Y los estrategas, ¿dónde están…? (II)

Las perturbaciones mediatecas siempre nublan el horizonte…

Caryl Alonso Jiménez

Caryl Alonso

Ser y actuar en ese invisible mundo de la Inteligencia estratégica no tiene nada que ver con James Bond, personaje creado por Ian Fleming (1908-1964); o Simón Templar, conocido en el bajo mundo como El Santo, creado por Leslie Charteris (1907-1993). Nada más alejado…

Iconos que encarnan espectaculares historias que retratan la vida de personajes de ciencia ficción cinematográfica del siglo XX. Pero parecerse a ellos en la niebla de la estrategia… es solo señal de desplantes teatrales…

En las reglas del mundo de la estrategia estos no se miran, no pertenecen al mundo visual. Ni por asomo están en enredos pedestres, pasiones, odios, amarguras y competencias profesionales. Esa es la diferencia del estratega… No sienten nada de eso y tampoco les importa.

La inteligencia estratégica no es nueva. Y como me reclamaron alguna vez, fue Sun Tzu, en el Arte de la Guerra en el siglo V a.C que lo desarrolla en el campo militar. Igualmente hay que tener presente a Michel Porter en su obra “Estrategia competitiva” (1982); y sobre todo a Gary Hamel, en el excepcional libro “Competir por el futuro” (1994), reconocido por Wall Street Jornal como el pensador de negocios más influyente del mundo.

Sin embargo, más allá de lo controvertido y polémico, es Henry Kissinger (1923-2023) un estratega. Caracterizado por su gélida manera de posicionar el poder geopolítico. PhD en ciencia política, egresado de Harvard y profesor de políticas públicas, graduado con honores por su tesis “Un mundo restaurado” (1954). Pocos entienden al experto en políticas públicas, justamente porque mira el horizonte y sus trayectorias a partir de colisiones. Y al parecer Richard Nixon no lo entendió a tiempo.

Fue Secretario de Estado del gobierno de Richard Nixon. Dirigió el comité de crisis del 11 de Septiembre de 2001 con la caída de las torres Gemelas. Es, sino el único, el estratega hasta la actualidad que posicionó una de las funciones de mayor intervención quirúrgica en la geopolítica mundial. Hombre pragmático y sentido común del poder.

Kissinger entendía perfectamente a Richard Weaver (1910-1963), era su autor de cabecera y su libro, “Las ideas tienen consecuencias” (1948). El autor comprendía claramente el mundo del caos, perturbaciones políticas y vectores críticos.

Justamente, tener la habilidad de ver comportamientos del poder desde la construcción de gigantescas telarañas caóticas para advertir crisis y anticiparlas, esa es la tarea del estratega, identificar crisis y perturbaciones, medir y crear el plan de control de daños.

Los expertos en el campo de la estrategia tienen como principal teoría de fondo los sistemas caóticos y la complejidad. Algunos ingenuos aún se detienen en creencias y lógicas que atribuyen a misterios y encantamientos.

No hay que olvidar que algunos la usan para enviar señales desconcertantes; Pero la estrategia es cálculo, puro y duro. Se distancian de la carpintería pedestre, que es importante en la maquinaria administrativa para hacer trámites de última hora y hasta envolverse en su entresijo. Pero por favor, no se puede confundir con estrategia. Pensar en términos de crisis y anticipar no es adivinar, imaginar o suponer… ¡por favor…!

Por cierto los estrategas no se eliminan, se respetan… y sobre todo se reconocen… Los imitadores de estrategas en puestos de cercanía al poder hacen olas para eliminarlos, su actuar es un desplante teatral que nubla al decisor, pero los descubren tarde.

Al contrario, los estrategas tienen ciertas afinidades que los hacen coincidir en escenarios. Hay una historia local donde dos de los más elevados estrategas político/militares en posiciones opuestas del pasado, y coincidieron en el siglo XXI y se reconocieron. El código del estratega pertenece a esas logias elevadas, donde el jugador tiene su espacio en ese complejo ajedrez… Pero no todos son parte de esa logia…

Seguramente esto lo entendió mejor el Profesor Edward Lorenz (1917-2008) del Massachusetts International Technology (MIT), en la conocida teoría del caos que se conoce como “El efecto mariposa”. La comprensión de ese enfoque se basa en que “El aleteo de una mariposa en Sri-Lanka puede provocar un huracán en Estados Unidos”; pero en el mundo de la estrategia es una metáfora asociada a fenómenos perturbadores provocados intencionalmente que pueden alterar rutas y proyectos…

Por ello, en escenarios caóticos, excepto los que pertenecen a fenómenos climáticos, se estudian en sistemas meteorológicos de alta tecnología aeroespacial. En estrategia se le conoce como perturbación o variable descontrolada, que se mide por sus implicaciones y control de daños.

Llevado al plano del análisis en contextos de una trayectoria, las alertas tempranas para identificar sutiles o abiertas perturbaciones permiten crear el marco para intervenciones de alta o baja intensidad. Justo es allí donde opera el radar y lecturas intermitentes para tomar decisiones.

Leer el fenómeno perturbador provocado intencionalmente por actores cercanos (aunque no se crea), o lejanos, que emiten burbujas digitales (contenidos falsos) hacen necesario intensificar el análisis y cálculos que derive en control de vectores de horizonte mediante filtros: medir origen, tamaño y consecuencias. Tenía razón el piloto, durante el vuelo es el control de altitud, velocidad, rumbo y horizonte, cruciales en las decisiones.

La tarea es medir el tamaño de las perturbaciones y las olas mediáticas para entenderlas a tiempo… La inteligencia estratégica detecta colisiones, define curso y sostiene rumbo… Pero, ¿Dónde están los estrategas…? O, ¿Cuántas crisis hacen falta…?

Revise también

Arsenio Rodríguez

Quítate tu pa ponerme yo

Conversaciones con mis nietos Arsenio Rodríguez Eran principios de 1980. En aquel entonces trabajaba con …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *