Por Jose Jarquin* Observatorio de la Crisis
Donald Trump tiene claro algo, Estados Unidos tiene tiene que focalizarse en aquellos vitales y recuperar su influencia y control de América Latina.
El próximo mandatario estadounidense amenazó con retomar el control del canal debido a unas tarifas de pasaje «ridículas» y la creciente presencia de China en el istmo.
Según el presidente electo, el canal interoceánico que se puso en marcha en 1914 es un activo vital para el comercio de EEUU y para el rápido despliegue de la Armada estadounidense.
En respuesta, el presidente panameño José Raúl Mulino dijo que «cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo«. El mandatario sostuvo además que las tarifas «no son un capricho», ya que se establecen de manera pública y en audiencia abierta.
Posteriormente, Trump escribió a través de Truth Social «¡ya lo veremos!» junto con la declaración de Mulino. Además, publicó una imagen del Canal de Panamá en la que se ve una bandera de su país junto con el mensaje: «¡Bienvenidos al canal de Estados Unidos!».
«Anuncio sensacionalista»
A decir del internacionalista López Alvarado, el anuncio del próximo mandatario republicano carece de sustento jurídico.
«[Basándose en] el derecho internacional, desde 1977, con el tratado Torrijos-Carter es legítimo el derecho que tiene Panamá sobre su territorio«, ahondó el experto. El 1 de octubre de 1979, Panamá recuperó la soberanía del canal interoceánico gracias a los llamados Tratados Torrijos-Carter de 1977 y asumió el control completo de esa vía el 31 de diciembre de 1999.
Así, el experto considera que el amago no es más que «un anuncio sensacionalista» cuyo fin es mantener la atención en su persona, su discurso y su proyecto de Gobierno.
El pasado 9 de diciembre, el republicano aseguró que su país está subvencionando a Canadá con más de 100.000 millones de dólares al año, lo mismo que a México, con 300.000 millones de dólares anuales, por lo que Ottawa y el país latinoamericano deberían convertirse, en su opinión, en territorio estadounidense.
Incluso, al día siguiente, se refirió al primer ministro Justin Trudeau como gobernador del «gran estado de Canadá».
«Doctrina Estrada del siglo XXI»
Pese a que resulta inviable el planteamiento del próximo habitante de la Casa Blanca, detrás de él pueden percibirse las características de la política exterior que implementará luego de asumir el cargo el próximo 20 de enero.
«Donald Trump tiene claro algo, Estados Unidos tiene que volverse a reagrupar, tiene que aislarse un poco de los asuntos globales o al menos focalizarse en aquellos sumamente vitales», considera López Alvarado.
El internacionalista ahonda que parte de dicha focalización consistirá en recuperar su influencia en América Latina.
«América Latina es su área de influencia natural, es un área vital; históricamente, Estados Unidos siempre se ha proyectado hacia la región latinoamericana. Entonces va a haber un resurgimiento de la Doctrina Monroe, una Doctrina Monroe para siglo XXI. Por supuesto Trump lo va a perseguir, pero también ya no estamos en esa época», explica.
En este sentido, el analista considera que Trump tiene en claro que el nuevo orden mundial será multipolar y reconoce ante ello que Estados Unidos no cuenta con la fuerza suficiente para revertir dicha tendencia.
«Lo que sí puede hacer es este reagrupamiento y proyección hacia esta zona de influencia natural, ¿para qué?, para sentarse en ese mundo multipolar con los privilegios que le permite ser una gran potencia».
Bloque unificado en América Latina
Tras la respuesta del presidente panameño a Trump, el mandatario colombiano Gustavo Petro se pronunció a favor de la soberanía del país latinoamericano.
«Si el nuevo Gobierno de EEUU quiere hablar de negocios, hablaremos de negocios, de tú a tú, y en beneficio de nuestros pueblos, pero jamás se negociará la dignidad», escribió Petro en su perfil de X.
Al respecto, el internacionalista López Alvarado hizo énfasis en la influencia que Petro ha adquirido en la región, en específico con los movimientos de izquierda y los gobiernos progresistas.
«Estos discursos por un lado en la región latinoamericana pueden congregar los primeros pasos en búsqueda de la construcción de un bloque unificado desde la postura crítica«, consideró.
* Corresponsal en México de Sputnik