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Carlos Revilla M.
Actualmente pocas personas deben acordarse de “Radio Atenea”, que salió al aire por primera vez en 1935, propiedad del abogado, escritor y poeta nacional don Rogelio Sotela Bonilla, que fue secretario del Ateneo de Costa Rica y dirigió por muchos años la revista Atenea, órgano de ese centro. Don Rogelio fue fundador y director de la radioemisora, que llegó a ser una de las más importantes del país en las décadas de los años treinta a los cincuenta, y una de las de más audiencia, además de haber sido la primera emisora de radio en transmitir las 24 horas del día en Costa Rica.Tan popular llegó a ser, que su eslogan “Radio Atenea, la emisora que no apaga nunca”, repetido constantemente por los locutores, fue tomado por la gente, que popularizó la frase «Cuando apague Atenea», para indicar algo que no podía suceder. Se decía por ejemplo: sabe cuando van a arreglar las calles… «Cuando apague Atenea» era la respuesta. Y muy gracioso fue en un partido de fútbol en Honduras que los locutores deportivos decían: «Sabe cuando Honduras le gana a Costa Rica, cuando apague Atenea». En fin, se decía eso con cualquier acción que nunca fuera a pasar. Recuerdo que en la zapatería a la vuelta de mi casa, cerca del mostrador había un rótulo que decía «Damos fiado cuando apague Atenea». Quizás solo los que somos mayores de 50 años nos recordamos de la frase. Personalmente casi no escuchaba esa estación en mis años mozos; mis emisoras eran Juvenil, Radio Uno, Top 12 y Circuito Estéreo, para la música, y las todavía existentes Monumental y Columbia para los deportes.
Fue el mismo don Rogelio quien le dio un carácter cultural y le puso el nombre de “Radio Atenea”, nombre muy apropiado porque Atenea es la diosa griega de la sabiduría, de las artes y de la artesanía; hija de Zeus y Metis, la más sabia entre dioses y humanos. Su idea era transmitir lo que él llamó “La hora literaria”, en un horario de seis a ocho de la noche todos los días, que era un espacio para la divulgación del pensamiento, la música y la cultura. Sotela como miembro de la Real Academia de la Lengua, aprovechaba el espacio para educar a los oyentes dándoles clases de gramática y literatura, además como poeta, declamaba poesías de su propia cosecha y la de otros famoso escritores latinoamericanos. Ya para 1935, fecha en que inició la emisora, Sotela contaba con más de 20 libros de poesía y prosa publicados.
Como invitados pasaron por Radio Atenea y su hora literaria, personajes como Melico Salazar, Marita O’Leary, Roberto Brenes Mesén, Pepe Acuña con sus pensamientos filosóficos, solo para mencionar algunos. En general todo aquel que estuviera vinculado de algún modo a la cultura universal tenía un espacio en la radioemisora.
Atenea se mantuvo activa muchos años, convirtiéndose en una de las emisoras más escuchadas en Costa Rica y todo Centro América por medio de onda corta, por su transmisión ininterrumpida.
Me vino a la mente Atenea, porque en estos días recibí la infausta noticia de la muerte de don Hiram Sotela Montagné, el hijo menor de don Rogelio Sotela, y quien dedicó toda su vida a preservar la memoria de su padre, y su gran labor cultural por medio de radio Atenea; pero especialmente a divulgar su poesía. Don Hiram era amigo de la familia, muchas veces conversé con él sobre Atenea, y su participación como excombatiente en el 48 y el 55. Me ayudó mucho con material para mi sitio web elespiritudel48.org.
Don Hiram me contaba muchas anécdotas de como él, de corta edad, ayudaba a su papá a manejar la radiomesora. Recordaba como una de las mejores anécdotas, el día que acompañó a su papá, teniendo trece años, a realizar las pregrabaciones de algunas poesías para la radioemisora y que al salir le indicó, “Mi hijo, ya que has participado en estas grabaciones, te encargo para que seas quien inicies las transmisiones con estos discos, cuando yo no pueda estar a tiempo”. En algunas oportunidades don Rogelio, que también ejercía la abogacía, no podía regresar a su casa a tiempo para empezar su “Hora Literaria”, razón por la cual ideó la manera en 1940, para hacer grabaciones en discos de acetato de 78 revoluciones por minuto, que era lo único que existía en esa época. Don Hiram recordaba con gran emoción, como accionaba el botón de inicio de la emisora y colocaba en la mesa de transmisión uno tras otro los discos, cada día a las seis en punto de la tarde, cuando su padre no volvía a tiempo de su bufete de abogados.
Tras la muerte repentina de su padre en 1943, don Hiram pensó que esos discos podían perderse y entonces mandó a hacer una copia, y así no solo preservar la voz de su papá, sino también el mensaje que dejaba en cada poesía. Fue así como los iniciales acetatos de 78 rpm de su padre, se pasaron a casete y posteriormente a disco compacto, en los que siempre se escucha una breve introducción de don Rogelio que constantemente complacía con la declamación de alguna poesía. De estas copias don Hiram obsequió uno a cada uno de sus hermanos, amigos —me precio de tener una— y conocidos, además que donó 100 ejemplares a la Escuela Rogelio Sotela, ubicada en Jesús María de Orotina, con el fin de que se vendieran y recaudaran fondos para el centro educativo.
El 13 de febrero del 2013, con motivo del Día Internacional de la Radio, en el lugar donde nació Radio Atenea, representantes de la Cámara Nacional de Radio y miembros de la familia de don Rogelio, develaron una placa en su honor. El lugar ahora es un edificio de apartamentos y está cerca del Hospital Clínica Bíblica, al sur de San José, específicamente 100 m al este y 100 al sur de la entrada principal. En ese lugar estuvo la casa de habitación de don Rogelio y su familia.
Alrededor de 1985 el paso de las emisoras a FM, obligaba a grandes inversiones para actualizarse y competir en el mercado. Fue entonces, cuando don Orlando Sotela, hermano de don Hiram, quien además fundó la Cámara Nacional de Radio, tomó la decisión de vender la frecuencia donde funcionó en algún momento Radio Atenea, que como muchas otras radioemisoras en AM, después de estar al aire por muchos años, cerró sus instalaciones y dejó de transmitir.
Me parece importante anotar, que don Hiram fue también alto dirigente del movimiento de cursillos de la cristiandad de San José, donde su paso dejó profunda huella, y era considerado maestro y pilar del movimiento, tan es así que era conocido como el “Caballero de Colores”, en alusión a la canción cursillista “De Colores”, que la recuerdo en la bonita versión de Joan Báez.
Y apagó Atenea, y nos dejó también don Hiram, pero los recuerdos quedan y en nosotros está el honrar su memoria. Y la mejor manera de hacerlo es escribir de lo que fue su gran labor en vida: preservar la memoria de su padre, labor a la que se dedicó hasta el último de sus días. Este es mi pequeño pero sentido homenaje a don Hiram y su familia.
Si quieren conocer más sobre la vida de don Rogelio, en mi sitio web de historia de Costa Rica guiascostarica.info, publiqué una reseña biográfica escrita por José Enrique Sotela, uno de sus hijos.
Reproduzco un pequeño poema que me gustó mucho de don Rogelio, de su libro “Sin Literatura”:
Ahora que se enjoyan de alegría
todas las cosas por el Año Nuevo
y que se hacen pronósticos felices
y se expresan anhelos
de una vida mejor:
ahora que preguntas QUÉ ES SER BUENO
y parece muy fácil contestar.
Para mí lo es quien tenga el alma pronta
a todo lo ideal:
el que viva con fe y el que trabaje
con alegría y con lealtad.
Lo bueno no será, precisamente,
lo que sólo lleve piedad,
o que tenga relieve entre las gentes
de noble caridad…
Que a veces se arrinconan en las almas
de aparente bondad
el rencor y la envidia.
Será bueno
aquél que viva con sinceridad,
el que anhela ser justo y libre, y sabe
que ha de ganarse jubiloso el pan.
Aquél que mire en cada niño ajeno
un hijo suyo más,
el que sienta que todos realizamos
una forma de vida que se ha de respetar.
Comparto una bonita galería de imágenes de don Rogelio, y algunas otras relacionadas con Radio Atenea, que en su momento me había facilitado don Hiram.
Las personas empiezan a morir el día que las olvidamos, tal como expone la bella película mexicana «Coco». Gracias a don Carlos para ayudarnos a recordar a personas tan relevantes en la historia de la Radio como don Rogelio y don Hiram, pero sobre todo ese ícono que fue Radio Atenea.
Un relato que nos lleva a nuestros primeros días, al recordar el dicho famoso, que usábamos en aquellas época. La familia Sotela, son parte de los pioneros de la radio costarricense, y Atenea forma parte de la historia reciente de los grandes acontecimientos del final de la primera mitad del Siglo XX. Pero como todo lo bueno, Atenea apagó…..