¿Quién es la ‘princesa de hielo’, la candidata ultraderechista alemana?

Por Jörg Ratzsch (dpa)

Berlín, 8 dic (dpa) – El partido ultraderechista alemán Alternativa para Alemania (AfD) nombró el sábado a Alice Weidel como su candidata a canciller en las próximas elecciones federales, pese a que las encuestas muestran que la formación cuenta con pocas posibilidades de llegar al poder.

¿Qué busca entonces el partido en las elecciones del 23 de febrero, a las que se encamina con un apoyo del 18 %? ¿Quién es Alice Weidel, cuáles son sus motivaciones para convertirse en la primera candidata designada por la AfD en sus casi 12 años de existencia?

Aunque formulada de distintas maneras, la pregunta que sin duda persigue a Weidel es la que gira en torno al encaje entre los valores tradicionales y antiinmigración que defiende su formación y su propia vida privada (su pareja es una mujer de origen migrante y viven juntas con sus dos hijos).

La última vez que le fue planteada sucedió en un acto en Zúrich. Una vez realizada por el moderador, Weidel respondió: «Tengo que decirle que no veo el color de la piel». A continuación, dirigiéndose a su pareja, que se encontraba presente entre el público, añadió: «¡Sarah, te quiero!».

Más tarde, en una entrevista con los periódicos del grupo CH-Media, Weidel explicó que la pregunta le molestó, al comentar que su mujer es suiza, adoptada, vino de Sri Lanka cuando tenía tres meses y creció en la localidad de Appenzell.

Y es que no es nuevo que Alice Elisabeth Weidel, de 45 años, suele intentar mantener su vida privada fuera de la mirada pública. «Si uno abre la puerta, ya no consigue cerrarla», explicó en una ocasión la política, que vive a caballo entre Alemania y Suiza, donde cría a sus dos hijos con su pareja, productora de cine.

Hace siete años, en un acto de campaña, argumentó que no militaba en la AfD pese a ser abiertamente homosexual, sino precisamente por ella, debido a la vinculación que según ella existe entre migración y la política de seguridad.

Gays y lesbianas, dijo, difícilmente podrían atreverse a pasear por la calle cogidos del brazo si no se controla la migración, e incluso podría haber zonas prohibidas para homosexuales y «bandas musulmanas» dedicadas a perseguirlos.

En el escenario político, la economista acentúa un aspecto serio: camisa blanca, collar de perlas, chaqueta azul oscuro. En las entrevistas, habla de forma pausada y extendiéndose, pronunciando algunas palabras en un marcado dialecto westfaliano.

Ello no le impide, sin embargo, que su tono sea cortante y a veces despectivo cuando habla del Gobierno y de sus oponentes políticos, a los que no duda en poner apelativos despreciativos. Según cuenta un compañero de su partido, por más que por dentro esté hirviendo, Weidel siempre trata de aparentar frialdad.

Personas de la AfD la describen como una persona simpática, con un «gran sentido del humor», que fuera de la escena pública pueder hacer payasadas, muy alejada de la forma de la que se presenta oficialmente.

«Astuta», «seria», «centrada», «inteligente» son otros de los calificativos que recibe por parte de los que la conocen bien, así como «enérgica» y «severa». Weidel, dicen, puede incluso parecer despótica cuando reprende a alguien que la ha distraído o molestado durante una conversación.

Entonces, ¿carece de paciencia? «En absoluto», contestó ella misma al ser preguntada sobre su fama y explicar que un líder debe mantener la calma en todas las situaciones y al mismo tiempo ser claro en todo momento.

«El liderazgo también significa no hacerse querer necesariamente y, a veces, tomar decisiones difíciles y desagradables cuando es necesario», comentó.

Sus críticos, por su parte, consideran que no tiene nada de bueno y la describen como «egocéntrica» y «arrogante», destacando el hecho de que se le conozca con el sobrenombre de «la princesa de hielo».

Asimismo, también le acusan de incompetencia y de que su interés principal es mantener su poder dentro del partido. «Solo le interesa estar al frente», dicen al criticarla como «una oportunista de la peor calaña».