Por Maurice Dirker (dpa)
Hessisch Oldendorf (Alemania), 22 oct (dpa) – Un coleccionista de la localidad alemana de Hessisch Oldendorf, en el estado federado de Baja Sajonia, reacondicionó un Volkswagen Escarabajo que, afirma, es el más antiguo del mundo, y logró que incluso vuelva a circular por las calles.
¿Qué se siente al conducir el vehículo de 23 caballos? «Es conducir en su estado original, volver a las raíces, por decirlo de alguna manera, y es ruidoso», contó el propietario, Traugott Grundmann.
El coleccionista confiesa que, «a partir de los 80 kilómetros por hora, el viaje es bastante movido». El coche está autorizado a alcanzar un máximo 100 kilómetros por hora.
Pero, viajar en este coche es, sobre todo, muy estrecho. «Antes la gente era más pequeña», afirma su dueño. Quien mida 1,80 metros tendrá problemas para meter las piernas por debajo del volante, aunque Grundmann todavía puede hacerlo. Sin embargo, para mirar por el parabrisas, tiene que encorvarse.
El chasis sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial
El coche fue construido en 1937 como Volkswagen W30, en la entonces oficina de ingeniería Porsche y con el apoyo de Mercedes. Después de los tres llamados modelos V, que ya no existen, fue la primera serie de prototipos para el posterior Volkswagen Escarabajo.
«Fueron construidos 30 vehículos de prueba por encargo de Ferdinand Porsche para un test de carretera a gran escala y se consideran los precursores directos del Escarabajo posterior», indicó la inspección técnica TÜV.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los prototipos fueron desguazados, como se puede ver en las fotos que Grundmann colgó en su exposición. «Se necesitaba el material», explicó. Hasta entonces, el chasis con el número 26 había recorrido unos 56.000 kilómetros, y sobrevivió a la guerra de forma milagrosa.
Según la TÜV, que confirmó la autenticidad del modelo 26, no hay indicios de que queden más chasis o carrocerías de este tipo. Por lo tanto, el coche ahora reconstruido está considerado como el Escarabajo más antiguo del mundo.
A principios de la década de 1970, el chasis número 26 fue redescubierto en Gmünd, en la región austriaca de Carintia, bajo otro vehículo, un llamado «Kübelwagen», es decir, una especie de Escarabajo militar, según relató Grundmann.
A través de varios coleccionistas, la pieza llegó finalmente a un entusiasta de los coches clásicos en Austria. En 2003, pasó a manos de Traugott Grundmann a cambio de un «Schwimmwagen», una especie de Escarabajo anfibio.
La reconstrucción duró casi ocho años
Al principio, el chasis estuvo «colgado de la pared» en Hessisch Oldendorf, según recordó Grundmann, que no se atrevía a afrontar la reconstrucción. Tomó coraje después de la reconstrucción de un Escarabajo de 1938, mucho mejor conservado. Primero restauró todo el chasis, y finalmente una cosa llevó a la otra.
Hoy en día, el W30 se encuentra junto con el Escarabajo de 1938 en una sala especialmente preparada de la colección de Grundmann, que incluye muchos otros modelos de VW y un bar de los años 50. También se escribió un libro sobre la reconstrucción del W30, que se puede encontrar junto con numerosas fotos y documentos originales en el garaje cubierto con paneles de madera de Grundmann.
La reconstrucción le llevó casi ocho años a este antiguo instructor de vuelo de la Fuerza Aérea. Parte del trabajo fue realizado en su propio taller. «En un Escarabajo hay muchas cosas que todavía puede hacer uno mismo», explicó.
La carrocería fue reconstruida completamente desde cero con la ayuda de una empresa especializada. La base para ello fue un dibujo a tamaño real del vehículo que creó a partir de fotos y del chasis Andreas Mindt, entonces diseñador jefe de Audi y actual diseñador jefe de Volkswagen. «Ya no se conservaba un plano de construcción original», indicó Grundmann.
«Para mí, este coche no es solo un prototipo, es una conexión entre lo artesanal, la herencia y el futuro del diseño de Volkswagen», aseguró Mindt.