Solución contaminación Tárcoles pendiente

Desde mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

José Francisco Bolaños

Costa Rica ha venido realizando grandes esfuerzos en la conservación del medio ambiente. La cobertura forestal en 1940 era del 75% y a partir de ese año, se inició una alarmante deforestación, ya para 1977 solo nos quedaba un 26%; lo que incentivó a nuestras autoridades a ejecutar políticas y acciones tendientes a revertir ese proceso.

El éxito de estos programas ha sido un acierto y durante cuatro décadas la recuperación es notable, ya para este 2016 la cobertura forestal alcanzó el 52% del territorio nacional. Lo anterior, nos ha generado gran imagen y un reconocimiento, al alcanzar nuestro país el quinto lugar a nivel mundial en desempeño ambiental.

Sin embargo, por muchos años ha existido una gran preocupación, ante la creciente contaminación que presentan los ríos: Torres, María Aguilar y Tiribí, afluentes del río Grande de Tárcoles, los que hemos convertidos en verdaderos basureros y cloacas al aire libre.

Alrededor de 2 millones de personas de La Gran Área Metropolitana, depositan unos 100.000 metros cúbicos de aguas negras por día en estos ríos; además de las enormes cantidades de desechos industriales, animales muertos, botellas de plástico, aluminio, muebles, escombros, partes de autos, llantas y electrodomésticos entre otros, que las personas lanzan sin meditar el enorme daño provocado.

Sin ninguna duda, es un desastre ecológico de gran impacto, considerando al río Grande de Tárcoles como el más contaminado de Centro América. Este río nace en la Cordillera Volcánica Central con un recorrido de 111 kilómetros y una cuenca Hidrográfica de 2.121 km2.

La playa de Tárcoles, playa Azul y el Golfo de Nicoya reciben estas aguas contaminadas y gran cantidad de desechos, evidenciando un pésimo manejo de los residuos de la Gran Área Metropolitana, la falta de voluntad y compromiso de los distinto Gobiernos y de los ciudadanos para buscar una solución definitiva.

Esta situación presenta graves repercusiones no solo para la flora y la fauna de las zonas del recorrido, sino también en el campo de la salud, el turismo nacional e internacional y la pesca artesanal, ya que los pescadores deben alejarse aún más de las costas, lo que aumenta el riesgo al realizar sus labores.

El manglar de Guacalillo ubicado a la par de la desembocadura del río Grande de Tárcoles es un gran tesoro natural, sin embargo, presenta una enorme contaminación, con graves e irreversibles consecuencias. En este sitio se encuentran cocodrilos, halcones, loros, águilas, martín pescador, garzas, cigüeñas, monos, cangrejos y unas 50 especies de aves migratorias, entre otros. Si bien es cierto, se ha venido dando acciones voluntarias para limpiar el río en todo el trayecto y su desembocadura, los esfuerzos no han dado los resultados esperados.

Es por esto que se debe insistir aún más en el diseño de buenos y efectivos programas de educación ambiental y de las inversiones necesarias, para revertir este desalentador proceso en que estamos inmersos, ya que en la actualidad solo el 4% de las aguas residuales reciben tratamiento.

Así las cosas, tanto el Gobierno como las municipalidades, la empresa privada y los ciudadanos se deben involucrar más en la protección y recuperación de estos ríos, las playas, el Golfo y de esta bella zona de Guacalillo.

Solución contaminación Tárcoles pendiente

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