La deuda electoral no es para pagar convenciones internas

Vladimir de la Cruz

Vladimir de la Cruz

No he militado en el Partido Liberación Nacional nunca. Provengo de una familia, mi familia inmediata, padres y abuelos, que históricamente fue anti liberacionista, una parte comunista y la otra calderonista. Milité políticamente en la Juventud Comunista, llamada entonces Juventud Socialista Costarricense, más tarde Juventud Vanguardista, en el Frente de Acción Universitaria que fundamos a finales de 1966, del Partido Vanguardia Popular y luego en el Partido Socialista Costarricense, hasta que se desintegró este partido a mediados de la década de 1980.

Me dolió profundamente la división de la izquierda costarricense y del Partido Vanguardia Popular, porque he valorado siempre su importante papel en la Historia Nacional, especialmente de algunos de sus dirigentes históricos, y su contribución en el desarrollo del Estado Social de Derecho, con su particular participación en la gestación de la Reforma Social y el Código de Trabajo de 1943.

En medio de esa crisis de los 80s, y de la caída internacional del socialismo histórico, y la desintegración de los países socialistas, y el debilitamiento mundial de las fuerzas comunistas, socialistas y de izquierda, colaboré electoralmente apoyando con mi voto, principalmente, esfuerzos nacionales en este sentido que participaron en las elecciones de 1986, 1990, 1994, hasta que me incorporé en 1996-1997 al Partido Fuerza Democrática.

En las campañas electorales de 1998, 2002 y 2006 enfrenté, en lo personal, como candidato del Partido Fuerza Democrática, y enfrentamos como Partido, a Liberación Nacional, y obviamente a los otros partidos que también participaron en esos procesos electorales. Después de estas campañas me retiré de la política militante, perteneciente a un partido político. Carezco de militancia política partidista en este momento. Pero no me alejé de mis responsabilidades políticas, de votar, de pensar en el desenvolvimiento político institucional del país, de creer en el fortalecimiento democrático nacional, de valorar cada vez más el pasado histórico que heredamos, que podemos preservar y que podemos mejorar, y de apoyar lo que creo mas justo para este futuro nacional, sin atender banderías políticas particulares o especificas, pensando en partidos o en personas que los representan para un momento coyuntural, como pueden ser las elecciones, y para escoger a quien debe dirigir los destinos del país desde el Gobierno de la República.

Como historiador, con visión más amplia de los procesos históricos, puedo apreciar, para bien y para mal, lo que en esta perspectiva pueda deducir, de lo que ha sido nuestro proceso histórico. En esta perspectiva no se puede negar el peso que ha tenido el Partido Liberación Nacional en la historia costarricense, y que actualmente sigue jugando, no casualmente es la primera fuerza política parlamentaria por el número de sus diputados.

El Partido Liberación Nacional, el que hoy mejor sale en las encuestas, con más caudal electoral permanente, está literalmente en una crisis interna, que tiene que ver con sus finanzas, y con su perspectiva política, electoral y organizativa, y probablemente con carecer de dirigentes políticos que tengan visión histórica de su trayectoria.

Acaba de pasar el 12 de octubre, fecha que recuerda para este Partido, el acto de su fundación, y ni siquiera pudieron sacar una página en los periódicos, rememorando su fundación y su paso por la Historia nacional, con 9 gobiernos de 16 que ha tenido el país desde 1953, en vísperas del proceso electoral del 2018, lo que es para un partido político como éste injustificable.

Cuando el Partido Liberación Nacional cumplió 50 años, en el 2001, el actual Presidente de la República, Luis Guillermo Solís, entonces, Secretario General de ese Partido, publicó una página en los periódicos exaltando el paso de Liberación Nacional por la Historia reciente del país y su significado en la Historia Nacional. Si la actual dirigencia del Partido no tiene capacidad para sintetizar esa historia al menos pudieron haber reproducido esa página de Luis Guillermo.

Con el 65 aniversario del Partido Liberación Nacional tan solo se han hecho oír, con un artículo de periódico, Francisco Morales Hernández, que tiene vena de escritor y memoria histórica, y un discurso del diputado Rolando González en el seno parlamentario. Ni siquiera los precandidatos internos de ese partido que aspiran a representarlo en las elecciones del 2018 hicieron llegar sus mensajes. Pareciera que todos ellos carecen de esa raíz y savia histórica de ese partido político.

Pero lo peor de ello, es que su dirigencia nacional, su Comité Político, ni siquiera suspiró por ese aniversario. A este propósito tan solo señalan que celebrarán ese aniversario a finales de este mes, cerrando su llamado Congreso Nacional.

Mientras tanto, el actual Secretario General del Partido Libración Nacional tan solo ha señalado que la Convención interna para escoger candidato presidencial será más cara de lo que habían calculado, lo que tendrán que financiar los aspirantes en ella. Pero, a la vez, ha señalado como una crítica el que se haya rebajado el porcentaje de la deuda pública electoral, el financiamiento que da el artículo 96 de la Constitución Política para las campañas electorales, que se bajó del 0.19% del PIB al 0.11% del PIB, que en términos prácticos significa que se bajó de casi ¢60.000 millones a alrededor de ¢35.000 millones.

La protesta del Secretario General ha sido fuerte llamando la atención que ese recorte afectará la Convención interna de Liberación Nacional, porque no tendrán recursos provenientes de allí para dicha Convención.

Pero, lo cierto es que de dichos recursos nacionales no se financian procesos internos de ningún partido político. Estos recursos son para pagar los gastos de las campañas electorales, una vez que se han hecho las elecciones, cuando se pueden precisar los gastos y se sabe cuantos votantes tuvo cada partido, porque esos gastos están contra los resultados electorales, especialmente cubriéndole gastos a los partidos que tuvieron más del 4% de votos o eligieron al menos un diputado.

Así, las cosas, si el Secretario General del Partido Liberación Nacional, sabe que se pueden financiar, y justificar ante el Tribunal Supremo de Elecciones, estas convenciones internas, con cargo al financiamiento publico electoral, garantizado por el Art. 96 de la Constitución Política, de previo a las elecciones nacionales y sus resultados, dicho financiamiento tendrá que ser igual, en su acceso, para todos los partidos políticos que están en marcha hacia estas elecciones del 2018.

Lo que ha dicho el Secretario General del Partido Liberación Nacional debe poner en alerta a todos los partidos, para que de igual manera que como ellos lo hagan, todos puedan reclamar su derecho de financiamiento previo a la campaña electoral del 2018, para garantizar la escogencia de sus candidatos y asegurar su participación electoral.

Lo que yo siempre he entendido es que el financiamiento interno de los partidos políticos en estos menesteres anteriores a las elecciones es propio de los partidos, de sus militantes y simpatizantes y de sus contribuyentes, no del erario público.

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Fuente: Facebook

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