Venezuela y el ocaso del socialismo del Siglo XXI

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

El 23 de febrero del 2019; los países liderados por EE.UU., Colombia y Brasil, tenían programada la “ayuda humanitaria” donde se trasladan insumos como comestibles, medicamentos y otros utensilios de primera necesidad para el sufrido pueblo de Venezuela. El Presidente interino designado por la Asamblea Nacional Juan Guaidó autorizó dicha ayuda por razones de imperiosa necesidad y de solidaridad y estableció esa fecha máxima; todo ante la crítica escasez de diversos productos en los supermercados y farmacias en todo el país. La ayuda entraría por las fronteras limítrofes de Cúcuta en Colombia; Las Tienditas y Ureña; así como el segundo centro de acopio en Brasil por Roraima y un tercero en Curazao. El presidente interino Guaidó tiene el respaldo de 50 países entre ellos de la Unión Europea, EE.UU; la mayoría de América Latina, incluso Costa Rica etc.

Un día antes el 22 de febrero se realizó en Cúcuta, Colombia un gran Concierto Musical donde de manera gratuita participaron muchos cantantes de primer nivel, al que asistieron el Presidente de Colombia Iván Duque, Sebastíán Piñera de Chile y otros, para recaudar alrededor de $ 100 millones USA en 60 días, que se sumarían a los $ 110 millones ya recaudados de ayuda solidaria. En contraposición el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro anunció que no dejarían pasar los camiones cargados con la ayuda humanitaria, alegando violación al territorio nacional y alertó a la Fuerza Armada venezolana que en su mayoría se mantiene leal al oprobioso Gobierno socialista y chavista. La crisis financiera de Venezuela a hoy llega a una hiperinflación sin precedentes y la migración o éxodo de ciudadanos llega al 7% de la población (son millones que huyen ante la represión, falta de empleo, escasez y hambre).

Considero que esta crisis en el hermano país suramericano, es el ocaso del “Socialismo del siglo XXI”; que no es más que seguidor de la doctrina comunista ahora moderna o disfrazada; que al final lo que quieren sus dirigentes es establecer la propiedad común o colectiva de los medios de producción; el atropello y violación de las libertades públicas y los derechos humanos fundamentales; así como ir acabando la iniciativa privada; la prensa y los diferentes partidos políticos; donde ya es imposible establecer empresas y asociarse; cierre de los medios de comunicación y persecución a los opositores, irrespeto total a la división de los poderes de la República y un ataque sistemático a la doctrina de la democracia republicana. Con odio de clases e insultos a todo tipo de oposición y crítica de los ciudadanos que piensan diferente; así como el adoctrinamiento ideológico socialista de origen marxista y formas de proceder “stalinista” y criminal, conllevan a un Estado fallido.

Destruir a la democracia y las libertades política y económica conducen al fracaso total de un país. Vemos que Rusia (antigua Unión Soviética comunista) y la propia gran China con sus 1500 millones de habitantes; se han hecho pragmáticos y capitalistas; desarrollando múltiples inversiones alrededor del mundo. Las viejas formas marxistas de administración centralizada económica no han servido en un mundo globalizado y de mercado; donde la iniciativa privada es fundamental. El populismo y estatismo nacionalista en odio a los países de raigambre occidental y sistema capitalista; no les ha producido mayores réditos y más bien han venido perdiendo protagonismo en toda América Latina (Remember: Brasil, Argentina, Chile, Ecuador; donde la izquierda ha perdido poder y el pueblo ha girado totalmente a gobiernos de centro y extrema derecha)

Prácticamente en Latinoamérica solo quedan Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, como más inclinados a formas dictatoriales de gobiernos de izquierda; teniendo como base el mal llamado socialismo del siglo XXI. La gran mentira de achacar de todos los males al capitalismo se resumen en el libro “El Regreso del idiota” así: “Otra nueva causa del idiota es la lucha contra la globalización, que según él hace más ricos a los países ricos y más pobres a los países pobres. Hay ideólogos de izquierda que escriben libros y ensayos para demostrarlo, pero al lado de estos ejercicios intelectuales lo que en realidad tiene alguna repercusión política para nuestro personaje son las movilizaciones en calles y plazas con lemas, consignas, gritos, carteles y otros alborotos.

La reiteración y no precisamente la demostración es lo que le permite presentar como un mal y una conjura del capitalismo lo que es sólo una realidad de los tiempos, con ventajas para quien sepa aprovecharlas, como la apertura de mercados y la libre circulación de capitales, mercancías, tecnologías e información. Contando con la ignorancia y el legado del oscurantismo religioso en grandes capas de la población, Stalin hizo de la reiteración un arma predilecta, arma que los comunistas y luego la izquierda no comunista y el populismo adoptaron como propia y utilizan cada vez que necesitan acreditar una mentira ideológica. Así, del mismo modo que en otro tiempo idealizaron a Castro y aún ensombrecen la política exterior de Estados Unidos con el frecuente anatema del imperialismo, sus enemigos señalados y satanizados ahora son la globalización y el neoliberalismo. A ellos se les deben los males del mundo. Esta aseveración, mil veces repetida, es uno de los signos que permiten reconocer en todas partes a nuestros perfectos idiotas.” (Págs. 20 y 21. P. Apuleyo M; C. A. Montaner; Á. Vargas Llosa)

Volviendo a la situación crítica de Venezuela; es un hecho que el presidente Nicolás Maduro; no va a poder seguir sosteniendo a un país en una crisis generalizada con sus fracasadas políticas sociales y económicas de tintes comunistas ya probadas; eliminando las libertades públicas de iniciativa privada; tendrá como fin u ocaso político del mal llamado “socialismo del siglo XXI”. Lo mejor sería que este dictador ignorante; otrora chofer de bus, de un paso al costado y permita que por la vía no violenta pueda liberarse el sufrido pueblo de Venezuela. Del lado correcto de la historia se encuentran la oposición encabezado por el Presidente interino Juan Guaidó y los demócratas; que desean que se realicen elecciones libres y la reconciliación de todos los ciudadanos venezolanos; dentro del marco de una real democracia y respeto a los Derechos Humanos fundamentales.

Si eventualmente se diera una intervención militar dirigida por EE.UU. y sus aliados; atacarían de manera dirigida los cuarteles militares donde se almacenan el armamento pesado (artillería, aviones, barcos etc.) Los altos mandos castrenses hasta ahora leales al gobierno de Maduro; podrían girar y ponerse al lado del pueblo en su totalidad y negociar con el Presidente interino; respaldando a las nuevas autoridades. Los que creen que Rusia y China intervendrían militarmente están completamente equivocados; sus altas inversiones en millones de dólares USA; ellos negociarían también con las nuevas autoridades que les garanticen el pago de sus inversiones y préstamos; como países pragmáticos y ahora con visión capitalista. Otro tema es lo que voten en el Consejo de Seguridad y la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU); donde siempre se da el contrapeso con EE.UU. y la Unión Europea.

Finalmente, oremos para que reine la mesura y la paz, sin violencia sangrienta; y que el sufrido pueblo de Venezuela, pueda salir de esta pesadilla que la llevaron los chavistas comunistas disfrazados mediante el “socialismo del siglo XXI”; asesorados por militares cubanos; y reconozcan una vez más que este sistema estatal es un fracaso total; y se restituya la democracia, elecciones libres, la real división de los Poderes Públicos; así como el respeto incondicional a los Derechos Humanos Fundamentales. Venezuela es un lindo país; con fuentes inmensas de riqueza como el petróleo; que bien administrado podría convertirse en un país rico y desarrollado; y que por culpa de los políticos del pasado y ahora con estos dirigentes ignorantes, criminales y trasnochados de querer imponer un sistema político comunista que ha sido hartamente demostrado que es un rotundo fracaso.

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