Manos de piedra corazón de león

Especial para Cambio Político

Ricardo Veizaga

Manos de piedra corazón de león

Probablemente sea el box la disciplina deportiva que ha suscitado la mayor cantidad de canciones y películas. El primer cortometraje data de 1891 titulada Men Boxing o, como no recordar la inolvidable película The Champ, con Jon Voight y Faye Dunaway. Películas sobre la vida real de algunos boxeadores como Jake La Motta (Raging bull-Toro salvaje), Ali, sobre Muhammad Ali, Gatica, el mono. The Hurricane basada en la vida de Rubin Hurricane Carter. La reciente película El Inca, sobre la tragedia de Edwin Valero, paradójicamente prohibida por el gobierno de Maduro, y Hands of Stone (Manos de piedra) la vida del gran Roberto Durán. La película es un homenaje merecido en vida, a uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos. No quiero entrar en polémicas ni desacreditar a quienes lo discutan, en este caso para mí carece de importancia.

Roberto Durán Samaniego, apodado Mano de Piedra o El Cholo. Nació en la ciudad de Panamá, el 16 de junio de 1951, en El Chorrillo barrio bravo si los hay. Llegó al mundo con tres kilos y medio y lo recibió en sus brazos su abuela Ceferina García, en el apartamento donde vivía con su madre Clara Esther Samaniego, sus hermanos y su padre Margarito Durán Sánchez, por el tipo de construcción lo llamaban «La Casa de Piedra». Irónicamente con el tiempo él sería bautizado como Mano de Piedra. Mucho se especuló sobre la nacionalidad de su padre, su padre era de ascendencia mexicana y había nacido en Arizona, lo demuestra el hecho de trabajar para el gobierno norteamericano en la zona militar del Canal como cocinero de las tropas. Al terminar su trabajo en la zona del Canal abandonó a la familia cuando el pequeño Robertico tenía un año y medio.

El Cholo es el panameño más famoso mundialmente conocido después del Canal interoceánico. Pero llegar a ese lugar no fue fácil «¿Qué pasado terrible produjo esta furiosa máquina de destrucción?», fue el interrogante del periodista Pete Axthelm. La infancia sin padre fue muy dura para Durán, el pequeño lustró botas y vendió en las calles el periódico La Estrella de Panamá, lavó platos en restaurantes y pintó paredes para ayudar a su madre en la economía familiar. Cuentan que nadaba todos los días unos tres kilómetros hasta el Fuerte Amador, se trepaba a los árboles de Fuerte Amador para robar mangos y cocos. Así lo descubrió Carlos Eleta, el hombre que lo iniciaría en el boxeo (según algunas versiones).

Otra versión sostiene que llegó al Box porque le gustó el atuendo, a los 12 años le impresionó la ropa que usaba su hermano Toti, que entrenaba en un gimnasio. Y un día lo siguió para verlo en su entrenamiento, y luego le preguntaría: ¿Cómo puedo vestirme como tú? Y su hermano le respondió: «Si te haces boxeador, te podrás vestir así». Y así empezaría la leyenda de uno de los grandes boxeadores de la historia. El Cholo tenía 12 años cuando sucedió El Día de los Mártires, el 9 de enero de 1964, unas jornadas nefastas en la que fueron muertos estudiantes panameños que pretendían alzar una bandera de su país, en la zona del Canal. Por ese hecho Panamá rompió relaciones con Estados Unidos. El general Omár Torrijos, que llegó al poder tras un golpe de estado en 1968, logró que Estados Unidos se viera obligado a devolver el Canal en el 2000, el Tratado se firmó en 1977.

Para ese entonces Roberto Durán ya era «Mano de Piedra», ya era un símbolo y sus peleas representaban, como el nombre de un conocido documental «Los puños de una Nación», de Pituka Ortega-Heilbron. Las manos de piedra de Durán fueron los puños de toda una Nación, porque las glorias y tristezas del cholo también fueron las glorias y las tristezas de los panameños. Su primer entrenador fue Néstor Quiñónez Espinoza, popularmente conocido como «Plomo Espinosa». Sufrió dos derrotas como boxeador aficionado una de ellas ante su compatriota el mello Jorge Maynard, debutó como profesional en la categoría gallo (118 libras), venciendo por decisión en cuatro vueltas al chiricano Carlos Mendoza, en la Arena de Colón, el día 23 de febrero de 1968, por esa pelea cobró 25 dólares.

La división supergallo (122 libras) fue creada oficialmente en 1972, cuando militaba en el peso ligero, luego ascendería al peso pluma (126 libras), y super pluma (130 libras) antes de asentarse en los pesos ligeros (135 libras). En esa división combatió en 1971 ante el venezolano José Acosta, a quien derrotó por KO en el primer asalto. 22 de sus combates los ganaría por KO en el mismo el primer asalto, incluyendo sus dos últimos en ese round, ante Bernardo Díaz en la categoría ligera y ante Ariel Cruz en la categoría super mediano.

Durán fue reconocido por Sports Illustrated como el numero uno entre «los diez más grandes pesos ligeros de todos los tiempos», también su nombre está incluido entre los más grandes boxeadores latinoamericanos como Julio César Chávez y Carlos Monzón. En el peso ligero derrotó a otros campeones como Esteban de Jesús, Suzuki Ishimatzu. El cronista norteamericano Rich O’Brien se animó a ubicarlo entre los diez más grandes boxeadores libra por libra. En 1999, The Associated Press clasificó a Durán como número siete entre «Los Mejores Boxeadores del Siglo XX», y el primer lugar en «Los Más Grandes Pesos Ligeros», superando a otras leyendas consagradas como Benny Leonard, Ike Williams, Joe Gans o Carlos Ortíz. Las comparaciones son siempre odiosas y generan mucha polémica. Pero Durán fue el mejor peso ligero del mundo y lo demás es historia.

Luego de derrotar al ex campeón mundial Hiroshi kobayashi, y ante el veterano Ángel Robinson García en 1971, el 26 de junio de 1972, se consagró campeón mundial de los ligeros, al derrotar por nocaut técnico en el decimotercer asalto al campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo, al escoces Ken Buchanan, en la ciudad de New York. Defendió su título en doce ocasiones, 11 por nocaut y en la última unificando las coronas de la Asociación y del Consejo (entonces las únicas), ante Esteban de Jesús, fue el tercer enfrentamiento entre ambos. En la primera no estuvo en juego la corona (33 combates realizó Durán, sin exponer el título), y el hombre de Carolina, Puerto Rico dio la sorpresa. En la revancha ganó Durán por nocaut y en la tercera noqueó al boricua en el décimo round. Esteban de Jesús fue el primer boxeador en derrotar y mandar a la lona al Cholo. Edwin Viruet fue el único que aguantó hasta el final en una pelea por el título.

Durán poseía una gran pegada y su mejor golpe era su recto largo de derecha por encima del hombro izquierdo del rival, solía castigar los costados de sus oponentes, mientras los arrinconaba contra las cuerdas, para castigar duramente en las zonas bajas. Dominaba la corta distancia, amarrando continuamente y la media distancia para golpear por dentro. Dicen los especialistas que su aspecto defensivo, fue mejorado por Ray Arcel, y Freddie Brown fue quien diseñó la estrategia de atacar al cuerpo y los planos bajos de los rivales. A pesar de ser un fajador sabía desplazarse por el cuadrilátero, no era estático, movía el torso y usaba la cabeza para eludir los golpes, poseía buenos reflejos y manos muy rápidas (mientras fue ligero y welter).

En 1979 asciende a los welter (147 libras) saltándose los superligeros (140 libras), el 20 de junio de 1980, tras derrotar al ex campeón mundial welter, el mexicano Carlos Palomino, se gana el derecho al título del Consejo Mundial de Boxeo en manos de Sugar Ray Leonard. Entonces considerado la mejor figura del box, luego del vacio dejado por Muhammad Ali. La velada se denominó «Brawl in Montreal» y la pelea fue catalogada como una de las más importantes en 40 años. Una batalla épica entre dos grandes del boxeo y que luego sería una de las rivalidades más importantes del mundo pugilístico. En la previa al combate Durán presionó psicológicamente a Leonard, dijo que él no peleaba por el dinero y que no tenía respeto por Leonard, porque era muy «hablador». Leonard respondió: «Lo mataré». Y durante el pesaje las agresiones verbales aumentaron.

Esa noche en el Estadio Olímpico de Montreal, en Canadá. Se dio lo que se conocería como «La Batalla de Montreal», ante más de 46.000 afortunados testigos. Estaba en disputa el campeonato de Peso Wélter del Consejo Mundial de Boxeo, que ostentaba Leonard. Sugar Ray había arrebatado el título a Wilfredo Benítez, en noviembre de 1979. Durán había renunciado al título ligero para enfrentarse a Leonard, Sugar Ray era un artista del box, poseedor de una gran técnica y movilidad en el cuadrilátero. Durán era un fajador por excelencia, su apodo de ‘Manos de Piedra’ se lo ganó a pulso en cada uno de sus combates, gracias a su fuerte pegada.

Cierta vez contó que cuando empezaba a salir con su esposa Felicidad Iglesias (la Fula), en una sala de baile, una persona le ofreció pagarle 200 dólares si lograba noquear a un caballo. Durán dice que aceptó la apuesta pero solo para tumbar al caballo y no para noquearlo, y que lo logró siguiendo el consejo del hombre que le recomendó que le pegara detrás de la oreja al animal. Leonard estaba arriba en las apuestas 9 a 5, siendo el favorito, Durán ganó 1.5 millones de dólares y Leonard 7.5 millones, la mayor ganancia para un boxeador hasta entonces. La transmisión de la pelea por circuito cerrado llegó a 310 puntos de los Estados Unidos y Canadá, así como en pago por evento en Los Ángeles, California y Columbus, Ohio. El columnista del The New York Time Dave Anderson, le preguntó al ex campeón Joe Frazier, mientras Durán ingresaba al ring, si le recordaba a alguien, Joe contestó: «Me recuerda a Charles Manson».

Durán llevó el combate a su terreno, a la corta y media distancia, el campeón se equivocó al entrar al golpe por golpe. El Cholo llevó la iniciativa y conectó los golpes más importantes. Leonard en vez de recorrer y moverse dentro del ring sin entrar en el cuerpo a cuerpo, decidió fajarse con Durán lo cual le costaría la pelea. En el segundo round, Durán con un gancho izquierdo conmovió a Leonard, y se lanzó hacia Leonard, conectando al cuerpo y al rostro. Mientras el campeón trataba de abrazarse. El combate duró los 15 rounds, de una pelea franca cuerpo a cuerpo. Los jurados dieron el siguientes fallo: Harry Gibbs (144-145), Angelo Poletti (147-148) y Raymond Baldeyrou (144-146). Todos favorables a Durán. En la conferencia de prensa Durán declaró: «Es el mejor con el que he peleado. Me pegó fuerte un par de ocasiones, pero nunca me puso en malas condiciones. Él fue muy bueno, pero tenía que serlo porque estaba  peleando contra mí».  Leonard mencionó: «Dije que pelearía con Durán de frente, cuerpo a cuerpo en el ring, y lo hice. La gente me cuestionaba si podía aguantar los golpes. Se los demostré. Le doy a Durán el crédito que se merece. Es el hombre más fuerte al que he enfrentado».

Ray Charles Leonard, nació en Wilmington, North Carolina, el 17 de mayo de 1956. El nombre fue en honor del cantante Ray Charles a quien su madre Getha admiraba. Sugar no fue cualquier boxeador, fue el primero en la historia del boxeo profesional que logró títulos mundiales en cinco categorías, y uno de los más exitosos de todos los tiempos. El campeón olímpico que luego de su fracaso en participar en los juegos de Münich 1972, barrió a rusos y cubanos en los Juegos de Montreal (Canadá) en1976, ganando la medalla de Oro frente al cubano Andrés Aldama. La superestrella heredero de la fama de Muhammad Alí. Que se consolida al vencer al entonces campeón mundial welter del WBC, Wilfredo Benítez, y con un récord de 145-5. 75 por KO. Debutó como profesional ante Luis Vega, con Angelo Dundee en su esquina, y cobrando 40.000 dólares, un récord para la época.

En 1981 se enfrenta a Thomas Hearns, unificando los títulos WBC y WBA de los welters, ganando por KOT en el 14 round, luego del triunfo sería considerado el mejor peso welter de la historia. En 1982 abandona el box por un desprendimiento de retina, en 1984, reaparece noqueando a Kevin Howard y desaparece hasta 1987, enfrentando a Marvin Marvelous Hagler. Gana y se consagra campeón Mediano del mundo. Tras un nuevo alejamiento, en noviembre de 1988 se impone por KO; a Don Lalonde, ganando dos títulos en una sola pelea el Mediano y el Liviano. En 1989 pelea nuevamente con Hearns y empata. En 1997, a los 40 años, realiza su última pelea con el ex campeón ligero Héctor Camacho.

Con este super campeón se enfrentó Roberto Durán, para Mano de Piedra fue el techo de su carrera (anterior y posterior), quince rounds inolvidables que lograron que un Mike Tyson de 14 años lo eligiera como su ídolo número uno. Hubo mucha euforia, el macho latino había vencido al Golden boy, al Sugar, y cinco meses después se realizó la revancha. Un gran error de su manager, una revancha apresurada, la del doloroso No Más, la de New Orleans. Los manejadores de Leonard fueron inteligentes, y Sugar consiguió pelear sobre un cuadrilátero especial de 21 x 21. Mientras tanto luego de la gran noche de Montreal, Roberto continuaba festejando, «Engordaba con alegría», escribió el periodista Guido Bilbao. Y a Eleta lo único que le importó fue que le subieran la bolsa de 1,6 a 8 millones de dólares.

El Cholo, un mes antes de la pelea, empezó a entrenarse con un sobre peso de 14 kilos. Luego de pasar el pesaje lo festejó comiendo bifes con papas fritas. «Cuando pierdes la cabeza, pierdes la mejor parte de tu cuerpo», dijo Ray Arcel, el preparador que nunca arregló con la mafia, que entrenó a 18 campeones mundiales y llevó a Durán a la gloria. Ray Charles, no el boxeador sino el cantante, a quien su madre admiraba, abrió la previa cantando sobre el ring «America, the beautiful». Leonard en el séptimo round, le ofreció el mentón con la guardia baja a un Durán en su peor forma física, mientras amagaba con su clásico remolino con la mano derecha, y esquivando hasta diez golpes de Durán. En el siguiente round, luego de un clinch, Roberto se dio vuelta y renunció.

Ese insólito pero previsible momento, pasaría a la historia como «No Más», una frase que Durán negó haber pronunciado, algunos testigos oyeron que Mano de Piedra, le había gritado a Sugar, «maricón». Y luego se dio vuelta murmurando «con este payaso no peleo más», y como sucede siempre llegaron las conjeturas, se invocó calambres estomacales que los habría sufrido a causa de la deshidratación para alcanzar el peso reglamentario en poco tiempo. Cuenta Giudice en su libro, que Eleta lo encontró en la habitación 1843 del Hyatt Regency, bebiendo, cantando y bailando, sin dolor ni arrepentimiento alguno. Y que lo llevó simulando urgencia a un hospital como una coartada ante los críticos. Giudice, hay que decir no es un testigo fiable, sin embargo cuenta Carlos Eleta que en el viaje, Durán no paró de llorar. Años después el mismo Ray Charles Leonard viajó hasta Panamá, buscando que Durán le diga porque se retiró en New Orleans, pero se dio cuenta que repetiría lo de siempre, lo abrazó y lo dejó en paz.

El actor Ramírez, que personificó a Roberto Durán, dijo en una entrevista sobre sus largas charlas con Durán. «Lo más interesante es lo que no dice. Sus silencios me concedieron grandes revelaciones». Su silencio incluye el «No más» de New Orleans. No hace falta que rompa el silencio, Durán no estaba preparado para pelear y no soportó ser humillado en el ring. Los latinos sabemos cómo es nuestra gente, Roberto que había vivido privaciones, al llegar a la cima dio rienda suelta al festejo. En una entrevista confesó que cuando ganó en 1972 su primer título y destronó al campeón mundial ligero Ken Buchanan, su manager de entonces, el empresario Carlos Eleta, no le pagó «ni un real», pero que con lo poco que le dieron, contó: «me pegué una borrachera de las buenas».

Durán dice que respeta las opiniones de quienes dijeron que él se vendió en la segunda pelea con Sugar Ray Leonard, al abandonar el combate y perder el título welter. Él sabe que esas opiniones llevan una carga de bronca y frustración, no tiene sentido responder a ellas. Pero expresó una gran verdad, sin menoscabar a Leonard, «en condiciones nadie me gana» y eso fue lo que ocurrió, no estaba en condiciones pero Eleta tenía la obligación de saberlo.

La otra historia. En la categoría super welter (154 libras) realizó 8 peleas enfrentando entre otros al ex campeón José Pipino Cuevas, al campeón italiano y europeo Luigi Minchillo. El 16 de junio de 1983, ganó su tercera corona mundial, la superwelter de la AMB, derrotando por KO; al campeón estadounidense Davey Moore, convirtiéndose en el tercer boxeador latino en ganar tres coronas mundiales y el séptimo en la lista de todos los tiempos. Durán fue por el título Medio (160 libras) ante Marvin Hagler, entonces poseedor del título unificado de la AMB, CMB y la FIB. Perdiendo por puntos. El cholo regresa a los superwelter y combate con Thomas Hearns, perdiendo por KO en dos asaltos. Luego de pelear varios años en las 168 libras, vuelve a la categoría medio y logra el título del CMB, el 24 de febrero de 1989 en Atlantic City, ante el campeón mundial Iran Barkley, quien acababa de noquear a Thomas Hearns.

Con este triunfo, el panameño se convirtió en el primer boxeador latinoamericano en ganar cuatro campeonatos mundiales en distintas divisiones. A finales de los ochenta, se llevó a cabo la tercera y última pelea con Leonard, en ese momento campeón del CMB. Leonard triunfó en las tarjetas por decisión unánime en pelea a 12 rounds por el título mundial súper mediano.

El 22 de junio de 1996, con 45 años de edad, se enfrentó por el vacante título mundial de los pesos medios del Consejo Internacional de Boxeo, al boricua Héctor Macho Camacho, y pierde por puntos en una pelea polémica por el fallo. En 1997, con casi 46 años de edad, Durán realiza dos combates en los pesos supermedios (168 libras) ante el ex campeón mundial mediano de la AMB, el argentino Jorge Locomotora Castro, de 29 nueve años, dividiendo por puntos una pelea para cada uno de los púgiles. En 1998, con 47 años de edad, en Las Vegas, intenta recuperar el título mundial Mediano de la AMB, perdiendo por KOT en el tercer asalto ante el campeón William Joppy de 27 años.

El 16 de junio de 2000 en el Gimnasio Nuevo Panamá, Durán derrota por puntos, en pelea revancha al irlandés Pat Lawlor, alcanzando el título mundial super mediano de la Asociación Nacional de Boxeo, pero surge una polémica, a pesar de que la NBA, es la más antigua organización de boxeo, pero es poco reconocida, y no se acepta la validez del quinto título mundial (sólo cuatro), título que perdería en su primera defensa ante el Macho Camacho en julio de 2001. Hasta su retiro obtuvo cinco cetros mundiales en cuatro categorías. El récord de su carrera profesional es: 120 peleas con 104 victorias (69 por KO) y 16 derrotas. El 14 de octubre de 2006, ingresó al Salón de la Fama del Boxeo Mundial, en Riverside (California), y luego en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo en Canastota.

La historia del Cholo que amó el general Omar Torrijos cuando había que recuperar el Canal de Panamá ante Estados Unidos, fue llevada al cine como «Hands of Stone». Muy pocas personas le llaman «Manos de Piedra», con el plural del apodo inglés. Alguna vez expresó Durán: «No me importa cómo me digan, ‘Mano’ o ‘Manos’, me da igual, con las dos pego». Al periodista Alfonso Castillo se debe el apodo de «Mano de Piedra» porque «cuando pegaba destruía». Un libro publicado en 2006 se titula igual que la película «Hands of Stone», cuya autoría corresponde al norteamericano Christian Giudice que molestó mucho a Durán. «Este tipo… ¿Qué sucede con él? (pregunta el periodista) Este tipo es un mentiroso. Me entrevistó y publicó una cosa totalmente diferente a lo que le dije. Dice que fumaba marihuana y nunca lo hice, no sé de dónde se inventó que yo dije que Noriega era homosexual y eso es mentira y me compromete».

Del general (Manuel) Noriega no hablé nada de su vida personal porque no la conozco– sostiene Durán. Una vez terminada la entrevista me doy cuenta de que, colgada en la pared junto a las fotos con las grandes estrellas, hay un retrato del militar. ¿Y qué? Si supieran la cantidad de personas que fueron amigos de Noriega, o mejor dicho cuantos miles de personas se acercaron y se fotografiaron con Durán. Giudice, quien entrevistó a Durán en Panamá, recuerda a «Chaflán», el cómico callejero sin techo al que Roberto y otros niños adoptaron como padre, según él. Lo acompañaban en sus piruetas, trucos y bailes que lo ayudaban a sobrevivir. Mano de Piedra lo invitó a su pelea de 1972 con Ken Buchanan en New York, cuando ganó el primero de sus títulos mundiales. Chaflán murió en 1979. A Durán, para no afectarlo, se lo comunicaron apenas después de su pelea, en 1979 en New York, contra el mexicano Carlos Palomino, dice Giudice.

Manos de piedra corazón de león

Roberto Durán muy molesto le dijo a unos periodistas de La Estrella de Panama: «Esta mañana me paro y leo en La Estrella un poco de mentiras sobre Chaflán: Que Chaflán me llevaba a pelear y apostaba por mí, que Chaflán tomaba. Cándido nunca tomó un trago, jamás nadie lo vio bebiendo, que Chaflán sacaba ventaja de los ‘pela’os’ que los seguían. Eso es mentira– dice molesto Roberto Durán. Está hablando cuando se detiene y empieza a mirarme fijo. –¿Tú no eres el que escribió esa vaina?– pregunta Durán y, automáticamente, se responde– Sí, tú eres el que está escribiendo alelasones sobre Cándido. Te aseguro que tú ni lo conociste –dice Durán, retador–. Eres un hipócrita, y te lo digo en tu cara. Eres un hipócrita porque estás defendiendo a los que hablan mal de ‘Chaflán’. Tú estás hablando mal de Chaflán.

Según el máximo boxeador panameño de la historia, Cándido Díaz «nunca me llevó a un gimnasio. Y las veces que yo fui a Colón me llevó un profesor de apellido Zelaya y ’Plomo Espinosa’, para que quede claro». Y añade que Chaflán jamás lo explotó a él ni a los muchachos que lo seguían, que, al contrario, «ayudaba a los muchachos, los sacaba de las calles». Durán considera, así como en su momento lo hizo Pedro Quintero, vecino del comediante en Loma La Pava, que «si hoy hubiese más gente como Chaflán, la sociedad no estuviera como está». –Él no era ni borracho ni drogadicto. Tenía su loquera pero respetaba a la gente– comenta también ‘Mano de Piedra’–. Tampoco es cierto que tuvo hijos, el único hijo que tuvo Cándido fue un pela’o al que llamaban Héctor y fue un hijo de crianza, no biológico. Eso de que tuvo hijos no reconocidos es totalmente falso.

Según el chorrillero hay datos que son invenciones de la gente. Por ejemplo, que ‘Chaflán’ vivió en El Valle de San Isidro: «Después de Loma La Pava, ’Chaflán’ se fue a vivir a Peñoncitos, carretera a Colón». –¿Qué Chaflán me enseñó a pelear a mí?– repite incrédulo el astro– Eso es mentira. Lo único que Chaflán decía era: «Si ustedes se ponen a luchar y a hacer sus ejercicios, les pago la comida». Todos nos poníamos a luchar por eso– explica Durán–. A mí nadie me enseñó a boxear, yo nací para ser boxeador. Y si alguien me enseñó a boxear fue un señor llamado Plomo Espinoza y, luego, Sammy Medina. «Nosotros éramos diez o quince pela’os que andábamos detrás de él viéndolo hacer morisquetas, porque nos hacía reír. Entonces nos decía: Vamos al manglar. El manglar estaba en El Chorrillo, donde se está construyendo el estadio. Y ahí nos íbamos con él a hacer ejercicio. Después de eso, él nos llevaba a comer al Gato negro».

Otro recuerdo sobre Chaflán que contó Durán Samaniego fue que los almacenes de la avenida Central contrataban al comediante para que hiciera morisquetas: «Cuatro o cinco pela’os lo veíamos tras una vidriera haciendo payasadas y nos quedábamos ahí, viéndolo». Sino estaba tras una vitrina, a Chaflán «le ponían un letrero adelante y otro atrás anunciando almacenes». Vendía telas para ‘Los Atrevidos’ o pregonaba ‘Chaluja vende barato’, rememora el hoy restaurantero, quien también cuenta que Cándido Natalio, verdadero nombre del también boxeador aficionado, aprovechaba la capacidad que tenía ‘para imitar los silbidos de cualquier pájaro’ a la hora de anunciar productos o locales.

–¿Usted perdió el contacto con los parientes de Chaflán una vez murió?– le pregunto al escuchar que hace mucho no sabe nada de la familia Díaz. – Eso es una equivocación y les voy a decir por qué: Yo nunca tuve contacto con Chaflán ni con la familia. Yo era un muchachito que andaba en la calle limpiando zapatos, quien veía a otros muchachos detrás de Chaflán. Nosotros lo veíamos entrar en las cantinas a bailar y lo seguíamos para reírnos un rato. «Un día yo estaba en el gimnasio y llegó Chaflán y me dijo: cuando consigas una pelea de campeonato mundial, yo quiero que me lleves. Yo le respondí que sí, que lo iba a llevar. Cuando conseguí la pelea y lo llevé porque era mi amigo y me caía bien».

Nunca tuve una unión con Chaflán como la gente piensa: Yo era uno más del montón que andaba detrás de Chaflán. Hay muchos que van al restaurante a comer (a la Tasca de Durán) que hoy son médicos y abogados y me dicen: ‘Yo también andaba con ’Chaflán’– y añade–. Pero, ¡claro!, como yo soy quien soy, le quieren tirar el cuerpo gordo a Roberto Durán, porque fue el único que le dio su valor a Chaflán y lo llevé al extranjero.

«La Guardia Nacional no pagó ningún boleto– refuta tajante Roberto Durán–. El viaje de Cándido lo pagó Carlos Eleta Almarán –además, niega las versiones que dicen que Chaflán estuvo con él en esa pelea como un factor motivacional– ¡Y nada que fue para motivarme! Porque cuando uno va a ser campeón mundial, uno va a ser campeón mundial. Chaflán me pidió un favor y yo se lo cumplí». «Si tú me dices que Chaflán murió en 1980 ó en 1997 te creo, porque no recuerdo la fecha de su fallecimiento», admite Roberto Durán. –Fue en 1979, entre el 20 de junio. ¿De verdad no se acuerda? – le pregunto sorprendido. «No, para nada. Sólo recuerdo que me lo dijeron luego de que volví de una pelea en Estados Unidos».

Dicen que el general Omár Torrijos le mandó un avión a Canadá y lo invitó a viajar a Cuba, para celebrar con Fidel Castro. Durán confesó a Pituka que tenía miedo de subirse al avión con Torrijos. «¿Y si los gringos le tiran un bombazo?», le preguntó. El DHC-6 de la Fuerza Aérea Panameña se estrelló al año siguiente, el 31 de julio de 1981, con Torrijos a bordo. Mano de Piedra, visitó Cuba en 1974 tras ganarle al boricua Esteban de Jesús, y que en su primer encuentro con el líder cubano éste le recriminó por haberle dado la espalda antes de darle la mano para tomarse una foto grupal con Torrijos. Durán contó que Fidel Castro le preguntó quién habría ganado la pelea entre Muhammad Alí y Teófilo Stevenson, y que él le respondió: «lo mata, lo mata» y Castro le volvió a preguntar: ¿Stevenson a Muhammad Alí? «No, le dije, al revés, Muhammad Alí lo mata», ya que, explicó, el púgil estadounidense hacía pelea de 15 asaltos y el cubano solo 3 como aficionado.

A Durán muchos políticos quisieron usarlo, el gobierno de Ricardo Martinelli lo utilizó para múltiples campañas, buscando sumar apoyos y esconder controversias. Sin embargo, tras el resultado electoral y la derrota del partido en el poder, Roberto continuó siendo el de siempre, nada les debía. Roberto Durán apareció en Telemetro Reporta quejándose del incumplimiento de las promesas de la pasada administración en materia deportiva. «Se quedaron en pura palabrería…. esa gente no hizo nada…. el ministro de la Presidencia me dijo que invertirían en deporte…. el  griego ese que fue ministro, cómo es que es que se llamaba», preguntó sin rubor alguno.  «¿Papadimitriu?», dijo el periodista. «Sí, ese mismo», sentenció.

Durán debe estar harto de que le pregunten lo mismo, hace unos años le volvieron a preguntar. ¿Qué fue lo que pasó en la segunda pelea con Sugar Ray Leonard? «No sé. Me fui con una hembra y me jodí. Ya te contesté tu pregunta». Y se ríe. «Nunca pensé llegar tan lejos. Solamente me metí al boxeo para comprarle la casa a mi mamá y me iba a retirar del boxeo. Después la gente me animó a seguir, diciéndome que podía llegar a convertirme en campeón mundial, y le doy Gracias a Dios que llegué lejos y sigo siendo el mismo: no se me han subido los humos». -¿Cuál es la locura más grande que ha hecho Roberto Durán? «Pegarle a un caballo (ríe) y tumbarlo, y quebrarme un dedo por una hembra». -Después de Roberto, ¿quién en Panamá? «Nadie. Sí, es que no hay nadie. Primero fue Ismael Laguna, que fue mi ídolo».

Roberto Durán sigue viviendo en su casa de tres plantas en Panamá, que según cuentan incluyó zoológico privado en tiempos mejores. Canta salsa cada tanto en su restaurante, otra de sus aficiones y viaja por al exterior concediendo entrevistas y firmando autógrafos sobre todo después de la película. Roberto Durán Samaniego tiene Mano de Piedra pero también un Corazón de León, es conmovedora la imagen junto a un Esteban de Jesús, enfermo de sida y postrado en su lecho. Y sus manos siguen siendo sin duda los puños de su Nación.

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