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Reportaje especial para Cambio Político
Tárcoles – El Grande de Tárcoles, es uno de ríos los mas extensos del país, y es el más contaminado de Centroamérica, pese a eso, posee junto a su desembocadura, el manglar Guacalillo que esconde un tesoro natural aún no explotado por el turismo.
El río Tárcoles es formado por la unión del río Virilla y Grande de San Ramón, y desemboca en el Océano Pacifico. En total, la cuenca cubre más de 2 mil kilómetros cuadrados, y en su parte baja forma la frontera norte del Parque Nacional Carara.
El río es quizás mejor conocido por su abundancia de cocodrilos americanos. Se dice que tiene una de las más grandes poblaciones del mundo, 25 cocodrilos por kilómetro cuadrado.
Gran parte de las veces estos grandes reptiles pueden ser vistos nadando por el río o tomando el sol a lo largo de los bancos de arena o sedimentos.
Al “Crocodylus acutus” se le conoce ordinariamente como caimán, cocodrilo, lagarto y cocodrilo americano. En los adultos el hocico adquiere un perfil bastante convexo y conforma la joroba que permite distinguir fácilmente a la especie. Se reconoce que desempeñan un papel vital dentro de los ecosistemas acuáticos, que son un recurso económico de importancia, que constituyen un atractivo turístico y que tienen un interés científico por ser los únicos sobrevivientes del grupo de los Archosaurios.
Además de los cocodrilos, el río también alberga más de 50 especies de aves migratorias, nativas y costeras, incluyendo una variedad de garzas, la espátula rosada, lapas rojas y verdes. Las iguanas a menudo pueden ser vistas correteando por los lados del río también.
Los manglares de Guacalillo, a tan solo 120 kilómetros al oeste de San José, con un mosaico de flora y fauna tropical por descubrir. Colonias de cocodrilos, aves como halcones, águilas, martín pescador y garzas azules y verdes, cigüeñas, cangrejos, y monos, son parte de la fauna que habita el manglar que ha sido, hasta ahora, poco explotado por la creciente industria turística en la zona.
Además las bandadas de loros de la variedad de la lapa roja vuelan de dos en dos desde el puente sobre el río hasta el manglar donde gran parte de la población de la zona suele dormir y buscar su alimento.
Los canales de este manglar son tranquilos y rebosantes de vida, donde crecen cuatro de las cinco especies de mangle que hay en Costa Rica, el manglar negro, rojo, blanco y piñuela.
Los únicos sonidos que se escuchan son los monos y aves, junto con los motores de los botes turísticos para explorarlos. Además, brinda a numerosas especies de peces el ambiente idóneo para su reproducción.
Por su parte el Parque Nacional Carara, situado en la parte baja del Río Tárcoles, es un auténtico laboratorio viviente, ya que se encuentra ubicado en una zona de transición entre el bosque seco del norte y el bosque húmedo del sur, presentando características de ambos.
Su espeso bosque, en un 60 por ciento primario, da cobijo a cientos de especies de flora y fauna, las cuales podrás observar caminando por alguno de sus senderos, de fácil acceso y bien señalizados. Uno de los animales más reconocidos y llamativos que nunca vas a olvidar es la lapa roja, que con su canto estridente hará tu aventura más alegre e interesante.
Este río es uno de los primeros utilizados en la construcción de represas hidroeléctricas y que actualmente abastece regiones agropecuarias dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, el café, el banano y la cría de ganado.
Sin embargo, es el principal desagüe de aguas negras del Valle Central, donde habita más de la mitad de la población costarricense.
A limpiar la cara sucia de Costa Rica
Casos como la contaminación del río Tárcoles ponen en cuestión la imagen verde de Costa Rica, por lo que empresarios locales se han dado a la tarea de limpiar los sitios aledaños, pues además de las aguas negras, el río Grande de Tárcoles se contamina con basura, descargas de alcantarillado, residuos industriales y desechos agrícolas.
Estudios realizados en la cuenca por el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), con el objetivo de monitorear, evaluar y clasificar la calidad físico-química del agua, han demostrado el grave proceso de deterioro experimentado en la calidad de sus aguas.
Aunque esta contaminación es superficial, terminará afectando paulatinamente los cuerpos subterráneos usados en el suministro de agua para consumo humano debido a la relación intrínseca que existe entre ambos, dado que apenas un dos por ciento de las aguas servidas de San José son tratadas antes de ser vertidas a los ríos.
Un estudio hecho en 1999 muestra que los problemas de contaminación en las subcuencas se deben a las descargas de desechos líquidos y sólidos provenientes, principalmente, de las descargas domésticas e industriales.
En el año 2003, se reportó que menos del 10 por ciento de las empresas llevan a cabo un tratamiento previo antes de descargar sus aguas a un cuerpo receptor. De las 3500 industrias que están ubicadas cerca del río Virilla, se estima que solo el cinco por ciento posee una planta de tratamiento.
Por lo que las campañas de limpieza toman como objetivo sensibilizar a la población local y nacional, para que conozcan el potencial turístico de su río, y que esto genere una actitud de protección.
Organizaciones públicas y privadas se han encargado de impulsar la participación ciudadana en el mejoramiento de la calidad de vida y la conservación de la biodiversidad.
La empresa Bridgestone de Costa Rica organizó la primera limpieza del Río Grande de Tárcoles en el 2007 y se logró recolectar un total de mil llantas. Esta primera experiencia no solo sensibilizó en el tema de las acciones que deben ejecutarse para combatir el dengue sino para estimular la cultura de conservación del ambiente y avanzar en el concepto de salud como cultura de vida.
La Asociación Terra Nostra ha organizado varias campañas de limpieza donde se han recolectado toneladas de basura desperdigada a lo largo de la costa del Pacifico y se han encargado de separar los desechos, donado la parte de los materiales que podrían ser reutilizados al programa Misión Planeta, que se encargará de reciclarlo; mientras que el restante se botó por medio del gobierno local.
La deforestación circundante y, sobre todo, la contaminación y sedimentos que llegan a la costa en las aguas del Tárcoles constituyen la mayor amenaza para los manglares de Guacalillo.
Hasta ahora, la mayoría de visitantes a los canales y el manglar han sido turistas que llegan al Pacífico central costarricense en un crucero, pero el objetivo de los empresarios y vecinos es dar a conocer a Guacalillo como un destino de fácil acceso con una enorme oferta natural que merece ser disfrutada.
Voluntarios limpian playones del río
Siete vagonetas cargadas de 1800 llantas fueron sacadas de dos playones del río Tárcoles, cumpliendo el objetivo de eliminar la razón por la que fueron bautizadas como “Playa Llantas”
Con el lema “la tierra no nos fue heredada por nuestros padres, nos fue prestada por nuestros hijo”, voluntarios de la empresa Bridgestone de Costa Rica, con el apoyo de la Municipalidad de Garabito, la constructora MECO, Punto Rojo, la empresa Crocodile Man Tour, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y la Ferretería EPA, llevaron acabo la recolección de más de 1800 llantas.
En total participaron 154 voluntarios que trabajaron fuertemente para sacar de la zona las llantas, que en alguno de las cuales ya estaban enterradas.
Tanto Marylene Quesada de la CCSS como Ana María Arce encargada de los programas de responsabilidad social de Bridgestone de Costa Rica, señalaron que “Playa Llantas”, quedó completamente limpia, pero insistieron en la urgencia de que la población adquiera conciencia y deje de lanzar llantas al ambiente.
La cantidad de llantas recolectadas en esta oportunidad superó la cifra de las recogidas en la campaña que se realizó en el 2007, organizada también por esta empresa llantera.
Oscar Rodríguez, presidente de Bridgestone de Costa Rica, comentó “nos sentimos muy orgullosos de participar en estas actividades por que estamos promoviendo y apoyando al Gobierno en la política de salud pública y la conservación de la flora y la fauna y estamos apoyando la ley de uso y disposición de llantas”.
“Queremos modelar nuestros valores como el compromiso, respeto, pasión, excelencia, honestidad, a través de nuestros ejemplos” explicó Rodríguez.
Arce expresó, “conociendo la gran cantidad de forra y fauna que hay en este sitio es una lastima que dejemos que estas llantas están acá, nosotros como empresa manufacturera, totalmente comprometida con el medio ambiente trajimos mas de 100 voluntarios que recolectaron todas las llantas que encontraron en el camino”.
Federico Jiménez, Gerente de Recursos Humanos de la constructora MECO, aseguró que con este proyecto “se busca ratificar una vez mas que así como MECO hace grandes obras civiles, también hace grandes obras sociales” además agregó que como institución están aportando “los equipos de maquinaria, nuestro material humano, y todas las ganas del mundo para hacer mejor a Costa Rica”.
Marvin Elizondo, Alcalde del cantón de Garabito, se mostró muy complacido con la labor de los voluntarios y mostró su disposición para continuar colaborando con este tipo de proyectos.
“Dichosamente hay gente responsable como Bridgestone que está colaborando y queremos seguir coayudando y siendo participes”, dijo Elizondo.
Por su parte el doctor Rándall Álvarez, director del hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas, dijo que este tipo de acciones son fundamentales “para promover la actividad ambiental y de forma directa estamos eliminando creadores de vectores de enfermedades infecto contagiosas, entre ellas el dengue”.
De igual forma el médico recordó que durante el 2010, el hospital atendió a 1247 pacientes con dengue y de ellos el 50,8 por ciento tuvo que ser hospitalizado por la severidad del cuadro que presentaron, 19 casos fueron diagnosticados como dengue hemorrágico, disminuyendo en un 70 por ciento el nivel de ingresos de casos hospitalizados en el 2010 en comparación en el 2009.
Opción ambientalmente sostenible
En el 2007 el Gobierno de Costa Rica aprobó un decreto que señala cómo se deben disponer las llantas en el territorio nacional y responsabiliza a los fabricantes, importadores y distribuidores de la forma de cómo se desechan las llantas que finalizan su vida útil.
El decreto fue impulsado por la Fundación Ecológica Costarricense para el Reciclaje de Hule y Llantas de Desecho (FUNDELLANTAS) con el apoyo de la Asociación de Comercializadores de Llantas (ACOLL).
La fundación se encarga de tratar las llantas de desecho, se cortan y se pican creando llantiones mas conocidos como gaviones, utilizados para formar muros de contención en los laterales de los ríos, en la estabilización de puentes, así como en otras civiles y de construcción.
Las llantas de camión son cortadas de tal forma que se separen los laterales y la banda de rodadura. Con esta acción se logra utilizar todo el material. Las pequeñas son utilizadas enteras. El proceso es de tipo mecánico que no usa químicos, solventes ni ningún aditivo, por lo que no se emiten elementos contaminantes.
El presidente de Bridgestone de Costa Rica, explicó “la gente debe saber que las llantas deben ir a un centro de acopio ubicado en el Coyol de Alajuela, que se llama FUNDELLANTAS que hace una disposición final, se reciclan las llantas y se reutilizan de forma responsable y se incineran como combustible en las sementeras”.
Arce, subrayó que el decreto “obliga a los consumidor y además a las personas que vende y comercializan llantas a darle una disposición adecuada, lamentablemente la cantidad de llantas que nosotros vemos aquí es una muestra de que los distribuidores y el consumidor final no ha tomado conciencia de lo que esto puede afectar al medio ambiente”.
Fundellanta tiene como objetivos principal, evitar que las llantas de desecho se conviertan en elementos contaminantes del medio ambiente, así como prevenir que las llantas viejas promuevan la propagación del mosquito del dengue.
El llantión es una solución efectiva y de bajo costo para muchas aplicaciones de ingeniería civil, además de representar la solución ambientalmente amigable a la disposición de llantas de desecho, ofrece muchos beneficios en proyectos de ingeniería. Entre sus atributos físicos están su baja densidad, su fortaleza y durabilidad.
