Política entre bastidores
Manuel Carballo Quintana
Quiero contarles hoy pequeños pasajes o historias -anécdotas políticas vivenciales-, de mi paso por El Centro de Estudios Democráticos de América Latina (CEDAL) y la función pública. Son relatos cortos con algunos presidentes y expresidentes de países latinoamericanos. No tienen la categoría de hechos históricos, pero sí de interés anecdótico.*****
El expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez vivió en Costa Rica durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Colaboraba a la vez con la Escuela Interamericana de Educación Democrática (EIDED), con sede en San Isidro de Coronado, antecedente inmediato del CEDAL. En noviembre de 1958, las sirenas de Radio Monumental “aullaban” anunciando el derrocamiento y huida del dictador Pérez Jiménez. En esos momentos Carlos Andrés Pérez se encontraba en corte de pelo (peluqueándose) en la barbería de Carlos Quesada, en los bajos del Hotel Costa Rica. Al darse cuenta, saltó de la silla a medio pelar y se fue a los bajos de Radio Monumental, a leer la noticia de última hora en el pizarrón de la emisora, Esto me lo contó don Carlos Quesada, el barbero y vecino mío en El Porvenir de Desamparados, y agregó: “lo malo es que se fue sin pagar”.
En noviembre de 1988, en la candidatura de CAP a su segundo mandato, viajé a Caracas con el diputado Jorge Luis Villanueva. Nos reunimos con Carlos Andrés y yo aproveché para contarle la historia de la barbería. Y nos dijo: “Lo recuerdo perfectamente. Salí de la barbería con una patilla larga y otra corta”. Y espontáneamente acotó: “recuerdo que no le pagué… salúdeme a Carlitos”. Pero no dijo que le pagaría.
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Como recordaremos, el General Omar Torrijos Herrera gobernó de facto en Panamá de 1968 a 1981*. Pudo hacerlo gracias a que se propuso, y lo logró, combatir muchas de los corruptelas vigentes en la función pública. También se le reconoce por haber negociado el tratado Torrijos-Carter, que devolvió la soberanía del canal a Panamá. No obstante su papel de dictador, se propuso también la formación de su propio partido, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), para antes de abandonar el poder. El PRD se fundó en marzo de 1979.
Lo que pocos conocen es el papel de Daniel Oduber y Juan Carlos (Johnny) Fernández Saborío en la fundación del PRD. Johnny realizó varios viajes a Ciudad de Panamá a brindar su asesoramiento en la organización del partido, y don Daniel Oduber tenía constante comunicación con el propio General Torrijos con el mismo propósito.
En enero de 1979 tuve el honor de acompañar don Daniel y Johnny Fernández a Ciudad de Panamá. Interesado estaba Oduber de relacionar al nuevo PRD con CEDAL y La Catalina. Ya en Panamá, nos desplazamos por tierra a Farallón, pequeña comunidad costera de pescadores y campesinos, acompañados por José de Jesús Martínez (Chuchú), su asesor más cercano. Torrijos tenía su casa de campo en Farallón y viajaba a ella muy frecuentemente. En esta oportunidad, el fin de semana coincidió con la inauguración de un centro comunal. Fue una experiencia interesante que nos permitió confirmar el arraigo popular y el liderazgo de Omar Torrijos.
En el acto inaugural hubo como cuatro o cinco discursos previos a la intervención de Torrijos. Todos se referían a su admiración, a su gran obra comunal en todo el país, al agradecimiento que le tenían y demás elogios “brochísticos”. Siempre tendré grabado en mi mente el discurso improvisado del General Torrijos: “Ustedes me agobian con sus elogios, pero sepan que yo no quiero que me digan lo bueno que he hecho, eso yo lo conozco… lo que quiero es que me señalen lo malo, lo que estoy haciendo mal, para corregir”. Esa frase siempre la he tenido como aleccionadora.
* Murió en un accidente aéreo en 1981, siendo aún jefe de Estado.
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Otro caso fuera de lo común fue el protagonizado por el expresidente de Perú, Alan García Pérez, en CEDAL, La Catalina. Se trata de lo que en otra columna de Entre Bastidores califiqué de “la revolución del salchichón”. Un grupo de becarios de La Catalina se fue de fiesta a San José, regresaron a las 12 de la noche con mucha hambre, desarmaron al guarda de seguridad, se introdujeron en la cocina y aplacaron su hambre con todo el salchichón de la cocina. El personal de La Catalina se puso en huelga en el desayuno. Alan García asumió la responsabilidad del incidente y pidió perdón por lo hecho. Ya para entonces tenía el perfil de líder. Seis meses después Alan García fue proclamado candidato presidencial del APRA y electo Presidente Constitucional de Perú.
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En una entrega anterior de esta columna, relataba la experiencia de viajar a Managua, con motivo de una reunión de la Comisión Mixta Costa Rica – Nicaragua, durante la Administración de don Luis Alberto Monge, auspiciada por el Grupo de Contadora. Propósito: bajar la intensidad de los desacuerdos entre ambos gobiernos. Como Viceministro de la Presidencia se me asignó durante el gobierno la coordinación del Consejo de Seguridad, constituido por los Ministerios de la Presidencia, de Seguridad Pública, de Gobernación y Policía, de Relaciones Exteriores y de Justicia. Fuimos alojados en una mansión incautada a un somocista que huyó al llegar el sandinismo. Por cierto, contaba con una piscina, pero sin agua en la cañería. En la tal Casa de Protocolo teníamos que acarrear el agua de la piscina en baldes para los sanitarios y el baño.
El anfitrión principal del gobierno nicaragüense fue el General Tomás Borge, muy atento y gentil particularmente con nuestro Ministro de Seguridad Pública. Queriendo quedar muy bien y complaciente con el ministro Angel Edmundo Solano, al final de la reunión le obsequió a Angel Edmundo una subametralladora automática Uzi. No hubiera sido de cortesía rechazar el regalo. Pero con la angustia de Angel Edmundo, lo primero que hizo al llegar a San José fue registrar la Uzi como parte del arsenal nacional. Nuestra reacción interna fue sorprendernos la facilidad con que las dictaduras disponen de los bienes públicos.
En cuanto a mí, fui invitado a reunión privada con el presidente Daniel Ortega, en mi condición de coordinador de la Comisión Mixta. Considero desagradable dicha reunión por la personalidad displicente de Ortega. Sin amenazas, pero con un tono pausado y lleno de indirectas, finalizó así: “Por favor dígale al señor Monge que me gustaba más como candidato que como presidente”. Confieso, nunca le trasmití a don Luis Alberto el mensaje de Ortega. Considero que ello exacerbaría aún más la casi inexistente relación entre ambos.
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El Expresidente de Ecuador don Rodrigo Borge fue becario del instituto precursor de CEDAL y conferencista en La Catalina. Por cierto, muy amigo también de don Francisco Morales Hernández. Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Costa Rica en 1983, los miembros del Gabinete hicimos la fila de protocolo para saludar al Papa. Sí nos extrañó que en la fila, de último, estaba alguien a quien le notamos cierto parecido al candidato presidencial de entonces de Ecuador. Don Rodrigo -candidato por la Izquierda Democrática-, le pidió a Francisco que le permitiera saludar al Papa. Se trasladó a Costa Rica y en el saludo a Su Santidad hizo fila con los Ministros de don Luis Alberto Monge. Le interesaba la fotografía saludando al Papa. Dado que en Ecuador izquierda significa comunismo, don Rodrigo utilizó la foto en toda la campaña para demostrar lo contrario. No logró ser electo, pero en la campaña política del siguiente periodo, otra vez salió el uso casi diario de su foto saludando al Papá. Esta vez sí fue electo en buena hora Presidente Constitucional de Ecuador.
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Creo que todos conocemos que la revolución armada de don José Figueres en 1948 se hizo con las armas que le facilitó a don Pepe el Presidente de Guatemala don Juan José Arévalo Bermejo, padre del actual Presidente Constitucional Dr. Bernardo Arévalo De León. La Revolución del 48 fue posible por las armas que Arévalo prestó a Figueres.
No vamos a entrar en los detalles históricos -no es ése nuestro propósito-, pero también es ampliamente conocido que después de la guerra civil, se produjeron enormes diferencias entre Figueres y Arévalo. El Dr. Arévalo reclamó que las armas eran prestadas para uso en la lucha contra otras dictaduras de Centroamérica y el Caribe. Rompieron su relación fraternal y nunca más volvieron siquiera a relacionarse o hablarse.
Por iniciativa de Enrique Carreras, íntimo asesor y amigo de don José Figueres, y con la mediación de Fundación Ebert y CEDAL, se logró en 1987 concertar una reunión de Arévalo y Figueres en Ciudad de Guatemala. Don Pepe quiso visitar a don Juan José Arévalo para darle explicaciones y reanudar su relación histórica de viejos amigos. El Expresidente Arévalo aceptó, la Fundación Ebert pagaría los tiquetes aéreos y yo también viajaría acompañando a don Pepe y Enrique Carreras.
Dos días antes de la fecha programada, la oficina de Arévalo nos comunicó que se suspendía la reunión: el Dr. Arevalo estaba padeciendo de una dislocación crónica de la mandíbula que no sólo le impedía conversar, sino también le producía vergüenza porque la tenía sostenida con un dispositivo médico.
Como no tenías la certeza de su mandíbula desencajada, don Pepe no insistió en la reunión. ¿Verdad o excusa? No lo sabemos. De todas maneras de nada servía seguir averiguando.
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Más adelante hablaremos de otras experiencias similares.