Por Verena Wolff (dpa)
Frente a Vancouver se despliegan cientos de islas, entre las que está la más conocida (y la más grande), que lleva el mismo nombre que la ciudad: la Vancouver Island.
Pero aunque sea la que más se ve, la excursión no vale tanto la pena. El viaje es demasiado largo y la isla tiene muchísima actividad. En cambio las Islas del Golfo, en el sudoeste de Vancouver, y las Islas Bowen, en el noroeste de la ciudad, son encantadoras.
Vale la pena tomarse el día para visitarlas. O tomarse un ferri para ir parando en cada una, como si fuese un crucero.
El camino más sencillo lleva a la isla Bowen. Hay embarcaciones que zarpan prácticamente cada hora desde la bahía de Horseshoe y llegan a destino en apenas 20 minutos. Cualquier visitante lo nota de inmediato. Es un paraíso natural. Llevar el coche es absolutamente innecesario, aunque en ferri exista esa posibilidad.
Paz en el sudoeste de la ciudad
Si uno busca más silencio que en Bowen, la opción ideal es la isla Galiano, que forma parte de las Islas del Golfo del sur. El viaje desde la terminal de Tsawwassen, en el sudoeste de Vancouver, hacia la bahía de Sturdies lleva aproximadamente una hora.
Una vez allí, el visitante verá esmerados senderos de caminatas que recorren la costa o el interior de la isla. Rachelle Hayden trabaja como guía y lleva a los visitantes hacia una colina, el Mount Galiano, hasta llegar a la costa sur de la isla.
El punto panorámico sobre esa colina se ubica a 314 metros, y si el tiempo acompaña se ve hasta Estados Unidos. «A muchos les gusta venir desde Vancouver para pasar el fin de semana en paz con la naturaleza», observa Rachelle.
Orcas en busca de comida
El recorrido continúa hacia el «Orca Point». La mejor vista hacia el estrecho «Active Pass» y hacia el estrecho de Georgia, es decir, hacia el punto en el que corre el mar entre la isla y la costa, está en el parque Bellhouse, cerca de donde amarra el ferri.
Es un sitio sumamente interesante, porque hay orcas que suelen pasar por allí en busca de alimento. «Comen sobre todo salmón. Aquí hay cualquier cantidad», cuenta Rachelle. Pero no todos logran verlas. Se requiere muchísima paciencia y un poco de suerte.
Artistas y queseros
El ferri también llega a la isla Saltspring, donde viven decenas de artistas que venden pinturas, esculturas, objetos de vidrio, joyas, productos de alfarería y telas. También se los puede observar trabajando en los talleres.
Además hay viñedos, cervecerías artesanales y fabricantes de productos orgánicos diseminados por toda la isla. La compañía «Salt Spring Island Cheese» fabrica queso de cabra y de oveja en medio de inmensas praderas.
Caminando por el sol
Los habitantes de las islas en los alrededores de Vancouver viven en armonía con el universo y quienes visitan las islas entran muy rápidamente en ese ritmo. «Aquí se vive en la naturaleza y con la naturaleza», asegura Rachelle.
En esas latitudes suele llover bastante, pero eso no interrumpe las excursiones. Los habitantes de las islas toman la lluvia como un fenómeno más. La llaman el «liquid sunshine», brillo de sol líquido.
Información: Vancouver y sus islas
Ubicación: Las Islas del Golfo del Sur (Southern Gulf Islands) se encuentran entre Vancouver y Vancouver Island. Pertenecen a Canadá, a pesar de estar al sur del grado de latitud 49, que en zona continental marca el límite con Estados Unidos. La isla Bowen se encuentra en el noroeste de la ciudad.
Transporte: BC Ferries es una de las compañías de ferri más grandes del mundo. Los ferries que circulan entre las islas trasladan fundamentalmente coches, pero también sirven a peatones y ciclistas. Se cobra por vehículo y conductor.
Los demás pasajeros pagan una tarifa de peatón. Los ferries circulan todo el año, pero en verano es recomendable sacar billetes con anticipación para asegurarse un lugar.
dpa