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Por Holger Schmidt (dpa)
Leverkusen, 19 dic (dpa) – El entrenador Xabi Alonso es un perfeccionista, ya que incluso la actual racha de 24 partidos oficiales sin ninguna derrota con el Bayer Leverkusen le da una moderada satisfacción.
«Simplemente tiene hambre de éxito y de perfección», dice uno de los líderes del equipo, el mediocampista Granit Xhaka.
Tras el 5-1 del último jueves en la Europa League contra el Molde, Alonso reconoció que le molestaba el gol marcado por el equipo rival. «Sí, sí, sí, obviamente. Hubiera preferido un 5 a 0», comentó.
También después del 3-0 que le propinó el domingo al Frankfurt en la Bundesliga, Alonso reconoció después que le hubiera gustado marcar más goles. «Siempre queremos más», apuntó.
Por todo esto, el director deportivo del Leverkusen, Simon Rolfes, no pudo evitar reírse en un principio al ser preguntado si su entrenador nunca está satisfecho. «Después del partido, él está satisfecho», dijo Rolfes con una sonrisa. «Pero siempre hay que estar despierto durante el partido», agregó.
Despierto, codicioso, siempre queriendo más. Así es como Xabi Alonso se convirtió en campeón del mundo, dos veces campeón de Europa y dos veces ganador de la Liga de Campeones.
El entrenador español podrá cerrar el año con su equipo en la primera posición de la Bundesliga, aún cuando le resta un partido este miércoles contra el Bochhum.
El presidente honorario del Bayern Múnich, Uli Hoeness, reconoció ante el canal Servus TV que «especialmente con el Leverkusen tenemos un rival al que hay que tomar en serio», al referirse a la lucha por el campeonato que termina en mayo de 2024.
El Leverkusen también es favorito para ganar la Copa Alemana, al convertirse en uno de los tres equipos de la Bundesliga en clasificar a cuartos de final. En la Europa League, también se convirtió en favorito al ser el único equipo que ganó los seis partidos de su grupo en la ronda preliminar.
Alonso transmite tan bien su mensaje como entrenador porque no lo hace con la obstinación del exarquero Oliver Kahn, sino con el aura de un hombre de mundo y la necesaria desenvoltura. Así es como ha moldeado un equipo en el Leverkusen que le sigue incondicionalmente.
«Xabi sabe lo que necesita un vestuario. Los jugadores le escuchan», explicó el director general del club, Fernando Carro. «Sabe exactamente cómo tratar a los jugadores, cuándo criticar y cuándo alabar», comentó Xhaka.
«Se nota que el equipo disfruta jugando al fútbol. Da igual quién entre», agregó el director deportivo y exjugador, Simon Rolfes.
Ese es quizá el mayor secreto del Leverkusen, que actualmente está encantando a toda la Alemania futbolera. Y mientras los estetas del fútbol se embriagan con la técnica del delantero Florian Wirtz y compañía, los protagonistas no creen que la espectacularidad sea el secreto del éxito. Más bien al contrario.
«Nuestro punto fuerte es el juego sencillo. Mucho movimiento sin balón, presión alta, sin dar casi espacio al rival para respirar», apuntó Xhaka.
El internacional Jonas Hofmann también elogió a su entrenador por «muchas cosas sencillas pero eficaces. Y eso es lo que cuenta en el fútbol». Se trata de «los pequeños detalles que convierten a un buen centrocampista en un centrocampista de primera. Es increíblemente gratificante tener un entrenador así», añadió Xhaka.
