Las extrañas formaciones rocosas y el paisaje erosionado de las Bisti Badlands se encuentran en el interior del desierto del noroeste de Nuevo México. Las colinas están formadas por capas de roca arenisca, lutolita, carbón y pizarra, erosionadas hasta formar un laberinto de montículos, barrancos, grutas y columnas de piedra. En el pasado el clima era diferente, como demuestran los numerosos fósiles perfectamente conservados de la zona. Todavía se pueden encontrar troncos petrificados y huesos y dientes fosilizados de animales. Los fósiles pueden contemplarse, pero es ilegal retirarlos del enclave. Hoy, el entorno desértico es el hogar de una gran variedad de reptiles, pequeños mamíferos y aves de presa.
A 16 km de distancia está el remoto desierto de De-Na-Zin. No tiene senderos establecidos, por lo que hay que tener cuidado cuando se explora la zona, ya que muchas de las rocas pueden dañarse con facilidad y son muy inestables. Los edificios abandonados de los comercios de la reserva Bisti contribuyen a intensificar el carácter desolado de este lugar.
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