… Y todavía no me creo que sobreviví al tren

Desde Suiza No. 16

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Pegué el mapa en la puerta, como lo había hecho hace unas semanas… Y con la pregunta en la mente: ¿adónde vamos?

Me alisté como manda la norma elaborada en Nyon, fait dans ma maison, en mi calle para ser más precisos: chanclas, shores y tichér…nada autdor y cuando ya iba a tirar el primer dardo me acordé de los Gigantes de San Francisco…

A los jugadores de los Gigantes en sus entrenamientos les hacía falta un par de metros para jonronear…y como el campo tenía unos metros más de lo aceptado en las normas, corrieron la cerca y batearon jonrones como nunca. Hice lo mismo: me acerqué al mapa y tiré de más cerca, siempre dentro de la norma, aunque no lo pegué en la primera, hice menos huecos en la puerta y lo pegué en el quinto. ¡Fue como si jonroneara!

Ya con el nombre donde pegó el dardo me puse a buscar información…

Hace unos días, como quien no quiere la cosa vimos un “anuncito” en la Gare que resultó genial: el Cantón de Vaud ofrece a sus ciudadanos y residentes un descuento en la demi tarif por dos meses: prix réduit 33 CHF. Si yo la comprara por un mes a precio normal me cuesta 120 CHF. La demi tarif permite pagar la mitad en todos los transportes públicos suizos: tren, bus, monorrieles, botes, teleféricos…

“Castrosalazar: aproveche esa ganga y conozca todo lo que pueda antes de jalar”—me dijo la vocecita interior y la compré.

“Es la tercera ciudad en tamaño de Suiza” ”…es la ciudad suiza con el PIB más alto, genera un tercio del PNB suizo” “… es la cuna de las farmacéuticas Novartis, Hoffmann-La Roche, Syngenta y Clariant y del Banco UBS” “…es la ciudad con más museos en Suiza”. Se habla alemán, “alemán suizo”—dirían mis amigos alemanes con una sonrisa incorporada.

Aun sin la demi tarif había pensado ir a Basilea por tres motivos: es el triángulo suizo-germano-francés (Dreiländereck en alemán y en francés District des trois frontières), ahí se negoció y se aprobó en 1989 “el Convenio sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación” (Convenio de Basilea) y por ahí pasa el río Rin.

El Rin siempre me impresionó y me impresiona muchísimo, estando en el Semi (que fue el colegio alemán hasta que se estableció el Humboldt) nos regalaban unos almanaques pequeños con fotos de Alemania y aparecía el Rin varias veces, creo que los enviaba el Gobierno Alemán en unos empaques de cartón. Yo ya lo había admirado en Holanda y en Alemania, pero nunca lo había visto en Suiza, que es donde nace.

De las cosas curiosas de Basilea fue que ahí se firmó el Tratado de Basilea en 1795 que puso punto final a la guerra entre Francia y España, Francia devolvió los territorios invadidos al sur de los Pirineos, pidió Luisiana a cambio, que no le cedieron, y “La Española” en el Caribe, que le cedieron pero no se consolidó por la revolución haitiana. Luisiana pasó a manos francesas en 1800 pero se mantuvo en secreto hasta 1802.

“—Parecido a los secretos que el Gobierno “de allá” quiere que se guarden y que la Extra destapa, ¿será que el secretismo lo traemos en los genes?”—pensé.

Basilea la fundaron los celtas VI AC y los romanos en el 44 A.C fundaron Augusta Rurica a unos 10 km aguas arriba de donde está hoy, pero hicieron fortificaciones por donde está la Catedral actual, que se construyó en 1019 y créanlo o no, en 1356 un terremoto destruyó gran parte de la ciudad y le apeó las cuatro torres a la Catedral, que años después solo le levantaron dos “…hasta en Suiza las reconstrucciones se hacen a medio palo…”—pensé. La Catedral se hizo luego reformista en 1529. Fue en Basilea donde se imprimió la primera Biblia en Castellano.

Otra de las cosas curiosas, de verdad curiosa, es que el edificio de la muni de Basilea y del Parlamento Cantonal: es rojo, de piedra arenisca roja. Parece un templo de los muchos que se ven en la India. Es conocido como el Roothuus (lo correcto debería ser Rathaus), pero utilizan para nombrarlo una voz del alemán de Basilea que significa “ayuntamiento” y también “casa roja”.

Un tico en Suiza

Y de inmediato pensé: “—que curioso que sea rojo y con motivos parecidos a los de la India, solo falta que el Rin tenga terrazas como el Ganges…”

Seguimos caminando bajo un calorazo de 24 grados y renegando del calor…y de inmediato la vocecita interior: “—Castrosalazar a qué jugás, ¿ya no sos liberiano? ¿No te acordás de los calores de abril cuando estabas en la escuela que hasta veías las paredes sudar?”

“Puu…ta: el Rin tiene terrazas como el Ganges”—me dije viendo el río.

Tico en Suiza

Pero no vi vacas deambulando, ni entierros ni incineraciones, pero sí al igual que en el Ganges, vi gente zampándose al Rin para refrescarse y para disfrutarlo, a diferencia lo recorren entre pataleando y flotando, y lo hacen de una manera genial: usan el Dry Bag para echar sus cosas y para flotar…

Tico en Suiza

“A lo mejor sería una buena opción para ir a algunas playas “allá”: guarda la ropa, se mete al mar con la bolsa, así uno se despreocupa de los ´amigos de lo ajeno´ y de paso flota”—pensé

Disfrutamos Basilea, se nos hizo raro que no la recomienden como destino turístico, elogiamos la demi tarif una vez más y nos regresamos vía Biel. El tren venía medio lleno, “pucha que tirada”—me dije. Pero cuando llegamos a Biel… ¡se trepó –creánmelo que es la pura…– el Swiss Army completico, con todo y cuchillas, relojes, salveques y todos los tiliches que les dan…¡no se quedó nada ni nadie en la casa! Que sufrimiento por más de una hora: el tren se llenó hasta las cachas, miles y miles de güevones en uniforme militar, muchos muchachos suizo-italianos que haciendo gala de su herencia se reían y hablaban fuerte entre ellos…a ninguno se le notaba ni una pizca de preocupación…posiblemente solo a mí que pelaba los ojos de par en par..

“Puta, esto nos pasa por hacerle caso al Dr. Salas…que bruto que soy…que cagada…me voy a enfermar…no se puede ni respirar con tanta gente… —mae tranquilízate que andás con mascarilla—me decía, y en cada parada subía más gente y no se bajaba nadie…todas las ventanas cerradas y aire acondicionado a toda mecha…no se puede ni ver para afuera…que agüevado cogimos esta ruta por bonita porque va a la orilla del lac Neuchâtel…ni se ve el puta lago…Diosito protégenos…y seguí bajando vírgenes y santos…y recordaba la entrevista a un doctor del San Juan de Dios diciendo lo güeso que es el covid…”

Y de repente, mi vocecita interior intervino: “Castrosalazar: ¿en qué habíamos quedado? ¡En que tenías que seguir las normas suizas, las que da cada Cantón y la Confederación y NO las ticas…! ¿Me escuchó bien? NO las ticas. Aquí el único requisito es usar mascarilla en el transporte público y gel solo cuando entrás a una tienda, es precisamente lo que estás haciendo… ¿no has notado que andás con mascarilla? y si te da miedo, ya te lo dije la otra vez: quedate en Nyon…—y esta vez sí me la dejo venir—la próxima compre perro…”

Y aquí sigo, con salud y más tranquilo, siguiendo las normas suizas, esperando conocer más, aprovechando la demi tarif y sin comprar perro.

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