico. Toda una sorpresa, dado que en las encuestas previas a los comicios, Castillo no aparecía siquiera amenazando a quienes esas encuestas ubicaban en segundo y tercer lugar; aún más, en Lima misma, este profesor se encontraba al final del listado, casi ignoto.
Pero, su fuerza estaba en los campos, en la ruralidad peruana, en los faldeos, quebradas y poblados andinos, en las marañas amazónicas, en fin, en lugares donde sus pobladores –obviamente votantes- habían sido no sólo olvidados por el establishment limeño sino, además, desdeñados política y socialmente. Toda una gran sorpresa que habla del significativo cambio que las sociedades de algunas naciones latinoamericanas vienen experimentando en las últimas dos décadas, dado que el sistema imperante, el neoliberalismo, que tan bien caminó en sus inicios, hoy muestra fisuras relevantes que hieren profundamente las realidades y esperanzas de millones de seres que ven impotentes cómo sus situaciones económicas van perdiendo fuerza y derrumbándose en silencio, sin estrépito mediático y sin interés real de parte de las autoridades políticas locales por solucionar de verdad tales situaciones.
Consignemos además que el profesor y líder sindical Pedro Castillo, natural de su querida Cajamarca, de 51 años de edad, se inscribe en el partido de extrema izquierda “Perú Libre”, vale decir, en el sector que políticamente rechaza a la izquierda ‘progresista’, al cual irónicamente llama “izquierda oficial”, y que en otros países -Chile es uno de ellos-, es considerada centroderecha con disfraces de progresismo socialdemócrata.
La propuesta electoral de ‘Perú Libre’ se basa en una tríada: salud, educación y agricultura. Esos son los sectores prioritarios donde se deben realizar cambios para impulsar el desarrollo del país, es lo que ha asegurado Castillo a lo largo de su campaña. También, en su programa, contempla convocar a una Asamblea Constituyente para elaborar –en no más de un semestre- una nueva Constitución Política para reemplazar la que está en vigencia desde el año 1993, la cual privilegia, cobija y defiende un modelo económico de libre mercado, modelo y carta magna que además resultan ser el legado del gobierno derechista de Alberto Fujimori (1990-2000).
Castillo promete también expulsar a los extranjeros que delincan, en tácita alusión a los migrantes venezolanos que llegaron desde 2017 en número superior al millón de personas. “Daremos un plazo de 72 horas a extranjeros ilegales para dejar el país, los que han venido a delinquir”, aseguró el candidato en más de una ocasión durante su período de campaña.
El medio informativo “Semana” (semana.com/mundo), consigna que Pedro Castillo, en una entrevista a un medio de prensa limeño, aseguró que en el transporte aéreo existe un evidente monopolio, toda vez que una compañía aérea tiene el control del mercado; esa compañía es LATAM.
En su plan de gobierno está presente una serie de profundas reformas; al respecto, Castillo ha manifestado: “principalmente una reforma económica en la que el Estado asumiría un rol de empresario para competir con los privados –y agregó- actualmente vivimos en un sistema capitalista aparentemente renovado, en un neoliberalismo económico, llamado Economía social de mercado, impuesto desde el año 1993 y desde entonces ha ido en contra de los intereses de las grandes mayorías del país. Para cambiar esta triste realidad, es necesario plantear ajustes en el campo económico, la mayoría de manera drástica”. En la propuesta también incluye nacionalizar empresas de diversos sectores económicos como el minero, petrolero, hidroenergético, gasífero y de comunicaciones.
En una alocución a sus seguidores desde la plaza de Armas de Tacabamba, tras reconocer los resultados electorales que lo posicionan como ganador en primera vuelta, aseguró que «el cambio y la lucha recién comienzan» en Perú y reafirmó su compromiso en establecer una alianza con «el mismo y verdadero pueblo peruano» para preservar sus raíces. «Hoy al pueblo peruano se le acaba de quitar la venda de los ojos. Han tenido tiempo suficiente, décadas, pero ¿cómo dejan al país? Llegas a Lima Metropolitana, a las grandes ciudades, y encuentras a los lugares con opulencia que no miran más allá de su nariz», expresó el candidato. Es el “Perú profundo” que sigue luchando por tomar las riendas del país desde la Casa de Gobierno, llamada también Casa de Pizarro.
La segunda vuelta electoral se prevé disputadísima, pues Keiko Fujimori es de momento la candidata con mejores opciones para ocupar el segundo lugar ante De Soto y Aliaga, si bien el recuento aún puede deparar sorpresas en ese sentido. Fujimori ya salió al paso para ofrecer a De Soto «trabajar juntos» para confrontar a la «izquierda radical más allá de las diferencias que tengamos, pues también hay grandes coincidencias», señalando además que entre ellos «no importa quién pase a la segunda vuelta».
Es bueno recordar que Keiko Fujimori se presentó en esta elección blandiendo una propuesta de derecha autoritaria, reivindicando la presidencia de su padre, aún encarcelado por violaciones a los derechos humanos y a quien ya dijo que indultará si llega al Palacio de Gobierno, y apostando por aplicar «mano dura» para resolver los problemas de los peruanos. No obstante, sobre ella pesa una acusación por el delito de lavado de activos vinculada al financiamiento ilegal de las campañas de su partido, en 2011 y 2016, a cargo de la empresa brasileña Odebrecht, entre otras.
Mientras Fujimori ya está utilizando la acostumbrada amenaza de que una izquierda radical podría convertir al Perú en una nueva Venezuela o una nueva Cuba, Pedro Castillo tendrá que extremar esfuerzos y profundizar acuerdos (aunque no le agraden) con esa misma “izquierda oficial socialdemócrata” que él rechaza; de lo contrario, el triunfo obtenido en la primera vuelta electoral podría transformarse en una victoria pírrica… vale decir, ganar la batalla pero perdiendo todas las naves.
Por cierto, desde Chile, especialmente desde lugares como Casa Piedra, Sofofa y CPC, la evolución del proceso electoral peruano es seguido con particular atención y no poca preocupación, ya que son muchos los intereses económicos que diversos grupos empresariales chilenos tienen actuando en el hermano país. No sólo se trata de LATAM sino también de algunos importantes consorcios comerciales, agrícolas, pesqueros y mineros.
En lo esencial, el profesor y dirigente sindical José Pedro Castillo Terrones, de 52 años de edad, indiscutible líder del partido ‘Perú Libre’, junto a amplios sectores rurales, se ha “tomado Lima”, pero la batalla por asumir el gobierno de la nación incaica aún no termina. La decisiva segunda vuelta electoral, o balotaje, se efectuaría el domingo 06 de junio próximo.
Los dados están echados.
Profesor de Historia y Trabajador Social, ambos por Universidad de Chile. Fundador Casa de la Cultura de Doñihue y del Grupo Cultural y Literario ‘Paideia’ en Rancagua (Chile). Fundador y primer Director radio Comunitaria de Doñihue. Novelista. Articulista en diversos medios electrónicos, chilenos y extranjeros.