Dolido estará cuando injurian a su buen papá, Joaquí Gutierrez Mangel
Humberto Vargas Carbonell
I
Los cultores de la incultura y la ignorancia han pretendido engañar al pueblo diciéndole que la obra literaria COCORí es racista y, como consecuencia, que atenta contra los derechos humanos. El intento, a mi parecer fallido ha dado lugar a declaraciones y a escritos bochornosos e imperdonables.
Muy pocas veces en nuestra historia una obra literaria o científica ha sido sometida a una ordalía judicial. Ahora sí, la Sala IV ha de conocer no sé qué en relación con la obra de Joaquín Gutiérrez Mangel,
Recuerdo que don Roberto Brenes Mesén fue sometido a persecución y enjuiciado por enseñar la Teoría de la Evolución. Estos acontecimientos fueron reseñados y explicados brillantemente en el libro “la Ciudad de los Monos”, escrito por el historiador Iván Molina.
Después del Golpe de Estado contra el Gobierno de Picado, la Junta De Gobierno presidida por José Figueres, organizó un Tribunal de Sanciones Inmediatas que, en cuanto a los comunistas, su principal tarea era descubrir a los responsables de la publicación del semanario “Trabajo”, editado entonces clandestinamente.
Desde esa época y hasta muchos años después se estableció una censura brutal y policíaca, de manera especial en el Aeropuerto y en otras vías fronterizas. Durante este largo período fueron prohibidos los libros editados en Cuba, en la Unión Soviética y en cualquier otro país sindicado de enemigo de la “democracia”. Así los policías se apoderaron de las obras de José Martí, de los escritos de Lenin y no faltó un gorila que considerara subversivo a “Don Quijote de la Mancha”.
En una de las librerías, de la cual fui buen cliente, cuando llegaba alguna obra que de antemano se sabía “subversiva”, la colocaban en un pequeño y oscuro cuartillo del segundo piso. Ahí se embodegaban los libros marxistas y aquellos cuyo contenido se refería a la magia negra. Para comprar los que me interesaban que, por supuesto, no eran los de magia negra, había que llegar a una hora determinada y con compromiso de silencio absoluto.
Durante varios años se publicó clandestinamente el periódico Adelante y cuando fue “legal” fue violentamente cerrado e ilegalizado en el año 1962.
Podríamos señalar muchos otros momentos de graves limitaciones a la libertad de pensamiento, entre ellas de manera principal la ilegalización de partidos políticos, entre las que vale destacar la proscripción del Partido Progresista Independiente encabezado por su candidato a la Presidencia, don Joaquín García Monge. Para entonces el Partido Vanguardia Popular ya había sido ilegalizado.
Estos son los casos mejor conocidos y por razones de espacio omitiremos por ahora referirnos a las refinadas formas de persecución política contra los comunistas y contra otras fuerzas de la izquierda nacional e intelectual a largo de muchos años.
II
Hoy se trata de Cocorí, la notable obra de Joaquín Gutiérrez Mangel.
Según el criterio de algunos diputados y de la Ministra de Cultura habría borrar del mapa cultural el hermoso relato y todo lo que tenga relación, aunque se trate de una notable obra musical. Con esta conducta se está negando también el derecho de la Orquesta Sinfónica Nacional a escoger libremente las obras que ha de ejecutar.
El pretexto es tonto y la acusación es infame.
Es tonto porque Cocorí es una obra literaria de gran valor e infame porque se está acusando de racismo a su padre, a Joaquín Gutiérrez.
¿Cómo es posible que personas con altas responsabilidades políticas tengan tan maltrecha su sesera?
No se dan cuenta que amenazar a Cocorí con la hoguera es insultar—gravemente—a un de costarricense que por sus méritos es un orgullos para el pueblo costarricense.
Joaquín –mi entrañable amigo y camarada—era un hombre grandote y fornido y a pesar de su corpulencia la ternura, el amor y el talento no le cabían en el cuerpo, se derramaba y en sus manos hacendosas se convertía en obra literaria. Así surgieron Cocorí, notables novelas, crónicas de viajes y muchísimos trabajos periodísticos.
Su oficio principal fue servir a la humanidad, enseñando el amor a lo bueno y el odio a lo perverso.
Amó al pueblo y hacía suyos el dolor y las congojas de los explotados.
Joaquín Gutiérrez trabajó como periodista y fue corresponsal de guerra en Vietnam en los momentos álgido de sus combates contra el invasor yanqui. Escribió muchos artículos que algún día serán publicados y ensayos políticos también inéditos. Además, fue un notable y reconocido traductor de algunas de la principales obras de Shakespeare
Basta leer su obra y conocer su vida para dar por cumplido el desmentido a quienes groseramente lo acusan de racista.
Los que fuimos sus amigos sabemos que amó a Limón como el bien nacido ama a su cuna.
III
Regresamos a Cocorí.
Cocorí es un niño negro y llamarlo niño es bastante para considerarlo bello. El niño se encuentra a una niña blanca y se sorprende; la niña igualmente se sorprende de ver ante sí a un niño con la piel negra.
(He sido testigo presencial de un fenómeno semejante cuando en compañía de un amigo negro llegué a Varsovia, hace, por supuesto, muchos años. En el campo angolano encontré a negros que veían por primera vez a un blanco. El mismo fenómeno. En una ocasión me convertí en una rareza humana en una visita a un parque zoológico en Pekin, entre sus visitantes la mayoría eran campesinos. Y nunca se me ocurrió pensar que la sorpresa fuera una manifestación de racismo. Hubiera sido una locura.
¿Por qué habrían de serlo las mutuas sorpresas del niño negro y de la niña blanca?
Todo lo demás es una aventura maravillosa de un niño en busca de una respuesta…era el espíritu y la sed de conocer de un pequeño niño negro y además limonense, quien valientemente se adentró en lo más profundo de la selva para conversar con el viejo caimán, don Torcuato y con Talamanca Bocaracá.
El negrito inteligente ansiaba saber por qué es efímera la vida de una rosa. Para saberlo cruzó ríos, subió montañas, atravesó selvas y cuando parecía imposible hallar la respuesta la recibió de un viejo amigo, también negro, el Negro Cantor… La enseñanza del Negro Cantor dio nuevos ánimos y amor por la vida al pequeño Cocorí y en consecuencia a su mamá Drusila.
Cualquier niño sin que importe el color de la piel podría emprenden tan maravillosa y riquísima aventura. Y muchos lo hacen, siempre buscan respuestas a sus sorpresas y a sus sueños.
Mi consejo: Lean Cocorí los que no lo haya hecho y encontrarán un bellísimo y mágico canto de amor por la humanidad.
IV
Una frase final: Los diputados Ottón Solís Fallas, Marvín Atencio, Marta Arauz, Suray Carrillo, Danny Hayling, Mauren Clarke Clarke y Epsy Campbell Barr, firmaron un recurso de amparo en que se solicita que el Ministerio de Educación Pública saque del curriculum escolar del primer y segundo ciclo…la obra Cocorí.
Este amparo es una auténtica vergüenza para la Asamblea Legislativa y un mal anuncio para el pueblo costarricense. Todo el planteamiento de estos señores despide un mal olor fascistoide. Con los argumentos usados habría que cerrar todas las bibliotecas públicas y quemar todos los libros. Con una mente tan estrecha en cada obra podrían encontrar parecidas razones, si es que las examinan bajo la lupa de la intolerancia y la insensatez.
Los diputados pasan, los politiqueros también pasan, pero la obra literaria muy tica —y también apreciada mundialmente— de Joaquín Gutiérrez permanecerá.
Curiosamente, en lugares como Toronto, fueron los comunistas quienes se aliaron a la comunidad negra para sacar de las aulas el cuento infantil «El Negrito Sambo». Una historia casi idéntica a la de Costa Rica:
http://torontoist.com/2014/01/historicist-banning-little-black-sambo/