Las ínfulas de frío intelectualismo que caracteriza a ciertas personas del mundo político se han desvanecido ante el polémico caso de “Los papeles de Panamá”. Lo que en principio pudo ser una buena oportunidad para la reflexión y el diálogo modesto, hoy pasa a la historia como la vergüenza de quien no tuvo el valor para mantener la cordura ante el escrutinio de su gente.
Estamos convencidos de que en una democracia como la nuestra, ni una carrera en Harvard ni un fuero de improcesabilidad, le dan derecho a nadie para atacar el honor y la dignidad de sus semejantes; quien creyó que podía andar por la vida difamando a los trabajadores y, más específicamente, a los de la función pública, en esta oportunidad no encontró las palabras adecuadas para responder a estudiantes y a jóvenes de diversos sectores del país que esperábamos argumentos claros y expresiones serenas.
Arremeter en contra de un sector de nuestra juventud y, explícitamente, en contra de todas las juventudes de este país que discutimos en diversos foros sobre los grandes temas de interés nacional, en este caso la crisis fiscal y la evasión tributaria, es un acto vergonzoso para cualquier político que cree tener de sobra los “atributos” que a otros les falta.
De manera que la Juventud de ANEP condena y censura todo acto público y privado, que tienda a invisibilizar, silenciar, atemorizar y limitar la participación democrática de las diversas juventudes en nuestro país. Por el contrario, promovemos la construcción de pensamiento, análisis, criticidad y modelo de país.
De igual manera, estamos plenamente convencidos que las juventudes somos actores sociales protagónicos que vemos en la Política un instrumento democrático para alcanzar el bien común y no, un medio o plataforma para intereses propios.
Quien le tiene miedo al conflicto debería valorar seriamente apartarse de la política, porque en nuestras sociedades democráticas siempre aprovecharemos las discrepancias para fortalecer el diálogo, cuestionaremos las decisiones y las conductas para fortalecer la transparencia y politizaremos los temas de interés, precisamente para visualizarlos y sensibilizar a la población.
Nadie en este país está facultado para referirse a un sector de la sociedad como “jauría” o hacer calificativos obscenos de la forma en la que las juventudes ejercen su libertad de expresión y su participación política.
Las personas que son figuras públicas en Costa Rica y en cualquier parte del mundo, están sujetas a la crítica, a la censura y a ofrecer, respetuosamente, aclaraciones sobre sus actos; con mucha más razón, cuando estos políticos son inconsecuentes con sus discursos, defienden intereses particulares y no miden el perjuicio de sus palabras.
Así las cosas, ni el discurso adultocentrista, ni las amenazas van a desplazar a una juventud que cada día se empodera más, que propone una manera distinta de hacer política y que es respetuosa del Estado social y democrático de Derecho.
Juventud ANEP